Aparatos del futuro: relojes conectados al móvil y 'gadgets'
La ciencia ha permitido el desarrollo de herramientas como la ropa inteligente y otros objetos que permiten controlarlo todo y hacernos la vida más fácil

EN películas futuristas de los años 80, si hacemos un poco de memoria, podremos recordar zapatillas auto-ajustables y ropa que se limpiaba sola, algunas gafas que daba información y superponía imágenes... ¿Qué se ha hecho realidad de estas cosas? Se considera un gadget a cualquier dispositivo electrónico que tiene una función más o menos útil. La ropa inteligente o ropa tecnológica, también llamada wearable, es aquella que tiene integrada la tecnología, bien sea en el mismo tejido que la compone o mediante circuitos integrados entre las costuras. Voy a intentar recopilar gadgets y ropa inteligente y así traer un poco del futuro al presente y mostrar algunos de los inventos que puedan resultar más curiosos. Empecemos con los más conocidos.
Smartwatch o reloj inteligente, puesto de nuevo en boca debido a la reciente puesta en venta del de la marca de la manzana. Es importante saber que dichos relojes no suelen aportar ninguna funcionalidad extra a la del teléfono, ya que no dejan de ser una parte más del teléfono y para que tengan sentido en sí mismos deben estar conectados. A mi parecer, la principal función es ayudar a darnos cuenta de los avisos del móvil, ya sean llamadas, mensajes o correos electrónicos. Evitan que no se escuche la llamada porque se está en un lugar ruidoso o el móvil está en el bolso. Sus precios oscilan enormemente desde los 100 euros hasta las versiones de lujo del iWatch de 10.000 euros.
Otra modalidad son los relojes deportivos. En cierta manera también son relojes inteligentes y podrían agruparse con los anteriores, pero estos son autónomos, poseen capacidades en sí mismos. En cuanto cualquier deportista desea conocer su ruta, pulsaciones, llevar el GPS o descargarse el camino que ha recorrido debe comprarse uno. Se trata de los gadgets más útiles que hay en el mercado. Como en el caso anterior los precios oscilan según las prestaciones del aparato pero uno de buena calidad puede rondar los 300 euros aproximadamente.
En las gafas de realidad aumentada las más conocidas son las Google glass. Permiten superponer imágenes en su cristal de visión pero hace poco se han dejado de vender. Su precio rondaba los 1.500 dólares.
iWallet es una cartera que está conectada con el móvil con bluetooth y, al alejarlos a cierta distancia, el monedero emite un fuerte sonido. Aparte de esto es un dispositivo blindado y con un sensor de huellas para la apertura. Cuesta sobre unos 500 euros, así que habrá que pensar en cuanto dinero se suele llevar en la cartera, en mi caso vale más el collar que el perro.
Cámaras para grabar mientras se practica deporte, subacuáticas , auriculares, reproductores de todos los tipos y colores, despertadores que imitan el amanecer, proyectores de bolsillo para preparar una presentación y conectarlos al móvil… hay gadgets para todos los gustos.
También hay cientos de aparatos inútiles, algunos que hasta nos pueden hacer reír como el anillo que manda un tweet en el momento de tu muerte, un inodoro que cuenta las veces que se ha usado, un marca páginas que sube a la nube la página en la que el lector se quedó, una cuchara con agujeros regulables para comer más despacio, un sensor que nota tus movimientos estomacales y detecta si has de ir al baño… un sinfín de dispositivos de los cuales no creo que oigamos hablar nunca y, desde luego, no necesitaremos.
En cuanto a la ropa inteligente, aunque no está demasiado extendida, se prevé que en el futuro sea algo común de usar. Veamos algunos de sus ejemplos, aunque parte de ellos todavía no están comercializados. Pijamas que detectan la posible muerte súbita del bebé, controlando mediante sensores la respiración del niño o calcetines capaces de detectar fallos en el equilibrio y revienen lesiones y caídas. Son útiles para personas con poco equilibrio, recuperaciones de lesiones y gente mayor.
Una cinta para la cabeza que permite manejar dispositivos mentalmente. Parece del futuro pero ya está en el mercado y, con unos ajustes, nos permite sin movernos interactuar con objetos. El anillo de seguridad posee una tecnología que responde a tan solo unos centímetros. Se puede utilizar para desbloquear el móvil, abrir la casa o el coche o como identificador de la empresa.
Otro ejemplo es la ropa con controles incorporados. A los que practicamos deportes de nieve no nos parece tan extraño tener cableado interno para conectar los reproductores o teléfonos, esto es bastante común, pero hay algunos que incluso traen una serie de controles en la misma prenda.
Si la ciencia y la tecnología siguen por el camino actual, en unos años estaremos controlados con ropa y miles de aparatos que tratarán de hacernos la vida más fácil.
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