El Albaicín, un barrio legendario de Granada, presa del turismo de masas
Turismo
Piden a la Junta de Andalucía y al Ayuntamiento de Granada que se limite el aforo de turistas, se proteja el espacio público y se reduzca el consumo de recursos
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Granada/Pocas ciudades y provincias de España, e incluso del mundo, aguardan tantos tesoros como Granada, ya sean naturales o arquitectónicos. La ciudad andaluza tiene el reconocimiento del mundo en cuanto a ser una de las ciudades más bellas de la historia y, por supuesto, de obligada visita.
El turismo ha atraído a millones de personas deseosas de contemplar la imponente Alhambra, deleitarse con las tapas y la gastronomía local, perderse por las playas de la Costa Tropical o La Alpujarra y pasear por el ya legendario barrio del Albaicín. El turismo que tantos beneficios lleva intrínsecos y que llena las arcas de comercios, hoteles y restaurantes, también supone un problema cuanto menos difícil de gestionar para los residentes.
Este es el motivo de la llamada de socorro realizada hoy en la Plaza de San Bartolomé, en pleno corazón del Albaicín, donde la plataforma de vecinos 'Albaycín Habitable' ha conseguido congregar a casi un centenar de personas con la premisa de "ocupar nuestros espacios, crear vínculos entre vecinos y charlar sobre las acciones ciudadanas contra el turismo descontrolado" en una cafetada vecinal.
A esta llamada han acudido mujeres, hombres, personas mayores, una gran cantidad de niños e incluso de mascotas, aportando cada uno de ellos algún alimento para ofrecérselo a sus iguales. Galletas, te, infusiones, café, zumo y diferentes tipos de dulces se han colocado sobre una parcilla para el disfrute y la confraternación de los asistentes.
Fernando Montero, uno de los portavoces de la plataforma, ha explicado que "debido a la gentrificación no podemos pasear por nuestras calles de manera cómoda. Hay un aforo y unos comportamientos por parte de los turistas que no se están regulando. La Alhambra es patrimonio y esta regulada, con aforo y guía que controla lo que hacen los turistas, por lo que pedimos a la Junta de Andalucía y al Ayuntamiento de Granada que se haga lo mismo en el Albaicín".
"No pedimos una prohibición del turismo, queremos una regulación. Deben decidir si quieren proteger Granada y que el Albaicín siga siendo un barrio vivo, o queremos expulsar a los vecinos, vender el barrio por piezas a la especulación inmobiliaria y al turismo de masas", ha apuntado el segundo portavoz, Arturo Muñoz.
Olaya Luque, como tercera portavoz, ha explicado que "no podemos subirnos a los buses urbanos que van al Albaicín porque se llenan de grupos de turistas que ocupan todo el vehículo. Muchos mayores ya no bajan al centro por ese motivo. Al igual que se saturan los autobuses, se saturan los espacios y los contenedores, por lo que todos los fines de semana hay basura por todos lados y muchos comercios tradicionales están cerrando".
Fani, una "popular" albaicinera ha aseverado enérgicamente que "la gente joven del barrio no puede vivir aquí, arreglan las casas para convertirlas en Airbnb, por lo que el barrio está despoblado de albaicineros. Por la noche da miedo salir y no hay nada para los niños, ni parques ni zonas verdes".
Como muchos otros, Guillermo no es granadino pero se ha sumado a la cafeteada indicando que "mucha gente que viene de fuera se toma Granada como un atracción, y esta ciudad tiene una historia y un patrimonio que hay que cuidar y respetar".
Como suele ser habitual, ahora 'la pelota está en el tejado' de los poderes públicos, que deberán tratar con este dilema que ha sublevado a los vecinos del barrio más aclamado de Granada.
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