Agustín Penón y laCIA
Las pesquisas del investigador hicieron crecer los rumores en Granada sobre la posibilidad de que fuese un espía
No conozco ningún documento ni dato comprobado que confirmen que Agustín Penón pertenecía a la CIA. Ni en lo que sé de su vida hay nada que lo haga sospechar. Sí sé en cambio pues fui testigo de ellos, los rumores que corrieron por toda Granada desde la llegada de Penón en febrero de 1955 y unos meses más tarde, en mayo del mismo año, la de su amigo William Layton, pues ante los ojos de los granadinos de entonces, encerrados como estaban entre tantos silencios, censuras y prohibiciones, la llegada de estos dos extranjeros con pasaporte norteamericano que no se limitaban, como la mayoría de los demás turistas, a visitar la Alhambra y las cuevas del Sacromonte, despertó toda clase de fantasías.
William Layton permaneció en Granada sólo desde mayo hasta julio, pero Agustín se quedó en la ciudad durante muchos meses más, hasta septiembre del 56, y durante ese tiempo los granadinos que lo trataron y entre los que derrochó su dinero a manos llenas mientras preguntaba constantemente sobre Federico García Lorca, algo entonces tan prohibido, pues según les decía quería escribir un libro sobre el poeta, les hizo sospechar que pertenecía a la CIA. Después, cuando ya Agustín, de vuelta a Nueva York pasado un tiempo, dejó de pronto de escribir y no se supo nada más de él, ni tampoco publicó el libro del que tanto había hablado, las sospechas de que Agustín pertenecía a la CIA se acentuaron, y a muchos les pareció que lo que había hecho y dicho en Granada había sido un pretexto para conseguir información. Nada más lejos de la realidad.
Como durante el tiempo que Agustín pasó en Granada se limitó a decir que era hijo de exiliados nadie conocía su verdadera identidad, lo que hizo que los rumores y bulos que han corrido sobre él fueran tomados como verdaderos hasta hace muy poco. El mismo Penón ya fue consciente de ello en 1955 pues escribe así: " Los rumores son algo que en Granada, esta ciudad de grandes silencios, se desatan y se desbordan constantemente, yo mismo acabo de tener la prueba: ahora aquí la gente dice que soy un espía. ¿Por qué…? No hay guerra. Además, no he escondido nunca mi proyecto. Dicen que es un pretexto… Dicen que los americanos son unos ingenuos… Si realmente hubiera venido a espiar, desde luego no hubiera usado un pretexto tan explosivo como lo es Federico García Lorca. Me habría hecho pasar por un estudiante de Lope de Vega, o cualquier otro tema inofensivo…"
Entre esos granadinos que pudieron sentirse defraudados y hasta utilizados por el desaparecido Penón, estuvo el escritor José Fernández Castro, que muchos años después, en su libro Ramas de mi árbol (1995), todavía escribía así refiriéndose a Agustín: "Antes que Ian Gibson, estuvo en Granada el hispanista Agustín Penón, le dije algo y él quiso ver mis notas dándole yo largas. Un día me insinuó la posibilidad de colaborar con la CIA, haciéndome el sordo. Bebía mucho y creo que se drogaba, lo que acentuó mi cautela. Meses después de ausentarse de Granada vino a verme de su parte un italiano que me hizo una tentadora oferta por 'cuanto supiera sobre Federico'. Temí que fuera una trampa, tuve miedo y decidí esperar". Más que las palabras que pudo decir Penón, José Fernández Castro refleja en estas frases sus propias sospechas, sus propias figuraciones, sus miedos y sus dudas. Y desde luego Penón nunca le envió a nadie en su nombre cuando ya había salido de España. También Fernández Castro afirma que bebía mucho, no me extraña, la época en que Penón estuvo entre los granadinos fue en la que más bebió de toda su vida, acompañando a unos y a otros. Tampoco se le puede acusar de drogadicto, tal como ahora lo entendemos; sí tomaba, y él mismo lo cuenta, pastillas para controlar sus nervios, su excitación, o para dormir cuando la tensión sufrida por el exceso de trabajo no le dejaba hacerlo.
Ahora que ya conocemos la investigación de Penón sabemos su opinión sobre este escritor, del que dice sencillamente cómo le presentó al primo de Federico, las conversaciones que tuvo con él, que apuntó punto por punto, y cómo le mostró su archivo sobre Lorca y le dejó copiar los documentos que le interesaron sin ningún problema. También nos hace una buena semblanza de este granadino, del que dice: "José Fernández Castro es escritor (aún no conozco nada de su obra). Me lo presentaron en el café Suizo cuando estaba con varios amigos, escritores y poetas. Es un hombre de una apariencia más bien gris. No hay nada en su rostro que se me grabe especialmente, y a pesar de que tiene ya 42 años, noto en él, igual que en muchos granadinos, una cierta inseguridad… Como ya he dicho, no hay en la personalidad de este hombre un rasgo especial que se me quede, pero me gusta. Y lo creo incapaz de hacer daño a nadie..."
Afortunadamente ahora ya todos conocemos quién fue realmente Penón, no un hispanista ni un erudito como se dijo, sino un español nacido en Barcelona que desde su adolescencia se sintió deslumbrado por la poesía de Federico García Lorca, y que al conocer en su visita a Granada que hablar sobre Lorca y su obra estaba prohibido y seguía en pie, a pesar de los años transcurridos, el misterio de su asesinato, decidió hacer un trabajo que no fue encargado por alguna entidad oficial, como se ha dicho, sino que surgió de manera improvisada de un deseo personal que le llevó a hacer una investigación quijotesca y apasionada que cambió por completo su vida y le marcó para siempre.
Me sorprende que después de tantos años y siendo ya conocido el trabajo de Penón y las causas reales por las que lo hizo, vuelva a citársele ahora en libros y periódicos como espía y agente de la CIA, por personas que sabiendo ya quién era Agustín Penón y la valía de su trabajo, le dan más credulidad que a sus palabras a unos rumores nacidos hace muchos años en una ciudad amordazada como era Granada entonces, rumores y fantasías que con sólo acercarse un poco se vuelven humo. Por lo que mientras no se den a conocer hechos comprobados o documentos que lo atestigüen, seguiré afirmando que Agustín Penón ni fue nunca un espía ni pertenecía a la CIA.
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