Carlos V y Lodeiro, el Rey Gaspar

Carlos V fue para Granada un auténtico Rey Mago que se mostró encantado de traer regalos, que hoy son buena parte de nuestro patrimonio y fuentes de ingresos: el turismo y la UniversidadEl labio inferior colgón es el sello inconfundible de los Austrias. El Rey Gaspar Carlos nos regaló la Universidad de Granada. Hoy, el rector 'Gaspar' Lodeiro traerá el incienso en un botafumeiro

1. Pintura de Carlos V de joven de Bernaert Van Orley. 2. El rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, durante la presentación de la cabalgata de 2009 en la que será representante de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente. 3. Imagen de Carlos V en la representación de la Adoración de los Reyes Magos que existe en el retablo de la Capilla Real de Granada y en la que el emperador, fundador de la Universidad granadina, se representa como Gaspar con su ofrenda de incienso. /Rpo. Gráfico: José Luis Delgado / Miguel Rodríguez
1. Pintura de Carlos V de joven de Bernaert Van Orley. 2. El rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, durante la presentación de la cabalgata de 2009 en la que será representante de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente. 3. Imagen de Carlos V en la representación de la Adoración de los Reyes Magos que existe en el retablo de la Capilla Real de Granada y en la que el emperador, fundador de la Universidad granadina, se representa como Gaspar con su ofrenda de incienso. /Rpo. Gráfico: José Luis Delgado / Miguel Rodríguez

Dicen que fue Granada la primera ciudad española en exhibir la espectacular cabalgata de los Reyes Magos. Al menos hemos sido los primeros en algo. La organizaba el Centro Artístico con el apoyo del Ayuntamiento y encarnaban los personajes de los magos ilustres granadinos bien "caracterizados". Especialmente celebrada fue la del año 1913, en la que se vistieron de reyes los pintores Mariano Bertuchi, Isidoro Marín y Francisco Vergara; y muy sonada fue la de 1922, en la que hizo de Rey Gaspar Joaquín Vida Lumpier, padre del exrector Vida Soria.

No era nueva en Granada esa costumbre de que personajes ilustres hicieran de Reyes Magos y el ejemplo más sonado lo tenemos en el retablo que Felipe Bigarny nos dejó en la Capilla Real. En la escena central aparece la Adoración de los Reyes en la que figura como Rey Gaspar el mismísimo Carlos V joven llevando incienso.

Comparando este retrato con los muchos que de él conservamos, no cabe duda de que efectivamente se trata del joven emperador, al que tanto le gustaba Granada y que tanto hizo por ella. Ese rostro de aspecto bobalicón, con su labio inferior colgón y su lánguida mirada es el sello inconfundible de los Austrias. Los retratos son la prueba, pero los de Van Orley, Strigel y Van Laethem son definitivos, porque para más cercanía nos lo presentan en la misma postura de tres cuartos de perfil y mirando ligeramente hacia su izquierda.

REGALOS DE REYES. Carlos V fue para Granada un auténtico Rey Mago y extraordinariamente generoso; vino a pasar su luna de miel con la bella Isabel de Portugal y se mostró encantado de traernos sus regalos; todavía hoy constituyen buena parte de nuestro rico patrimonio y de nuestras dos principales fuentes de ingresos: el turismo y la Universidad.

En 1526 lo recibieron en la Puerta de Elvira y se paseó por Plaza Nueva, el Zacatín y la calle Oficios. Nada menos que el Emperador, Señor del Viejo y el Nuevo Mundo; el que luchó contra franceses, protestantes y turcos. Sin mucho éxito, la verdad.

Este Rey Gaspar fue el que nos adecentó la Plaza de Bibarrambla que estaba hecha una rambla; limpió el cauce del Darro que estaba hecho un 'darro'; arregló calles, puentes y murallas; puso de moda a Granada. La ciudad llegó a tener 50.000 habitantes, cuando Málaga apenas rondaba los 12.000.

La embelleció con programas urbanísticos, arquitectónicos e institucionales, de modo que Granada va a atravesar una época dorada; posiblemente la más feliz de su historia cristiana, tanto por su saneada economía como por su esplendor artístico y cultural. Mostró un apoyo obsesivo por mejorar la Alhambra y la Capilla Real, panteón de sus padres y abuelos, que según él "más parecía capilla de mercaderes que de Reyes, por la estrechura que tenía"; por eso quiso levantar la Catedral y convertirla en Panteón Real de los Austrias. También es verdad que fue el que implantó aquí el Tribunal de la Inquisición, que todo hay que decirlo; pero era lo que había. Lástima que los terremotos inoportunos asustaran a su esposa y la complicada política exterior lo alejara de la Alhambra. Al final prefirió Yuste.

Levantó un palacio que nunca habitó y fundó la Universidad pensando en ilustrar a los moriscos y no para que se pelearan los catedráticos poetas; sobre todo desde que fue en ella en la que entró por vez primera la "nueva poesía del Renacimiento" desde la entrevista que Boscán y Navagiero mantuvieron en los jardines del Generalife.

Menos mal que, para calmar los ánimos, el nuevo rey Gaspar de nuestra cabalgata es el rector Lodeiro y aunque sea por su apellido materno debería traer el incienso en botafumeiro.

Por cierto, son reyes magos muy generosos, pero tanto el Palacio de Carlos V como los caramelos que regalará el señor Lodeiro los pagamos los granadinos; moriscos unos, cristianos otros, pero paganos todos.

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