Noche para el reencuentro en el Carlos V a ritmo de los ballets de Falla y Stravinsky
La pianista Martha Argerich recibe la Medalla de Honor del Festival Internacional de Música y Danza de Granada
Anoche, en el Carlos V, Falla volvió a acercarse a su querido Carmen de la Antequeruela; anoche, en el Carlos V, una soberbia Martha Argerich volvió a Granada como ya hizo hace unos años para interpretar a Ravel en el Festival de Música y donde llegó a finales de los años 70; anoche, también, Charles Dutoit se reencontró con uno de sus ídolos, Igor Stravisnky. Todos esos momentos se congregaron en una noche que culminó con la entrega de la Medalla de Honor a la pianista, todo con los ballets capitales del repertorio sinfónico de fondo.
El sombrero de tres picos fue el encargado de romper el silencio de la noche, que antes ya había sido rasgado por los aplausos del respetable. Dutoit se puso al mando de la Orchestre de la Suisse Romande para hacer sonar de nuevo una de las obras icónicas del gaditano.
Nuevo aplauso atronador para recibir a una de las grandes protagonistas de la noche. Argerich regresaba a Granada para interpretar a Robert Schuman con su Concierto para piano y orquesta en la menor, op. 54, desafío que ejerció con maestría (algo obvio para una persona que casi aprendió a tocar antes que andar). Tras un vis, llegó el momento protocolario, donde el director, Antonio Moral, y el concejal de Cultura, Juan Ramón Ferreira, le entregaron la Medalla a una “pianista legendaria”, que ha grabado su nombre en la “historia del piano del siglo pasado y el actual”, en palabras de Moral.
Más parca fue la argentina, quien se limitó a dar las gracias al Festival por concederle la Medalla en una “ciudad mágica” como es Granada.
Tras un descanso, fue el turno de La consagración de la primavera, de Stravinsky, el otro gran ballet de la noche con el que su puso punto final a la noche.
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