Joaquín de Luz, director de la Compañía Nacional de Danza: "Es una profesión llena de baches, tanto físicos como emocionales"

Joaquín de Luz, director de la Compañía Nacional de Danza

Joaquín de Luz, se despide como director de la CND este verano, en el Generalife.
Joaquín de Luz, se despide como director de la CND este verano, en el Generalife. / Archivo
Belén Rico

14 de junio 2024 - 15:14

Granada/La Compañía Nacional de Danza (CND) que dirige Joaquín De Luz (Madrid, 1976) regresa al Festival de Música y Danza de Granada con la que será la última visita el coreógrafo al frente de la misma. Y lo hará con el mundo imaginario y alegórico La Sylphide, con una nueva puesta en escena, basada en la coreografía de 1836 del danés August Bournonville y la grandiosa partitura de Herman Severin Løvenskiold. “Tenemos la suerte de poder presentar los grandes clásicos del repertorio mundial y La Sylphide es una joya que forma parte del repertorio de las grandes compañías”, afirma De Luz, que ha estado al frente de la formación estatal desde 2019, después de una exitosa carrera que ha tenido especial relevancia en las más importantes agrupaciones de Nueva York.

Un ballet con el que "podemos encontrar aún puntos comunes con experiencias que hemos vivido: esas fantasías, esos sueños podrían ser la manera de despegarnos de lo cotidiano y de mundano. Todavía buscamos formas de escapar". "Es un chico que se enfrenta al día de su boda lleno de dudas", comenta el director sobre esta obra estrenada en 1832.

Argumento

Iniciadora de la corriente de obras sobre los espíritus elementales y gran metáfora de amores frustrados, Sylphide es el ballet más antiguo del periodo romántico que aún se mantiene activo en el repertorio internacional. La historia de amor entre un joven escocés y una criatura etérea que solo ve él, es el argumento de La Sylphide, el primer gran ballet romántico y con el que la zapatilla de punta afianzó su reinado.

Así, sobre el escenario, la sílfide, inquieto y travieso espíritu del aire, irrumpe en la mansión rural de la campiña escocesa donde se prepara la boda de Effie y James. La sílfide se enamora a primera vista del apuesto campesino que dormita en un sillón, haciéndose visible para él. A su vez, la vieja Madge, dedicada a la nigromancia y la brujería que habita en los umbrosos bosques cercanos, espoleada por la felicidad de Effie y sus jóvenes amigas, trama una cruel venganza al haber sido rechazada por James. La acción se precipita para llegar a un trágico desenlace consecuencia de un hechizo mortal.

La obra

La Sylphide, ballet en dos actos original de Filippo Taglioni (1777-1871) se estrenó el 12 de marzo de 1832 en la antigua Ópera de París Le Pelletier sobre partitura de Jean Schneitzhoeffer y libreto de Adolphe Nourrit (transcrito por August Bournonville en 1836). Este ballet inspiró la versión del mismo nombre de August Bournonville estrenada el 28 de noviembre de 1836 con música de Herman S. Løvenskiold de forma que las dos versiones de idéntica dramaturgia convivieron un tiempo en las carteleras europeas.

Bournonville, con la ayuda de dos pintores locales reprodujo en el Teatro Real de Copenhague los diseños parisienses originales de Pierre Ciceri (escenografía) y Eugène Lami (vestuario), diseños que inspiran aún hoy las producciones actuales del ballet.

La versión de Bournonville musicada por S. Løvenskiold fue el primer gran ballet que se popularizó en Madrid, llegando a representarse alternativamente en dos teatros madrileños: el Teatro del Príncipe y el Teatro del Circo desde 1842.

"Esta es una obra bastante antigua pero se mantiene vigente por la naturalidad que tiene para contar una historia, como las grandes piezas clásicas", señala De Luz.

El bailarín y coreógrafo conoce muy bien los gustos del público, especialmente el que frecuenta el Festival de Música y Danza de Granada que ha visitado en tres ocasiones anteriores desde que sumió la dirección artística de la CND. Hasta el 31 de agosto permanecerá al frente de la misma para afrontar una pequeña temporada estival en Madrid: cuatro días en Veranos de la Villa para terminar en el Festival de Santander con Sylphide.

En estos cinco años a los mandos de la CND, especialmente duros para sobreponerse a la pandemia en una disciplina tan coral y física, las dificultades que entraña el propio ejercicio dancístico han sido clave. "Creo que los bailarines estamos acostumbrados a lidiar con la adversidad desde muy jóvenes: es una profesión llena de baches, tanto físicos como emocionales", cuenta el director artístico. "Yo me tomé la pandemia como una oportunidad para reinventarme". "Llegue a España después de 24 años en Nueva York y te das cuenta que el sistema es muy complicado y muy diferente a lo que estaba acostumbrado".

Aún así, cree que ha podido aportar lo que esperaba: "Elevar la compañía en cuestión de calidad artística y que el elenco esté preparado para afrontar un repertorio internacional con piezas como esta Sylphide. Eso se lo debo sobre todo al gran trabajo del equipo artístico, que es excepcional".

En cuanto a retos para su sustituto, como pueden ser la implementación de las nuevas tecnologías en un mundo obsesionado con la IA, prefiere mantener distancias. "Si hay un teatro o una danza de calidad, nada de eso es necesario. Si acaso un extra que se puede o no utilizar. Yo miro a mi alrededor y veo que la gente utiliza esos trucos y edulcorantes. Para mí los retos son otros: es un sistema muy difícil, complicado, con muy poco apoyo y visión comercial".

Y en el FEX…

A las 12:30 horas, en la Sala Zaida de la Fundación Caja Rural de Granada, se llevará a cabo un encuentro En torno a La Sylphide, para conocer estas y otras cuestiones que contará con la participación de Joaquín De Luz, director de la Compañía Nacional de Danza, y Roger Salas, destacado escritor y periodista especializado en danza. Este evento ofrece una oportunidad para debatir y conocer más acerca del famoso ballet romántico que se presentará esa misma noche en el Teatro del Generalife. Entrada libre limitada al aforo.

Y las 21:00 horas, el Auditorio de la Fundación Caja Rural será el escenario para el concierto de Rogelio Gil Fernández, al piano. El repertorio incluirá obras de Bach, Mozart y Chopin, y ofrece un recorrido desde el barroco hasta el romanticismo. Rogelio Gil Fernández, un joven prodigio nacido en Granada en 2007, ha destacado por su talento y habilidad al piano, ha ganado premios y colaborado con orquestas notables a una edad muy temprana.

Ambos eventos son gratuitos, pero cuentan con aforo limitado, por lo que se recomienda a los asistentes asegurar su lugar con antelación para disfrutar de estas experiencias culturales.

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