El Centro Albayzín impulsará nuevas cualificaciones profesionales en el sector de la restauración del patrimonio histórico
Un estudio liderado por esta Escuela de la Junta y Centro de Referencia Nacional señala los oficios con más demanda no cubierta en el mercado laboral
La Escuela de Formación en Artesanía, Restauración y Rehabilitación del Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural Albayzín, perteneciente a la red de Escuelas de Formación Profesional para el Empleo del Servicio Andaluz de Empleo, impulsará el reconocimiento de nuevas cualificaciones profesionales en el sector de la restauración del patrimonio, con las que se dé respuesta a las demandas de mano de obra de determinados oficios relacionados con este sector, actualmente no cubiertas en el mercado laboral. Así lo ha explicado la Secretaría General de Servicio Público de Empleo y Formación Profesional y directora gerente del Servicio Andaluz de Empleo (SAE), María Victoria Martín-Lomeña, que ha participado hoy en Madrid en la II Jornada Técnica sobre “El oficio de restaurar”, organizadas por este centro en colaboración con la Asociación de Empresas de Restauración del Patrimonio (Arespa).
Durante la clausura de este encuentro, al que ha asistido también el delegado territorial de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo de Granada, José Javier Martín Cañizares, la directora gerente ha indicado que actualmente existe un déficit para cubrir la demanda de las empresas en oficios artesanales que trabajan en el sector de la restauración del patrimonio, debido fundamentalmente a que son oficios en extinción por la falta de relevo generacional, por la baja inversión en patrimonio y la insuficiente oferta formativa. Se trata, ha explicado Martín-Lomeña, de oficios que necesariamente intervienen en el patrimonio cultural, formando parte de los equipos multidisciplinares con los profesiones del sector, complementarias a las del conservador-restaurador o arquitecto de bienes culturales.
Este hecho se desprende de las conclusiones de un estudio, presentado durante la jornada, desarrollado por el Centro Albayzín para identificar los oficios artesanos que intervienen en el área profesional de la recuperación, reparación y mantenimientos artísticos. El informe señala la necesidad de emprender el reconocimiento de nuevas cualificaciones profesionales o certificados de profesionalidad en varios de los diez oficios que presentan una mayor demanda de mano de obra no cubierta en el mercado laboral. Se trata de las especialidades en tapiales, adobes y mampostería y de la de artesano del zinc, cobre y plomo.
El Centro Albayzín, como Centro de Referencia Nacional de Artesanía, será el encargado de impulsar ante el Instituto Nacional de las Cualificaciones (Incual) la puesta en marcha de estas nuevas cualificaciones profesionales, con las que se de respuesta a la demanda de mano de obra por parte de las empresas del sector, liderando el trabajo para regular adecuadamente estos oficios y sus competencias.
En este sentido, María Victoria Martín-Lomeña ha destacado que como Centro de Referencia Nacional, Albayzín es un centro referente en materia de formación para el empleo en sectores productivos concretos que faciliten una respuesta a los cambios en la demanda de cualificación de dichos sectores y debe liderar el desarrollo de acciones de carácter innovador, experimental y formativo en materia de FP que sirvan de referente al conjunto del Sistema Nacional de Cualificaciones y para el desarrollo de la Formación Profesional.
Sector pujante sostén del empleo
Martín-Lomeña se ha referido también a que los oficios tradicionales son un sector pujante que contribuyen de manera notable a la creación de riqueza y al sostenimiento del empleo en Andalucía y en el resto de España. De hecho, el sector artesano, en su diversidad de actividades, aglutina hoy en la Comunidad a casi 7.000 empresas, más del 18% del conjunto de España, y proporciona trabajo a unas 20.000 personas, lo que implica alrededor del 19% de todo el empleo del sector nacional.
En Andalucía, en torno al 47% de las empresas artesanas son unipersonales, es decir, de una dimensión reducida y por tanto se enfrentan al reto adicional de encontrar fórmulas atractivas que den continuidad a la actividad y puedan garantizar el siempre necesario relevo generacional.
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