Antonio Prieto, el granadino que ha conseguido un 14, la nota perfecta, en Selectividad: "Mi intención es quedarme"
Selectividad 2022
El estudiante del Sagrado Corazón ha conseguido un catorce sobre catorce y asegura que quiere entrar en Medicina
Los nervios se le escapan en cada hálito cuando habla. Al otro lado del teléfono, Antonio Rafael Prieto Ruiz, atiende a las preguntas todavía en estado de estupor. "No me lo creo, no lo entiendo", son sus primeras palabras cuando se le comenta la estratosférica nota que ha conseguido en la última convocatoria de Selectividad. Antonio ha subido a la cima, catorce sobre catorce. No se puede hacer mejor.
Entró con seis años en el Sagrado Corazón, centro en el que ha cursado la Primaria, Secundaria y Bachillerato. "La verdad es que siempre he tenido buenas notas", asegura sobre su trayectoria académica. El 14 lo corrobora. Las calificaciones en Selectividad son un poco como ir al gimnasio, de poco sirve ir una semana y abandonar. Lo que se premia es la constancia.
Hasta segundo de Bachillerato Antonio asegura que no se preocupó demasiado por la Pevau, la prueba que da acceso a los estudios universitarios. "Viendo que cada vez estaba más cerca tienes que dar todo", resume sobre los últimos meses de estudio, aunque asegura que "no me ha resultado especialmente demandante". Las semanas previas a la cita (que tuvo lugar entre los días 13 y 16 de este mes de junio) sí apretó, con jornadas intensivas de estudio de hasta siete horas al día "y poco era", afirma. No le dedicó más porque no tenía tiempo. A un lado han quedado los estudios de piano en el Ángel Barrios, donde ha llegado a sexto de Profesional. "No es mi intención seguir", explica sobre sus estudios musicales.
En el momento de atender a este periódico todavía no había realizado la preinscripción, pero no habrá problemas para que este magnífico estudiante granadino entre en la titulación elegida. En su caso, Medicina. Se trata de una decisión que tomó no hace mucho, y en la que posiblemente ha tenido que ver lo vivido en estos dos años de oscura pandemia. "Puede ser -reflexiona-, me pilló en un momento complicado, en el paso a primero de Bachillerato, cuando comienzas pensar más. Fue un punto de inflexión".
Puede que en este caso la vocación sea no de las más tempranas, pero sí con un componente interesante, el ayudar a los demás, algo que los médicos deberían tener siempre presente. Antonio recuerda que fue seleccionado dentro del programa Becas Europa para ir a Madrid. De aquellas jornadas le caló especialmente un mensaje, el de aportar algo a la sociedad. Su intención es hacer Medicina en la UGR, grado que, año tras año, es una de las más demandadas a nivel andaluz y donde la nota de corte no baja de 13 en los últimos años.
Sobre su futuro universitario reconoce que "no tengo ni idea de cómo será". En estos días, cuenta, preguntará a amigos que ya están en las aulas universitarias "para que me cuenten un poco". Una amiga, Cristina Vicente, ha sido la primera a la que ha llamado tras ver el rotundo 14 en la web de la UGR, que en los primeros momentos colapsó debido a la gran cantidad de alumnos que querían consultar su nota. "Ha sido la primera, luego se lo he dicho a mis padres". También fue al Sagrado Corazón, a su colegio, donde se encontró con sus profesores. "Ha sido increíble", cuenta sobre el momento en el que se han visto tras conocer las notas. "Sin algunos de ellos no hubiera sido posible", agradece este joven granadino.
"Soy la oveja negra de la familia"
Otro magnífico de esta convocatoria extraordinaria de la Selectividad de 2022 ha sido Julio Fernández Hoces, que ha conseguido un 13,975. Recuerda que "salí bien de todos" los exámenes. Así, reconoce que esperaba una muy buena nota. Y es que en segundo de Bachillerato "me puse las pilas". Quería conseguir "la mejor nota posible" y fue a por ella. Su objetivo está entre el grado de Física o el de Física y Matemáticas, el que en los últimos años consigue la nota de corte más alta de toda Andalucía.
Julio ha estudiado desde Infantil en El Carmelo. Nunca ha tenido problemas con los resultados académicos, pero añade que conseguir estas notas "requiere un esfuerzo. Hay que quitarse de muchas cosas". Deportista, le gusta jugar al tenis, nadar o ir al campo, enumera sobre lo que le gusta hacer en su tiempo libre.
A pesar de las renuncias que implica el estudio, asegura que "la satisfacción viene después", cuando llegan recompensas como la extraordinaria calificación obtenida en Selectividad. Sus padres y amigos ya le han transmitido su orgullo por el sobresaliente resultado, y piensa en escribir a sus docentes para agradecerles su trabajo en estos años de formación. "Sin los profesores esto no es posible", recuerda. "Son necesarios e imprescindibles".
Sobre su futuro académico, en tomo de broma, dice que es la "oveja negra de la familia". Mientras Julio se decanta por la Facultad de Ciencias, en su casa la tendencia es otra. Su padre hizo Historia, su madre es profesora de Latín y su hermana es graduada en Bellas Artes. "El ambiente en el que vivo ha contribuido" a los buenos resultados, reflexiona este granadino.
"Esta nota ha estado muy trabajada"
Lucía López Zafra, de Alcalá la Real (Jaén), ha conseguido una merecidísima recompensa al trabajo de los últimos años. Ha sido, relata, constante hasta la extenuación. "Me he esforzado por encima de lo humano", resume sobre los meses anteriores a la Selectividad. Se reconoce muy autoexigente. Tanto que hace un año dejó los ensayos en la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Angustias de Alcalá la Real, donde tocaba la trompeta, para centrarse en los libros. Eso sí, "tengo intención de volver".
Todavía no tiene claro dónde estudiará el próximo curso. Le gusta la Universidad de Granada, y, entre los grados, apuesta por entrar en Estadística o Economía. Tiene familiares economistas y eso de los números le tira. Es más, reconoce que tras haber realizado el Bachillerato de Letras "casi que si volviera, elegiría otro". Su futuro está todavía en el aire. "Nunca he tenido una vocación clara". Sea lo que sea, no tendrá problemas para entrar. Esta alumna del Monaita ha conseguido un 13,960.
Cada día, al llegar a su casa de Alcalá la Real del instituto en Granada, sobre las seis de la tarde, se ponía a estudiar, "unas cuatro horas". Los fines de semana el esfuerzo se redoblaba. Reconoce que ha tenido problemas de ansiedad, que han dificultado el desarrollo del curso. La Navidad la pasó "repasando a tope". Ahora tiene la satisfacción de un excelente resultado, del que se siente "muy orgullosa y superfeliz". "Ha estado muy trabajado".
Como curiosidad, Lucía relata que se enteró de su nota por la llamada de su tutora en el Monaita, porque la web de la UGR estaba colapsada. "Había salido contenta, algunos me habían salido bordados, pero no me lo esperaba", asegura.
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