La Catedral de Granada brilla con luz propia

Los escalones de Las Pasiegas tienden a convertirse en una especie de pasarela, un lugar idóneo posar aprovechando el imponente fondo que supone la Catedral de Granada. Esa imagen, la de cientos de personas, turistas o no, posando frente a otros que se encargan de apretar el gatillo, se vio ayer interrumpida cuando el Ayuntamiento acordonó la zona para la presentación de la nueva iluminación exterior del templo, con la que se busca, como ha destacado el Ayuntamiento en una nota de prensa, resaltar aún más la belleza del edificio.

Apenas un par de horas necesitó el Consistorio para la presentación de este nuevo espectáculo, 120 minutos que, para los habituales paseantes se hicieron eternos. Hubo quien, conscientes de lo que iba a ocurrir, llegaron con tiempo, pero la falta de organización terminó por provocar retrasos con el consecuente enfado del público; quienes se encontraron la sorpresa, preguntaron a quienes pudieron y, ante la duda de que pudiese tratarse de algún tipo de espectáculo de luces, se quedaron hasta el final con el objetivo de grabarlo para instagramearlo.

No les salió la jugada, como tampoco parece que las salió al equipo de Gobierno. Fijada en principio para las 19:15 horas, fueron varios minutos después cuando el coro de la Orquesta Ciudad de Granada se subió a las escaleras, pero la espera de Héctor Eliel Márquez, encargado de la batuta, y las correspondientes pruebas de sonido, siguieron dilatando el proceso ante un público que apenas cansado de esperar, pero que ante el calor que ofrecen las multitudes y más en una noche con 4 grados, no se movía.

Tras un par de canciones por parte del coro, que concluyó con el tradicional Aleluya de Häendel, llegó el momento del encendido. No hubo esta vez el tradicional botón, una de las características del nuevo sistema es su sistema de control de bluetooth, que permite controlar las luces desde un dispositivo móvil, de ahí que la imagen del botón se sustituyese por la de la alcaldesa, Marifrán Carazo, y José María Gil Tamayo, arzobispo, pulsando la pantalla de una tablet. Antes, y para crear expectación, una cuenta regresiva del 10 al 0, pero tampoco salió la jugada y hubo quien, al ver que no se prendía la luz, siguió contando hacia atrás, metiéndose ya en cifras negativas.

Finalmente se produjo el milagro (navideño) y la luz se hizo en la fachada de la Catedral. Para ir creando expectación, se fueron iluminando distintas partes de la misma, cada una de ellas seguida de un "ooooh!" por parte de los asistentes, alguno de los cuales volvieron a sentirse decepcionados al no ver iluminadas ciertas partes, como el rosetón central. No fue así, una vez todos los puntos de luz estaban prendidos, el espectáculo terminó y poco a poco Las Pasiegas volvieron a su rutina.

Según explican desde el Consistorio, mientras que la mayoría de la fachada cuenta con una luminaria en 3.000 kilovatios, en la portada principal y la torre, donde destaca la singularidad y belleza del escalonamiento de los contrafuertes de su cabecera, se ha instalado un sistema regulable de la temperatura de la luz con el objetivo realzar el dinamismo y la riqueza de sus elementos arquitectónicos.

En total, el proyecto contempla la instalación de 203 unidades de proyectores Led, con potencia de entre 20 W a 80W, por lo que se prevé una reducción en el consumo de energía eléctrica anual del 90 por ciento, lo que supondrá un ahorro económico de 42.538 euros y una bajada en las emisiones de CO2 a la atmósfera de 59,08 toneladas al año, asegura el Ayuntamiento en una nota de prensa, puesto que la presencia tanto de Carazo como de Gil Tamayo en la plaza se ha limitado al acto simbólico del encendido.

Un encendido que permitirá que la Catedral se vea "como nunca" y salga de la penumbra, como resaltó Paco Cuenca, anterior alcalde de Granada y bajo cuyo mandato se puso en marcha el proyecto, al tiempo que destacó que esta iluminación iba a suponer también un nuevo foco turístico para conocer esta joya de la arquitectura en paseos y rutas nocturnas.

Aquello fue a principios de año y, ya en las fechas finales, la Catedral de Granada brilla con luz propia, una luz que, a buen seguro, será aprovechada por los cientos de enamorados de los rincones de Granada, que tenían que limitar su fotografías ante el templo a las horas con sol.