1972: El año en el que los granadinos aprendimos a volar

Granada año a año

En junio se inaugura el ansiado aeropuerto de Granada y al año siguiente ya lo habían utilizado casi 50.000 personas

En enero Pérez Serrabona retoma el proyecto de convertir el descuidado carmen de los Mártires en un hotel de lujo y se arma una polémica que duraría toda la década

1971: El año en el que es descubierta la Dama de Baza, que impunemente se llevan a Madrid

Día de la inauguración del aeropuerto de Granada.
Andrés Cárdenas

07 de mayo 2023 - 05:09

Granada/1972 fue el año en el que los granadinos aprendimos a volar. Muchos lugareños se montaron en un avión por primera vez en su vida ese año. Y es que el 15 de junio, con un espléndido sol por montera, se inauguró al fin el aeropuerto de Granada. Ese día aterrizó un DC 9 de Iberia procedente de Madrid en el viaje inaugural de la nueva ruta. Venía en él el ministro del Aire, el general Díaz Benjumea, que haría los honores de la inauguración junto con el arzobispo Benavent, que bendijo las instalaciones. El primer chárter con un centenar de turistas procedentes de la localidad suiza de Basilea vino el tres de julio.

Con la inauguración del aeropuerto el director de orquesta Herbert von Karajan ya no tendría excusas para venir al Festival Internacional de Música y Danza, pues había puesto la condición de que no pisaría la capital de la Alhambra hasta que esta no tuviera una pista fiable en la que aterrizar. Los caprichos de los dioses. En este caso de los endiosados. Curiosamente faltaban cinco días para conmemorar los cincuenta años de que abriera sus pistas de tierra el viejo aeródromo de Armilla. Al día siguiente los periódicos llevarían los anuncios de que Granada y Madrid quedaban "enlazadas ahora por reactor".

Al principio fueron dos vuelos semanales, pero pronto serían cuatro. Y poco después, el enlace sería con Barcelona. En la inauguración el alcalde Pérez Serrabona se pasó echando piropos al Gobierno. "Y es que Granada está entre el paroxismo de gratitud hacia el Ministerio del Aire, hacia el Gobierno y, sobre todo, hacia el Caudillo, que nos prometió aeropuerto y nos lo ha dado de los mejores de España. Este aeropuerto recibirá muchos aviones que luego han de retornar llevando a Madrid el corazón de los granadinos y al mundo el mensaje de su hospitalidad, de sus bellezas y de su inquebrantable adhesión a Franco". ¿Qué otra cosa podía decir? El ministro del Aire fue mucho más pragmático cuando dijo a los granadinos que ya tenían aeropuerto, "pero ahora tenéis que mantenerlo". Le faltó decir: ¡Os jodéis!

El Consistorio se dio por aludido y llegó a organizar campañas para que los granadinos utilizaran el avión, aunque el precio del viaje no estaba al alcance de cualquier bolsillo. "Utilice el avión. Se lo recomienda el Excmo. Ayuntamiento de Granada", decía una de las pegatinas que se pusieron por toda la ciudad. El escultor Miguel Moreno construiría un año más tarde una granada gigante de chapa forjada y soldada que se pondría en los alrededores como símbolo de esa ciudad que progresa. Y como no, al ministro del Aire se le concedió la Medalla de Oro de la Ciudad. En 1973 habían llegado al aeropuerto de Granada 50.000 pasajeros, entre ellos von Karajan.

La gran polémica de la década

En enero 1972 comienza en Granada una polémica que durará casi toda la década. La madre de todas las polémicas. Ese año el alcalde Pérez Serrabona retoma el proyecto de su antecesor y decide destinar el descuidado carmen de los Mártires, que había comprado el Ayuntamiento en 1957, a un hotel de súper lujo, con la intención de revalorizar el lugar y, de paso, hacer caja con la venta a una importante cadena hotelera. La idea se materializa en diciembre de ese año con la exposición en el propio Ayuntamiento de una maqueta del anteproyecto, obra de los arquitectos Joaquín y Francisco Prieto Moreno. En febrero de 1973 el Ayuntamiento en pleno acordaba la convocatoria de un concurso para levantar allí el hotel, cuyo hermoso jardín había sido declarado Jardín Monumental, lo que salvaguardaba en teoría el bello paraje natural. Pero de nada sirvió dicho decreto cuando la Comisión Provincial del Patrimonio Artístico y el propio Patronato de la Alhambra aceptaron que la empresa IFA Carmen de los Mártires S.A. levantara un hotel sobre el jardín, parte del lago y el palacete, todo lo cual desaparecería con las obras, según el proyecto previsto.

Jardines del Carmen de los Mártires.

Desde entonces habría dos posturas: los que estaban a favor de que se construyera un hotel de cinco estrellas y un palacio de congresos en el mismo sitio en el que estaba el palacete (al que no se le concedía ningún valor arquitectónico) y los que querían que el municipio invirtiera en el deteriorado lugar para el uso y disfrute de los granadinos. La polémica llegó hasta la prensa nacional, desde la que casi todo el mundo opinaba. Los que estaban en contra de la iniciativa hotelera iban capitaneados por el abogado bilbaíno afincado en Granada Fernando Fernández de Bobadilla, que escribía en la revista Editur numerosos artículos justificando su postura y que incluso presentó una moción –que no fue atendida– al presidente de Gobierno, Carlos Arias Navarro, para que se suspendiera el proyecto. Si acaso accedía a la iniciativa sería la de instalar el hotel en la parte de secano, la más lejana al palacete. La polémica, como digo, duró casi toda la década.

En 1975 se iniciaron casi en secreto las obras del hotel, las cuales se detuvieron un año más tarde debido a la crisis en el sector hotelero. Pero parte del daño ya estaba hecho por la tala de árboles y movimientos de tierra que afectaban en negativo a la belleza del lugar. Además, cada vez eran más los ciudadanos que se oponían a la instalación del hotel por creer que había tejemanejes inmobiliarios de difícil transparencia. Interviene entonces en la polémica una llamada Asociación de Mujeres Universitarias de Granada que pide la restitución completa del lugar y varios notables (entre ellos Pita Andrade, Joaquín Bosque, José Cazorla y Ladrón de Guevara) le escriben al alcalde pidiéndole que les enseñara a ellos cómo estaba el carmen de los Mártires. Ante tanta presión ciudadana el Ayuntamiento no se atreve a seguir.

Cuando llegan las primeras elecciones democráticas, se forma una comisión mixta para estudiar el caso. El portavoz de la comisión será José Miguel Castillo Higueras. Concluye dicha comisión en que se habían hecho obras inapropiadas en el lugar y que convenía hacer las consiguientes reparaciones para que esas instalaciones siguieran siendo de propiedad municipal. El Ayuntamiento organiza en 1980 una velada en el lugar para recaudar fondos y llevar a cabo la reparación de los daños. En esa velada musical intervienen Carlos Cano y Enrique Morente, entre otros artistas, que se alegraban de que el carmen de los Mártires pudiera ser disfrutado por los granadinos. En 1980 se abrió definitivamente al público. Fernández de Bobadilla, que murió en 2010, al menos debería tener una placa de reconocimiento en Los Mártires. La prodigiosa tozudez del abogado bilbaíno salvó el carmen.

Varios aniversarios

Miguel Ríos, durante su actuación en 1972 en el Isabel la Católica

En 1972 Miguel Ríos graba sus Conciertos Rock y Amor. El disco se convierte en uno de los primeros grabados en directo. Y Ríos vuelve a Granada para que sus paisanos puedan escucharlo en vivo. El concierto se celebró el 19 de enero y los "universitarios se acercaron en masa a ver el espectáculo", según dicen las crónicas periodísticas de la época.

Ese año se celebra el centenario del viaje de Pedro Antonio de Alarcón por la Alpujarra. Por tal motivo, el Aula del Movimiento del Gobierno Civil organiza una ‘ruta alarconiana’ en la que los viajeros podrían visitar los pueblos en los había estado cien años antes el escritor accitano. Y en los que no, también. Aquel periplo estuvo circunscrito a las personalidades y a sus familiares. Faltaría más. Según cuenta Entrala, con esta ruta se quiso aprovechar la ocasión para reivindicar cuatro proyectos que allí se querían hacer: la posada de Aben Humeya en Válor, el Mesón de la Taha de Pitres, La Residencia de artista en Capileira y los accesos a la Fuente Agria. De todos ellos solo salió adelante, y a medias, la residencia para pintores. La última etapa sería Ugíjar y se pusieron a la venta unas pegatinas que decían: "Las Alpujarras son diferentes. Visítelas". Los cronistas pedían en sus escritos que aquella ruta del centenario no fuera fruto de un día y que se siguiera promocionando la comarca tal y como se merecía.

En 1972 se celebra el cincuentenario del célebre Festival del Cante Jondo de 1922. Con tal motivo se organiza otro certamen flamenco en el que participarían casi cincuenta cantaores. También se organizan en torno al mismo conferencias y homenajes. El ganador del certamen, que llevaba 75.000 pesetas de premio, fue el sevillano Calixto Sánchez. Todos los concursantes estaban acompañados por las guitarras de Juan, Pepe y Luis Carmona, los Habichuelas. El certamen fue retransmitido por TVE, la televisión francesa y casi todas las importantes emisoras de radio españolas.

En 1972, tras la dimisión de Federico Mayor Zaragoza, coge las riendas de la Universidad de Granada Juan de Dios López Gonzalez. Por entonces la Universidad de Granada tenía tal poderío, que gracias a su influjo se crea en agosto la Universidad de Málaga, cuyo primer rector será el granadino Antonio Gallego Morell. Y en octubre de ese año comienza la construcción de la Facultad de Filosofía y Letras en el Polígono de Cartuja.

Otra noticia cultural destacada ese año es la cesión del legado de Gómez Moreno a la Fundación Rodriguez Acosta. El legado del gran investigador granadino estaba compuesto por colecciones artísticas, recuerdos, biblioteca y archivo que Gómez Moreno había reunido a lo largo de su vida.

El ciclismo, de luto

Manujel Galera

En 1972 el ciclismo de Granada se viste de luto al perder a uno de sus más correosos representantes: Manuel Galera. En su crónica, Juan Bustos cuenta que Manuel Galera era un muchacho excelente, de 28 años, que empezaba a recoger los éxitos de su notable capacidad profesional. Había ganado ya la Vuelta a Colombia, había sido seguido con gran interés en el Tour de Francia y había quedado el quinto en el Vuelta Ciclista a España. Era uno de los nombres de garantía del equipo Karpis, puntero en aquellos años.

Pero el 14 de febrero de 1972 la muerte truncó su prometedora carrera. Ocurrió en la Vuelta Ciclista a Andalucía, a pocos kilómetros de Cabra. Dice Bustos que fue un accidente de mala sombra porque si las bicicletas de entonces hubieran tenido los cambios que son normales en las de hoy, aquella caída no se hubiera producido. Por lo visto saltó la cadena y el infortunado ciclista granadino cayó de cabeza, dándose un golpe en la sien que resultaría mortal. Manuel y su hermano Joaquín, también ciclista, vivían en Armilla, donde la trágica noticia causó un hondo pesar entre la población. Manuel tiene una calle dedicada en Armilla y un memorial ciclista que lleva su nombre.

Porta se llevaría en 1972 el trofeo Pichichi.

En cuanto al Granada CF, la temporada 71-72 es una de las mejores que cuaja el equipo en su andadura por la Primera División. Acaba como sexto clasificado, gracias a una segunda vuelta exitosa y haciendo de Los Cármenes un fortín, en el que no pierde ningún partido. En cuatro jornadas seguidas el Granada vence al Athletic de Bilbao (5-1), FC Barcelona (2-0), Real Madrid (2-1) y Sevilla (3-0). Al Granada comienza a conocérsele como el Matagigantes. En la Copa del Generalísimo llega hasta los cuartos. Ese año Porta consigue el trofeo Pichichi al lograr 20 tantos. Estaba de entrenador Joseíto y como presidente el sempiterno Candi.

El príncipe Carlos fue nombrado tuno de honor duranter su visita a la Alhambra en 1972. Torres Molina

Para terminar, una noticia de color rosa. El príncipe Carlos, que desde ayer lleva en su cabeza la corona de Inglaterra, visitó Granada en 1972. Vino a la finca que sus amigos, los duques de Wellington, tienen en Íllora. Fue en noviembre de ese año y además de cazar perdices, estuvo en la Alhambra, donde una tuna de la Universidad de Granada le nombró ‘tuno de honor’ y le regaló una capa. La prensa británica por entonces lo relacionaba como pretendiente con la hija de sus amigos los duques de Wellington, Jane Wellesley. La prensa británica no tenía ni idea de lo que pasaría después. Todavía no habían entrado en escena la desdichada Lady Di ni Camila Parker Boole, que tantos titulares han dado a los medios de comunicación de todo el mundo.

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