Albero que se tiñe de morado

El espíritu del 8 de marzo impregna el Corpus más feminista que se recuerda

Iniciativas en favor de la igualdad son cada vez más frecuentes en las casetas

Varias mujeres posan vestidas de flamenca en la calle principal de un recinto ferial que ayer estaba atestado de personas. / Reportaje Gráfico: Álex Cámara
Miguel López

31 de mayo 2018 - 02:37

Sin ninguna duda, 2018 ha sido el año de la mujer. La sentencia de 'La Manada', la movilización feminista del 8 de marzo o la campaña del #MeToo en redes sociales han despertado a una mayoría silenciosa que clama por una igualdad real y efectiva. La pluralidad y popularidad del Corpus hace que el recinto ferial de Almanjáyar se convierta en un termómetro social de indudable fiabilidad. Y si el feminismo está en la agenda social, también lo está en el albero de la zona norte de la capital. No ha sido el Ayuntamiento ajeno a esta realidad, y por ello se ha puesto en marcha otra campaña; en este caso una que busca evitar episodios desagradables como el vivido en aquel San Fermín fatídico para la víctima de los cinco jóvenes sevillanos. 'Hasta la peineta de agresiones sexuales'. Un lema ilustrado con la silueta morada de una mujer vestida de flamenca.

El morado está de moda. Por eso ayer, en el primer día fuerte de feria, no era extraño ver a multitud de mujeres con prendas de este color. El feminismo ha impregnado la conciencia de toda la sociedad. Y en el recinto ferial de Almanjáyar ha sido fácil ver estos días actividades e iniciativas en las casetas. El lunes fue día señalado en La Pecera, donde se llevó a cabo la mesa de debate 'Mujer y precariedad', donde intervinieron, entre otras, la delegada sindical de Comisiones Obreras Elena Díaz. Precisamente la carpa de la formación de izquierdas se ha declarado como "libre de violencia de género".

Allí se realiza hoy la entrega de nuevos carnets de militancia. Habrá muchos cuyas titulares sean mujeres. Mujeres y hombres de todas las condiciones conviven en El Meneíllo, un clásico en el mundo de las casetas que aboga por la diversidad y la tolerancia. Su responsable es Nora Miñán, quien recuerda que "aquí todo el mundo hace de todo de manera colaborativa, desde montar barras hasta cocinar". El Meneíllo pertenece a Acción en Red -una ONG que trabaja en ámbitos de integración social, pensamiento crítico e igualdad- y, entre sus iniciativas, está la habilitación de un 'punto morado' donde "atendemos a cualquiera que haya podido sufrir cualquier tipo de abuso". "Se le asesora, se le apoya moralmente y, posteriormente, nos ponemos a su disposición para lo que necesite: ir a la policía, apoyo moral o estar con su familia", apostilla Miñán.

Que el peso de la mujer en el mundo feriante y casetero ha incrementado de forma inequívoca lo evidencian personas como Carmen Gil. Ella es gerente de El Papa y sus Niños, un nombre ya de por sí inclusivo. "Vivo en Londres, pero también estoy aquí en Semana Santa y claro que las mujeres hemos ganado preponderancia en este tipo de fiestas", avanza Gil; quien no duda en asegurar que "claro que una mujer puede llevar perfectamente un equipo de hombres". No es la única caseta con un nombre que induce al feminismo. La Exploradora, la de los boy scouts, también rotula en femenino. Canciones del momento como 'Lo malo' o 'Downtown' también destacan ese matiz feminista en las noches de marcha interminables entre las calles del ferial.

Precisamente sobre las fiestas hasta el amanecer están muy puestas este año las miradas en un Corpus con más de 700 efectivos de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado desplegados. "De momento no hemos registrado ningún tipo de incidencia relacionada con una agresión sexual", comentan desde el puesto permanente que la Policía Nacional tiene habilitado en el ferial. "Otros años sí que nos han llegado denuncias por tocamientos o roces en las casetas", apostillan. Cualquier problema que llegue hasta allí será inmediatamente derivado a la jefatura de Andalucía Oriental justamente sita a escasos metros del ferial. En cualquier caso, señalan, "los días fuertes comienzan ahora y cada vez hay menos casetas de fiesta y, por suerte, menos casos de este tipo". Estupefacientes como el burundanga, que borran de la memoria de la víctima lo sucedido y apenas dejan rastro, se encuentran a menudo en casos de violación. "La víctima a veces no denuncia por vergüenza, o simplemente porque a causa de la confusión que sufre tras haber sido drogada no recuerda con exactitud lo que sucedió", lamentan desde el puesto de control policial.

Por eso es recomendable extremar la atención y tratar el caso con un profesional, así como apoyarse en gente de confianza si cualquiera de estos episodios sucediese. Quienes ayer invadían el ferial minutos después de terminar la Tarasca tenían claro que este Corpus es el de "las mujeres al poder", tal y como señalaba Mercedes Sampedro. Juana Lachica apelaba al latiguillo liberal laissez-faire (dejad hacer) para pedir que todo el mundo "disfrute y deje disfrutar a los demás". Y Javier Arco apelaba a "comportarnos como verdaderos hombres respetando a las mujeres", pues, sentenciaba, "desde que soy feminista me siento mucho más hombre".

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