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En numerosas ocasiones, los médicos dan a sus pacientes malas noticias. Se trata de situaciones difíciles en las que la delicadeza es mucho más importante para el paciente que la propia toma de medicinas. Los tutores de los médicos residentes están, entre otras cosas, para enseñar esto.
Para mostrar a los nuevos médicos la mejor manera de tratar a las personas. Para enseñar todo lo que saben después de tantos años de profesión. Y en esto, Lorenzo Arribas, médico de familia y tutor MIR del centro de Salud de La Chana, es un auténtico experto. Desde hace 27 años, Lorenzo Arribas tutoriza a los alumnos que llegan nuevos a este centro de salud. Se trata de una actividad que le apasiona, pues según su opinión "ser tutor es un auténtico privilegio y un lujo para un médico".
Para llevar a cabo su cometido, Lorenzo invita a los nuevos médicos internos residentes (MIR) que se incorporan al centro de Salud a pasar los primeros días con él. De esta manera les enseña su forma de tratar a los pacientes, la manera en que se implica en cada consulta y, en definitiva, el escenario de la práctica médica. "Deben aprender que los pacientes no son un latazo. Puede que venga uno más complicado pero lo cierto es que son personas que, por alguna razón, se encuentran en una situación de debilidad. Nadie viene al médico por gusto", explica.
Por este motivo, Lorenzo intenta mostrar a sus alumnos la sensibilidad con la que trata a cada persona que cruza la puerta de su atípica consulta, donde la mesa queda pegada a la pared, y los pacientes justo al lado de Lorenzo. "Los nuevos médicos tienen que entender que tenemos una posición privilegiada y que este trabajo les va a aportar un crecimiento personal inmenso. Ser médico es tener la oportunidad de adquirir un desarrollo personal muy grande", remarca.
Cuando Lorenzo Arribas y su MIR consideran que este periodo de "contextualización" ha sido suficiente, ambos comienzan a pasar consulta de manera individual, "pero siempre con la puerta abierta a todo tipo de preguntas", explica.
Lo positivo de esta experiencia es que según Lorenzo Arribas no solo el MIR aprende del médico, sino que también sucede al revés. "Nosotros también aprendemos de las personas que vienen aquí. Conocer bien toda la medicina es muy difícil y los residentes aportan mucho. Además, yo creo que el que enseña y trabaja aprende más que el que solo trabaja", matiza. Asimismo, remarca que los médicos se ven contagiados por la ilusión que traen los nuevos, algo que también es muy gratificante.
Por su parte, José Antonio Baeyens, un joven médico residente que trabaja desde hace dos semanas con Lorenzo Arribas en la consulta explica que para él, los tutores son auténticas referencias para el buen desarrollo de la profesión.
Con respecto a lo que José Antonio Baeyens espera de su tutor, explica que va más allá de los conocimientos teóricos y se centra más en el cómo, en detalles del trato con las personas ante situaciones difíciles, etc. "Quiero saber cómo abordar los problemas de la gente. Ahí es donde tiene más lagunas la carrera ", declara.
Así, José Antonio Baeyens considera que esa es la parte fundamental que necesita conocer, un aprendizaje que de momento, con las enseñanzas del médico de familia Lorenzo Arribas, parece estar más que cubierta.
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