Los sentimientos ya vienen a Granada por Alta Velocidad

Granada/Titulaba la edición digital de este diario el pasado martes que las emociones viajan a Granada en AVE. No le faltaba razón. Los sentimientos se desbordaron ayer en la Estación de Andaluces. Reencuentros, sorpresas, viajes de placer, otros de trabajo, y sonrisas por hacer unos desplazamientos que quedarán para las hemerotecas.

Tres horas marcan la historia del AVE de Granada en sus primeros servicios comerciales: las 7:17, cuando salió de la capital el primer tren rápido con destino Madrid; las 10:53, cuando llegó el primero procedente de Atocha, y las 13:15, cuando puntual se detuvo en la vía 3 el AVE de Barcelona.

Había emociones como la de Paqui Herrero, que llevaba más de un año sin ver a su hija: "¡Ay mi catalana, que se vino a vivir a Granada por amor!" exclamaba mientras la abrazaba después de cinco horas de viaje desde Tarragona. O como la de Carmen Marín, a la que delataba su apellido. A apenas cien metros, una calle da nombre a su abuelo, el rector Marín Ocete. Y su nieta llegó a Granada en el primer AVE desde Madrid. "Feliz y encantada" por llegar de forma directa, se abrazaba con sus amigas tras salir de los andenes.

Abrazos y miradas curiosas, como la de Ailén, una argentina a la que no le terminaba de cuadrar la situación hasta que se entera de que había estrenado una de las primeras pasajeras en usar la ruta Madrid-Granada. Venía por trabajo, como José Benítez, que se reunía con el personal de Metro Granada. El que se debió sentir como futbolista fue Javier García, de la empresa Sima, que atendió a la prensa en Granada, pero también en Zaragoza, donde había tenido una reunión con otros empresarios.

Más de 2.500 personas pasaron por la nueva terminal ferroviaria de la Avenida de los Andaluces según los datos que ofreció la compañía Renfe en el viaje inaugural. "Y no tenemos la cifra exacta, pero desde ayer –por el martes– se ha disparado la venta de billetes", comentaba una responsable de la compañía a esta redacción durante la mañana.

Que fue intensa desde el principio. Una larga cola para pasar el control de seguridad cruzaba el edificio y salía por la puerta. La falta de costumbre de los granadinos hizo que muchos se agolparan después de bajarse del Metro, lo que provocó que el primer AVE desde Granada saliera a Madrid con un retardo de siete minutos. Por cierto, desde la vía 6.

Dentro de los coches se notaba que era un día especial. Los periodistas se alternaban con los primeros pasajeros de un tren hacia la historia. Entre ellos, miembros de Granada por el Tren y Agraft, como José Antonio Molina, uniformados con camisetas azules, el exalcalde de Jun y asesor del presidente del Gobierno, José Antonio Rodríguez Salas, o el medallista paralímpico de tenis de mesa, José Manuel Ruiz.

El tren circula veloz por el valle del Genil. Los pasajeros que llenan el convoy duermen, trabajan o miran el paisaje. En Loja, primera parada del AVE para recoger a cinco pasajeros. Uno de ellos es José Antonio Piqueras, de 64 años, que tenía curiosidad por subirse al tren y se compró un billete hacia Córdoba para pasar un rato. En menos de una hora se llega a Antequera-Santa Ana, y lo cierto es que el tramo de la discordia, los 27 kilómetros lojeños, ‘cantan’ menos si la salida es desde Granada. No ha dado tiempo a coger velocidad y la parada intermedia se asumen como parte del viaje.

Al revés es otra cosa. Poco antes de las diez de la mañana llega a Antequera, en doble composición acoplado al AVE de Málaga, el tren desde Madrid que partió a las 7:18 horas. Casi medio kilómetro de tren. Impresiona mucho. Y desde allí se empieza a notar la caída de velocidad. En este tren ya se divisan menos personas de negocios y más turistas. Dos de ellas, unas estudiantes madrileñas que querían venir a Granada y a las que Renfe, por teléfono, invitó a que esperaran "una semana" a que saliesen los billetes del AVE. El, o la telefonista se merecen una subida de sueldo.

De nuevo, junto a la A-92, otro camión vuelve a adelantar al AVE aunque la carretera picara para arriba. Y de los 40 por hora a los 280 cerca de Pinos Puente. Con casi un cuarto de hora de retraso llegó el tren a Andaluces "por problemas ajenos a Renfe". Dos granadinas que volvían de un viaje inmortalizaban el día con un selfie y después salían por la puerta que lleva al Metro. Y lo dicho: abrazos, prisas, sonrisas y alguna lágrima de emoción. Así será siempre a partir de ahora. Sufrir en las despedidas, sentir en los reencuentros.