Cafeterías, bares y restaurantes de Granada afrontan con incertidumbre su reapertura
Sucesos
Los clientes todavía no son suficientes para cubrir los costes de personal, instalaciones, mercancías y de material de protección contra el coronavirus
Los negocios animan a la responsabilidad, la precaución ciudadana y al apoyo de la economía local
Granada/Con la llegada de la Fase 1 del plan de desescalada, algunos bares, restaurantes y cafeterías han vuelto a abrir con unas medidas preventivas: aforo de las terrazas al 50%, distancia de dos metros entre las mesas y uso de material protector. Los guantes, la mascarilla y la visera protectora son los elementos que están utilizando los trabajadores de muchos de los negocios que han conseguido abrir en la actual situación. Unas circunstancias que implican desinfectar todo aquello que toca el cliente y servir comida y bebida en recipientes o envases desechables para evitar la propagación del coronavirus.
Algunos negocios han regresado al trabajo con incertidumbre, mientras que otros han decidido esperar al no ver rentable todavía su reapertura o al no poder garantizar unas mínimas medidas de seguridad. No obstante y, aunque parece que la ciudadanía se anima poco a poco a consumir en ellos, las expectativas todavía no son muy positivas para el sector hostelero, que ve que se acercan “unos meses muy duros”.
Así lo ha señalado a este periódico el responsable de la pizzería y churrería Desi, Jose Miguel Hitos Camero, que cree que “la hostelería lo va a pasar muy mal” por la falta “de clientes suficientes para mantener el coste de personal, instalaciones y suministros”, teniendo en cuenta el gasto extra de material de protección del personal. “Estos meses los hemos superado gracias a los ERTES”, el problema es que “van a cerrar muchos negocios y, los que se mantengan, tendrán que tener una capacidad económica muy grande para poder seguir abiertos, teniendo pérdidas todos los meses, pues dependemos totalmente del turismo”, indica el responsable de la Desi. No obstante, Hita anima a que la gente “salga a la calle con cuidado y responsabilidad”, ya que “como volvamos marcha atrás ya sí que no nos levantamos”.
Asimismo, el responsable de organización de la pastelería Casa Ysla, Sergi Serrá, percibe que, aunque la gente se está tomando la situación “bastante bien” en general, todavía hay “pocas mesas para que sea rentable” el negocio. “No sé la cantidad de dinero que me estoy gastando, porque es lo último que me quiero plantear, pero se nota que las mascarillas, los paneles de metacrilato, los geles de protección y el plan de limpieza, se van sumando” a los costes propios del local, “aunque entendemos la situación y somos conscientes de que hay una pandemia”, señala. No obstante, Serrá cree que deberían de hacerse “modificaciones para que la economía sobreviva” y anima a que la gente consuma más “productos nacionales o granadinos”.
De hecho, el desbordamiento de trabajo hostelero, de limpieza y de vigilar el cumplimiento de las normas que algunos negocios están experimentando, ha provocado la necesidad de sacar más empleados del ERTE que "hay que pagar" en una situación todavía difícil de sobrellevar. Así lo entiende el dueño del Restaurante Oliver, Jose Enrique Oliver, que afirma que "todavía hay gente irresponsable" que conlleva estar haciendo "de policías para que cumplan las medidas de seguridad". "Estamos usando mascarillas, geles y limpiando con agua y lejía, pero limpias más que sirves a clientes" y, aunque el futuro es incierto, "todavía hay que trabajar mucho para ir levantando cabeza", señala Oliver, que además agradece al Ayuntamiento de Granada la posibilidad de "ampliar el espacio para poner más mesas siempre que mantengan el distanciamiento de dos metros".
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