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Municipios del Área Metropolitana de Granada ganan población y disputan el protagonismo a la capital

Población

Los últimos datos del censo constatan la tendencia ya conocida de que Granada pierde habitantes frente al Cinturón

Cada vez son más los municipios que rozan los 20.000 vecinos en los alrededores de la capital

Así será la Granada del futuro: femenina, envejecida y poblada por 'extranjeros'

Censo Granada: el Área Metropolitana crece en los últimos diez años en detrimento de la capital / G. H.
Miguel Navas

01 de diciembre 2022 - 05:00

Granada capital empieza, poco a poco, a verse cercada por otras pequeñas ciudades que le restan protagonismo, al menos en lo que a población se refiere. Los últimos datos del censo publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) ponen de nuevo de relieve una tendencia ya sabida: la capital no para de perder población frente al Área Metropolitana, que no para de crecer en los últimos años.

La ciudad ha perdido un 3% de población desde 2011 (última actualización del censo), en detrimento de otros municipios como Armilla (+8,13%), Maracena (+4,24%), Las Gabias (+21,14%) o Alhendín, que se convierte en el municipio que más habitantes ha ganado en una década, concretamente ha crecido un 28,19%. De esta forma, la capital empieza a estar rodeada de municipios que, por población, casi podrían ser considerados ciudades, como es el caso de las ya mencionadas Armilla y Maracena, que superan los 20.000 censados, situación en la que desde el año pasado también se encuentran Las Gabias (22.146) y y próximamente lo estarán Albolote (19.181), La Zubia (19.472) o Atarfe (19.252).

Aunque es cierto que no se puede predecir el futuro, sí lo es que, observando la tendencia histórica, todo apunta a que el peso de la capital irá cayendo poco a poco, mientras que suben algunos de estos municipios. El caso de la ciudad de la Alhambra es significativo, pues si bien es cierto que en 2011 ganó población respecto a 2001, no lo es menos que esa cifra es casi un espejismo, pues apenas subió un 1%, insuficiente para revertir una tendencia a la baja que viene experimentado desde, mínimo, 1991.

Por contra, municipios como Armilla o Alhendín van hacia arriba sin pausa. El primero ha experimentado un crecimiento del 58,6% en lo que llevamos de siglo, pues en 2001 había 15.404 personas inscritas en su censo y el pasado año eran ya 24.430, lo que lo sitúa en el segundo municipio más habitado detrás de la capital; pero más significativo el caso de Alhendín, que para el mismo periodo temporal ha experimentado un crecimiento del 112,2%, pasando de 4.578 vecinos a 9.717.

Estos dos pueblos son significativos, pero lo mismo se podría decir de otros como Churriana, que sin duda se verá alentado por la ampliación del Metro (de hecho la futura ampliación Sur llegaría a Las Gabias, otra de las pequeñas grandes ciudades). De hecho el regidor churrianero ya indicó cómo la sombra de este transporte ya dejaba entrever un aumento del precio de los inmuebles, lo que usó como una baza a favor de la llegada del Metropolitano.

Este caso no es una excepción y la mayoría de municipios que han visto aumentada su masa poblacional lo han hecho a raíz de la construcción de nuevas viviendas o la mejora de las conexiones, lo que impide la obligatoriedad de residir en la capital. De hecho, ser metropolitano no es sinónimo de aumento poblacional, como bien muestra el caso de Pinos Puente, el único municipio del Cinturón que ha perdido población en la última década, concretamente un -24,7%.

Lo mismo podría decirse de otras grandes urbes, como Salobreña, Motril o Almuñécar, que han perdido población (1,7, 2,8 y 2,1% respectivamente) debido a la necesidad de alejarse de los núcleos urbanos masificados en busca de la tranquilidad que dan otras zonas.

Estos vaivenes poblacionales hacen que, diez años después, la provincia se mantenga casi igual. De hecho en 2011 había censados en la provincia 922.100 personas, y en 2021 los datos del INE reflejan a 925.046, un crecimiento de apenas un 0,32%. Donde sí se nota algo más de variación es en la serie histórica, desde 1981 (último que disponible), cuando había 758.650 personas empadronadas, Granada ha ganado un 21,9% de población.

Con estos datos, Granada es la cuarta provincia más poblada de Andalucía, una posición de la que no se ha movido en los últimos cuarenta años. Así, esta región se encuentra muy lejos de otras como Sevilla, Málaga o Cádiz, que superan ampliamente el millar de personas, pero también guarda una cómoda distancia de sus perseguidores, pues Córdoba, quinta en el ranking, tiene 77.622 personas censadas.

Sin dejar el ámbito provincial, los datos del INE reflejan que los granadinos prefieren grandes núcleos urbanos y que los pequeños pueblos son cada vez, precisamente, más pequeños y prontos a desaparecer. De esta forma, la gran mayoría de censados en Granada lo están en un municipio de entre 100.000 y 500.000 habitantes (25,2%), mientras que menos de un 5% lo hacen en pueblos con menos del millar de habitantes.

Jaén, principal 'exportador' de granadinos

En cuanto al lugar de nacimiento, las cifras ofrecidas hoy por el INE revelan que, a excepción de la propia provincia (708.223 personas, el 76,5%), la mayoría de personas censadas en Granada no nacieron aquí, sino que proceden de Jaén. Así, del total de la provincia 21.600 personas nacieron en la región vecina (3,04%), lo que la convierte en el principal núcleo irradiador, seguido de Barcelona (1,6%) y Madrid (1,08%).

Analizando las cifras, se puede incluso llegar a esbozar un retrato robot del granadino medio, que tendría unos 42 años, mujer y de nacionalidad española. Y es que algo más del 50% de la población de la provincia es mujer y un 92,5% es de nacionalidad española.

En cuanto a nivel de estudios, un 28% tiene como mínimo la educación secundaria, siendo el grupo mayoritario, aunque no a mucha distancia de los que tienen educación superior (25,6%).

Este es el granadino tipo que se encuentra ahora en la línea de salida de una carrera que llegará a la meta diez años después, cuando el INE actualice sus datos censales y se vea si, finalmente, la capital ha perdido su posición privilegiada.

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