Barras y estrellas: Crónica de una mañana de compras en Granada con coronavirus
Crisis del Covid-19
Las imágenes de acopio de víveres del sábado por la mañana dan paso a una normalidad marcada por la necesidad de guardar la distancia de seguridad
"Los jamones han volado". La afirmación viene acompañada de una mirada a las hileras de paletillas y jamones que cuelgan en la pared de la tienda Mariscal junto a la Plaza de la Hípica. En los expositores de la carnicería y la charcutería, provisiones suficientes. Eso sí, como entre las piernas de cerdo, algunos huecos desnudos develan que no es un día cualquiera. Primer lunes después del estado de alarma decretado para frenar la expansión del coronavirus y con la noticia reciente de la primera muerte en la provincia de un hombre con Covid-19. Hay menos gente en la calle, pero el día despierta en esta esquina de Granada -entre el Zaidín y Vergeles- con sonidos habituales, como el claxon del butanero, el metro que enfila dirección a Armilla o los autobuses urbanos.
En la puerta del establecimiento, un letrero advertía de que por razones de higiene sólo se podía acceder de dos en dos al negocio. La parte de la cafetería y restaurante de Mariscal aparecía vedada con una barra hecha por mesas. En la parte destinada a tienda, ni colas ni falta de provisiones.
En el Mercadona que da puerta con puerta al Mariscal poco antes de las nueve de la mañana ya había dispuesta una fila de compradores. Son los más madugadores. Unos con carrito, otros con mascarilla, casi todos con guantes. Poco después de abrir, la fila accede al establecimiento. Los que salían iban, casi todos, acompañados por el inefable paquete de rollos de papel higiénico, auténtica estrella de estos días. En la acera, marcas en el suelo señalaba otra barra, la que debían respetar los que quisieran acceder a la tienda. Durante estos días Mercadona ha señalado que controlará el aforo para garantizar que no haya aglomeraciones y que se respete una distancia mínima de seguridad. Así aparece indicado en los letreros de la puerta, que también recomiendan pagar con tarjeta, ir a la compra solo y no hacer acopio de víveres.
Prácticamente enfrente del Mercadona de la Plaza de la Hípica un supermercado de la cadena Mas subía la persiana, como todo los días laborables, a las nueve de la mañana. Una de las trabajadoras apunta que lo peor ya pasó. El viernes vivieron una auténtica marabunta. "Estaba el palé de las patatas y no dejaban ni que las sacáramos. Se las llevaban del palé directamente". El sábado por la mañana más congestión y ansia por hacerse con comida en este supermercado. La situación se normalizó el sábado por la tarde, cuando Granada estaba en vilo por lo que pudiera anunciar el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras el Consejo de Ministros. Hoy lunes, a primera hora, eran contados los compradores en este establecimiento a primera hora. En las estanterías, los productos habituales. "No falta de nada", asegura la trabajadora. "Es que no daba tiempo a reponer", argumenta sobre las imágenes de estantes vacíos que se vieron el sábado.
En la panadería del barrio otra disciplinada cola aguarda a entrar en el pequeño establecimiento. Las dimensiones reducidas del despacho de pan hacen necesario esperar en la calle. Esta tienda no tiene datáfono. Sólo cobra en efectivo. Y se hace necesario ir con el importe justo de la compra. No hay cambio.
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