El Claustro de la UGR aprueba una reforma parcial de los Estatutos
El Defensor Universitario presenta su informe anual de 2009 con una quincena de sugerencias para mejorar la actividad docente y la de los órganos de gobierno
La segunda votación de la reforma parcial de los Estatutos de la Universidad de Granada (UGR) dio por fin el visto bueno a un proyecto en el que lleva trabajando parte de la comunidad universitaria desde hace más de un año. Con 206 votos a favor, 4 abstenciones y 3 votos en contra se aprobó la nueva normativa que regirá la vida diaria de los universitarios a partir de hoy mismo.
El texto, que volvió a ser defendido por el decano de Derecho, Juan López Martínez, máximo responsable de la Comisión de reforma, está compuesto por 237 artículos, seis disposiciones generales, nueve transitorias, una disposición derogatoria y una final, se adapta por fin a las nuevas referencias normativas y al espíritu de las reformas universitarias en las que se ha involucrado esta institución. Tras una primera votación celebrada en el mes de diciembre y que se tuvo que anular por falta de claustrales, la reforma de los estatutos ha sido aprobada finalmente por una mayoría de los mismos.
Por otra parte, el Defensor Universitario de la Universidad de Granada, Enrique Hita, presentó ayer el informe anual de la gestión que ha llevado a cabo en 2009 la oficina que él mismo dirige y que fue refrendado por mayoría absoluta por los claustrales en la cita de ayer. Tras realizar una defensa de la convivencia en la Universidad, Hita recordó a los allí presentes la labor para la que fue elegido y lanzó una quincena de sugerencias encaminadas a mejorar la convivencia en el seno de la institución.
En primer lugar, Hita destaca "la falta de asistencia de los claustrales" a las convocatorias del órgano que representan (la mayoría de las veces no llegan a la mitad).
Además, sugirió "la urgente sustitución del artículo 18 de la Normativa de Planificación Docente y Organización de Exámenes de la Universidad de Granada", que provoca tantas reclamaciones en la oficina del Defensor Universitario. Al mismo tiempo, denunció los problemas de accesibilidad telefónica que se perpetúan en algunos centros y propuso que cada profesor firme en cada clase para evitar las ausencias denunciadas por el inspector jefe de servicios, así como la UGR consiga "mediar en los seis o siete conflictos que arrastran varios compañeros desde hace años".
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