La Reina de las hadas visita Granada
Espectáculos
La Academia Barroca del Festival devuelve a la vida esta obra monumental de Henry Purcell
El Festival Internacional de Música y Danza de Granada, en su afán por ofrecer actividades formativas novedosas y adaptadas a la demanda de la sociedad, patrocina por segundo año consecutivo su Academia Barroca. Esta iniciativa reúne a los mejores profesionales de la interpretación para preparar a un grupo selecto de jóvenes cantantes e instrumentistas con el fin de representar, al final de las semanas de trabajo, una obra cumbre del repertorio barroco: The fairy Queen de Henry Purcell. El jueves 1 de julio, a las 19:30 horas, en el Teatro Isabel la Católica tendremos oportunidad de sumergirnos en el mundo onírico de los faunos y las hadas para disfrutar de la mejor música bajo la dirección de Aarón Zapico.
La idea de montar una academia de interpretación de la música antigua surgió de Pablo Heras Casado, anterior director del Festival. Sin embargo, fue Antonio Moral quien hizo realidad este proyecto, que vio la luz en la pasada edición en plena pandemia. Al frente de ella está Aarón Zapico, clavecinista y director especializado en la música antigua cuya mente preclara ha demostrado en sobradas ocasiones estar a la vanguardia de la interpretación histórica, aunando en su concepción artística un riguroso respeto por los criterios historiográficos y una visión innovadora de la puesta en escena.
En palabras del propio director, la Academia Barroca se contempla como un centro con visos humanistas, una formación completa que incluye no solo el canto, sino también la interpretación, la danza, la dicción y la concepción escénica de la interpretación. Este es su secreto, y ésta es la clave del éxito de su proyecto artístico de esta temporada, revivir la semiópera La Reina de las hadas de Purcell con el alumnado de la academia y con la colaboración del Coro de la Orquesta Ciudad de Granada en los números de conjunto.
La Academia Barroca en la presente edición está formada por 12 instrumentistas de cuerda (violines, violas, violonchelos, contrabajo), viento (dos flautas de pico) y seis cantantes. Para su formación se cuenta con un equipo docente interdisciplinar coordinado y dirigido por Aarón Zapico. Aarón Martín se encarga del lenguaje corporal, trabajo que se completa con teoría postural, técnica vocal, repertorio y trabajo escenográfico. Por su parte, Pablo Zapico (cuerda pulsada) y Jorge Jiménez (violín) trabajan la parte instrumental. Carlos Mena es el responsable la parte vocal, y Rita Consentino desarrolla la labor escénica. Todos juntos forman un elenco de profesores de excepción, que han concebido una versión de la obra original de Purcell en formato reducido que será del agrado del público tanto por su calidad artística como visual.
'The fairy Queen', una historia diferente
Cuando hace año y medio que se empezó a trabajar en el proyecto de montar la ópera de Purcell, se tenía en mente realizar una versión de la ópera completa, con orquesta, un coro nutrido y todos los personajes solistas. Sin embargo, la situación de excepción provocada por la pandemia, que ha limitado las posibilidades de ensayo, obligó a reconducir el proyecto para garantizar su viabilidad. El trabajar con jóvenes músicos dentro de una convocatoria concreta, con unos tiempos y espacios determinados, delimitó los medios y condicionó la adaptación del proyecto al incorporarse aspectos como distancia social, mascarillas, mamparas, etc. Con buen criterio, Aarón Zapico decidió entonces reducir la duración del proyecto, sacrificando parlamentos declamados y algún número musical, pero manteniendo en esencia tanto el hilo argumental como el carácter moralista de la obra.
La Reina de las hadas se basa en El sueño de una noche de verano de William Shakespeare. La partitura original estaba pensada como una serie de números musicales que se insertaban en cada uno de los cinco actos en los que se articula la acción, con una duración aproximada de tres horas. La versión que se estrenará esta noche se reduce a un tercio de la duración original, con unos 65 minutos de música, y se adapta a un pequeño formato, tanto escénico como musical. La flexibilidad de la obra permite hacer esta reducción sin perder el sentido cómico y burlesco de la misma. En ella se busca frescura y pedagogía, con el marco artístico de excepción del Festival de Granada y la enorme calidad de los músicos que forman la academia.
El argumento de La Reina de las hadas de Festival se mantiene fiel al de la comedia original: Titania, Reina de las hadas, es víctima de las burlas de Oberón, en parte por despecho y en parte por diversión, quien manda verter sobre ella un encantamiento; como consecuencia de ello, acaba enamorada de un humano transformado en asno. Toda la acción se desarrolla en el transcurso de una jornada nocturna; en el mismo bosque, paralelamente, hay varias historias de enredo protagonizadas por Lisandro y Hermia, y por Demetrio y Helena, dos parejas que verán peligrar su futuro por los fallidos efectos del mismo filtro de amor utilizado con Titania. Como no puede ser de otra forma, la llegada del alba hará reflexionar a los responsables de esta singular trama, devolviendo todo a su estado original y propiciando un final feliz para todos los personajes.
La concepción escénica persigue crear un espectáculo contemporáneo, no en un sentido transgresor, sino más bien con una dialéctica que habla de tú a tú al público; pese a estar escrito en un inglés antiguo muy complicado, su argumento trata una temática que está muy a la orden del día, pues en definitiva es una comedia de amor y enredos, celos y reconciliación. Aarón Zapico ha conseguido traducir aquel complicado lenguaje barroco en una versión comprensible para el espectador de hoy en día, incluso para el más joven. Es la esencia de su pedagogía musical: adaptarse a los tiempos actuales sin sacrificar la idea musical original. El resultado es un espectáculo barroco muy colorista, moderno y fácil de digerir. El propio director destacaba cómo el trabajo en equipo ha sido fundamental, pues es la forma correcta de concebir la ópera. Desde el primer momento ha habido sintonía entre todos los responsables del proyecto, un equipo muy bien avenido, con energías que convergen en la misma dirección para concluir en un mismo ideal artístico: un estímulo unitario que transmitir al alumnado y que ha dado unos frutos sorprendentes.
Otras delicias barrocas
Como complemento al montaje de la ópera de Purcell, la Academia Barroca ha trabajado un segundo programa, que bajo el sugerente título de 'Noches barrocas' recoge una colección de arias para solista y continuo del siglo XVII. Esta selección, realizada por Carlos Mena, quien además es el encargado de preparar y dirigir a los cantantes para su interpretación, son una delicada muestra de cómo los compositores del primer barroco promovían en su música la expresión de los afectos para conmover a la audiencia.
En este sentido, la noche es vista con un sentido íntimo para, en el marco de la oscuridad, expresar anhelos, deseos o temores. Esta exquisita muestra de cómo se aplicaba la retórica al mundo de la noche es otra cita ineludible con el buen hacer de la Academia Barroca del Festival, que tendrá lugar el próximo 4 de julio a las 12:30 horas en el Monasterio de San Jerónimo.
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