Club de Debate de la Universidad de Granada: Mucho más que hablar
UGR
Esta asociación ofrece formarse en el terreno de la retórica y la argumentación, además de adquirir habilidades para el día a día en la Universidad
ESN Granada, una asociación sin fronteras
Hay quien llega al Club de Debate de la Universidad de Granada con miedo escénico. Otros con ganas de explorar nuevas maneras de comunicar y comunicar mejor. Los motivos para tocar a esta puerta pueden ser variados, pero “lo que nos engancha es la capacidad que nos da”. Como si se tratara de un superpoder, Isabel Gil Sánchez habla con desparpajo –como no puede ser de otra manera– de las habilidades que se consiguen con esto de argumentar y contraargumentar. Ella es la presidenta del Club de Debate de Granada, ente que cuenta con una breve pero intensa trayectoria. Por ahora cuenta con un centenar de miembros y varios planes para crecer.
“Yo me metí en esto por obligación”, confiesa Gil Sánchez. En el instituto una profesora se fijó en ella y le propuso participar en torneos de debate. Sus padres también la animaron. La mecha prendió y cuando Gil Sánchez llegó a Granada entró a formar parte del recién creado Club de Debate de la UGR.
“Tenemos dos objetivos muy claros. Que el debate no sea un lujo y ofrecer un espacio seguro para poder crecer”. La entidad cubre gracias a las ayudas de la Universidad de Granada por ejemplo la participación en torneos. Cada semana se reúnen en el Aulario de Derecho de la Universidad, donde los socios participan en actividades formativas. Cuentan con dos niveles y están abiertos a todas las titulaciones. “Al principio se puede pensar que esto es un monopolio de Ciencias Políticas, pero tenemos gente del área de Salud, de Sociología, de Ingenierías...”, detalla Gil Sánchez.
La formación que se imparte en el club cubre tres bloques, expresión oral, cómo se forma un argumento y práctica. “No son clases teóricas”, apostilla la representante del Club en la UGR.
¿Y para qué sirve debatir? “Nos cuentan que les ha servido cuando han tenido que hacer una exposición oral y apenas han tenido que mirar los apuntes. También en las clases se nota. Es brutal. Puede ayudar en los exámenes...”. Gil Sánchez defiende con brío que formarse en debate enriquece el currículo estudiantil y además es una ayuda práctica para sacar adelante el curso.
“Aprendes a decir lo que quieres decir, a plantear cómo abordar una pregunta”, resume sobre la virtud que tiene aprender a argumentar en el día a día del estudiantado. “Te da capacidad rápida de respuesta, pero de una forma seria, calmada”. Un saber hacer que da puntos. Cada uno de los socios del Club se marca sus objetivos. “Sobre todo da confianza en ti mismo, toda persona debería darle una oportunidad al debate”, expresa esta estudiante de Derecho y Ciencias Políticas.
Además de estas ventajas, participar en el Club de Debate permite conocer a mucha gente, “y eso hace que la experiencia se enriquezca”.
El Torneo Nacional de debate universitario BP Ciudad de Granada, celebrado el pasado mes de octubre, permitió ver en directo algunas de las destrezas de estos oradores. “Si no se conoce el formato parece distante”, apunta Gil Sánchez, que destaca la capacidad de los participantes en armar su argumentario en apenas quince minutos y consultar internet. “La percepción que se puede tener es que debatir es hablar, pero también es aprender a argumentar”.
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