El Ayuntamiento retirará la polémica estatua del Aguador de La Romanilla

El popular aguador de la Plaza de la Romanilla, junto a su burro, emprenderán viaje a otra zona de la ciudad. El traslado lo anunció el pasado viernes la directora del Centro Lorca, Laura García-Lorca, durante su intervención en un acto cultural de la ciudad. Y la confirmación llegó ayer en palabras del concejal de Cultura, Juan García Montero. "La escultura será trasladada a otro punto de la ciudad acorde con la temática que representa ya que tras la remodelación de la zona no tiene sentido su permanencia en La Romanilla", sentenció.

García Montero adelantó que, aunque aún no se ha cerrado el destino de la obra, el Camino de los Neveros se erige como emplazamiento más adecuado para trasladar al aguador acompañado de su burro. "Creemos que sería un espacio en el que la imagen quedaría muy bien".

El concejal de Cultura detalló que el traslado de la imagen se encuentra contemplado en el proyecto de ejecución del Centro Lorca, que implica la creación del inmueble y la recuperación del entorno. En este sentido, García Montero señala que la plaza dejará de tener dos niveles -se eliminarán las escaleras- y se modificará su pavimento. El responsable de Cultura del Ayuntamiento señaló que en la belleza del centro tiene mucho que ver toda la reforma exterior. "Los arquitectos tienen contemplado que las escenificaciones o actos que se realicen en el interior del inmueble no tengan porqué ser cerrados, es decir, que el exterior de la plaza será parte del mismo edificio".

En cualquier caso, el edil de Cultura comentó que estas obras no son la excusa para el traslado de la imagen sino que "simplemente se aprovecha la creación de la infraestructura para generar el entorno adecuado y, por ende, buscar el espacio idóneo para el aguador".

No es la primera vez que al polémico aguador de bronce le buscan otro destino. Ya en agosto de 1999, el tripartito (PSOE, IU y PA) quiso retirar la estatua que había puesto dos años antes el alcalde del PP Gabriel Díaz Berbel con el consentimiento de los vecinos. Los socialistas aseguraban en aquel momento que no era el lugar adecuado e incluso criticaron a la escultura por lo "feo" de su estética. La polémica se disparó a todos los niveles y el gobierno municipal de aquel entonces siguió adelante con la idea porque los vecinos se negaron con rotundidad a quedarse sin su estatua.

Posteriormente, surgieron varios conatos de retirada y traslado de la imagen pero el aguador y su burro siempre encontraron en los vecinos del barrio su defensa más férrea.

Todo indica que esta defensa poco tendrá que decir en esta ocasión cuando comience la remodelación integral de La Romanilla. Ni los miembros de la Fundación Lorca, ni el equipo de Gobierno, entre otros, ven con buenos ojos la permanencia de la escultura en la zona.