Antienvejecimiento: ¿negocio, sueño o realidad?

Aunque no hay una edad a partir de la cual una persona es vieja, la cultura actual lucha contra el paso de los años y los símbolos externos de este proceso natural

Antienvejecimiento: ¿negocio, sueño o realidad?
Antienvejecimiento: ¿negocio, sueño o realidad?

La cultura del antienvejecimiento está instaurada en la población como un aspecto más de la vida moderna. No se quiere envejecer, pero tampoco que el cuerpo desvele la edad o muestre en exceso el paso del tiempo. Pero no hay que engañarse ya que, por mucho que nos empeñemos, estar vivo supone envejecer y es lo único frente a lo que no se puede luchar. Por eso, todas las terapias y programas antienvejecimiento, ¿son un negocio, una realidad o un sueño imposible de alcanzar?

Según el catedrático de Geriatría de la Universidad Complutense de Madrid y jefe de Geriatría del Hospital Clínico San Carlos, José Manuel Ribera, "la única fórmula para el antienvejecimiento es morirse", expuso ayer en una conferencia en la Academia de Medicina de Granada.

"La gente quiere vivir más tiempo, en mejores condiciones y con sistemas que corrijan el envejecimiento pero ¿es posible? pues hay que matizar porque dentro del antienvejecimiento hay muchos aspectos, unos más útiles y otros para sacar dinero. De hecho, la propaganda de procedimientos farmacológicos y quirúrgicos es tremenda", dijo Ribera.

El envejecimiento es imparable y se produce de forma intrínseca por la carga genética o de forma extrínseca, en la que influyen las enfermedades, el estilo de vida y el medio ambiente. En el primer aspecto se ha evolucionado poco y se trabaja en bloquear los mecanismos genéticos que llevan al envejecimiento, que se activa a partir de los 30 años.

Pero no hay una edad a partir de la que se es viejo. Es un proceso dinámico que se inicia cuando se nace y se acentúa a los 30 años aunque según la genética de la persona se agiliza más o menos. "Luego hay otros aspectos como los mecanismos sustitutivos de vitaminas y hormonas, en los que hay cosas razonables y otras no eficaces, por lo que es cuestionable su utilidad ya que se habla que algunas terapias hormonales pueden favorecer enfermedades como la diabetes, insuficiencia cardiaca e incluso el cáncer", matiza el catedrático, considerado el máximo experto en Geriatría del país.

Por todo esto, Ribera asegura que la prevención es el mejor antídoto. "La actividad física, una buena nutrición y mantenerse activos es lo mejor para tener un envejecimiento sano y llegar con calidad de vida. Luego las operaciones, quitar arrugas y esas cosas es algo estético que depende de las preferencias de cada uno".

Con esta filosofía, el catedrático aconseja realizar una prevención desde la infancia bajo dos máximas: "cuanto antes mejor y que ninguna edad impide la prevención".

Lo cierto es que la sociedad va a tener que afrontar esta realidad durante los próximos años ya que, según las estadísticas que manejan los expertos, ha aumentado la esperanza de vida (se ha duplicado en un siglo pasando de los 35 años en 1900 a los 80 en el 2000) y también la cifra de nonagenarios y centenarios, "aunque no se espera superar la edad máxima de vida fijada ahora en 122 años.

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