Cambio de perfil en los comedores sociales: más familias y afectados por la crisis del Covid
Granada
La Orden de San Juan de Dios ha atendido ya en la primera mitad del año a un 15% más de usuarios que demandan ayuda de alimentación que en los primeros seis meses del año 2019
La crisis sanitaria del coronavirus generó una crisis económica y social que está comenzando y que ya ha causado estragos a nivel laboral, dejando a familias y a muchos trabajadores en paro, con pocos ingresos y con unas necesidades que han entrado por la puerta de la noche al día. Y no se sabe por cuánto tiempo, con una segunda ola acechando y posibilidades de nuevas medidas restrictivas en una situación nunca vista antes.
Ante esta realidad, las organizaciones sociales ya han advertido del cambio en las necesidades de las personas y las familias, en la necesidad de apoyo y atención a gente que no se puede quedar atrás y en el aumento de ciudadanos en riesgo por la situación económica en la que han quedado.
Y por eso, también, han aumentado exponencialmente desde abril las peticiones de demanda a los Servicios Sociales para conseguir ayudas y recursos en este momento puntual.
De hecho, por ejemplo, en el Ayuntamiento de Granada los Servicios Sociales están declarados prioritarios y ha aumentado el gasto y la actividad con programas de urgencia alimentaria para, sobre todo, garantizar la comida a las familias afectadas por esta situación.
Y los comedores sociales ya han notado este cambio. Es el caso del de San Rafael, de la Orden de San Juan de Dios, uno de los dos comedores sociales de la ciudad y que está abierto este verano. La Orden, ya con la crisis económica de 2008, activó además del comedor social para personas sin hogar y pocos recursos que funciona habitualmente, un recurso que se vio ampliado con un servicio de reparto de comidas a familias en situación de riesgo.
Y vuelve esta necesidad. Según los datos facilitados por la propia Orden, en este mes de julio han servido 3.130 menús atendiendo a un total de 336 personas en ese mes.
En lo que llevamos de agosto se está atendiendo a 140 personas diariamente y su comedor es el único abierto en la zona centro en Granada y abre todos los días de la semana, de lunes a domingo.
Analizando el 2020, en el primer semestre del año han servido un total de 22.818 menús, con un promedio de 3.181 menús mensuales y atendido a una media de 349 personas mensualmente. En la comparativa, estos datos con respecto al año anterior reflejan un aumento de más del 15% en las personas atendidas y menús servidos.
“No se refleja tanto un aumento del número de personas atendidas como el incremento en la diversidad de perfiles de personas que acuden al comedor, acudiendo en estos últimos meses, personas que acaban de perder su trabajo, que se encuentran en ERTE, cabezas de familia que están a la espera de alguna ayuda familiar o de alimentos, familias con menores a su cargo, etc”, indican desde la Orden.
Andrea Castillo Carmona, educadora social de la Orden de San Juan de Dios en Granada, explica a este periódico que han estado coordinados en la atención desde que se decretó el estado de alarma y las personas sin hogar que habitualmente iban a su comedor, fueron trasladadas, primero, al pabellón Paquillo Fernández y después al Palacio de Deportes de la ciudad. En ambos sitios, se les daba dentro del programa de emergencia, la comida diaria, por eso el comedor de San Rafael estuvo cerrado.
Y las instalaciones continúan cerradas, ya que por las medidas de seguridad y prevención lo que se hace ahora es dar las mismas comidas envasadas a los usuarios. Por eso la entrega directa a familias por este sistema se ha paralizado y ahora se hace a todos por igual. La previsión es que ya en septiembre puedan abrir las instalaciones físicas y volver a recibir bajo techo a los usuarios y reordenar de nuevo sus programas de ayuda.
“Ya desde el estado de alarma se vio que aumentaban las peticiones de recursos de parejas que habían perdido su trabajo, de personas en ERTE, de familias con menores que no tenían para alimentos”, explica Castillo.
Ahora, una vez que se decretó la nueva normalidad y se cerró el acogimiento de urgencia del Palacio de Deportes, estas personas sin hogar han vuelto a ser atendidas en el comedor social más las personas añadidas por la crisis.
Y se coordina la atención con los Servicios Sociales. “Están viviendo ahora más familias con un aumento considerable de casos que están a la espera de recibir la tarjeta monedero del Ayuntamiento y a los que mientras atendemos nosotros”. Y también se hace al revés. Hay casos de personas y familias que acuden directamente al centro y desde allí los asesoran y derivan a Servicios Sociales.
Castillo destaca casos como una persona de apenas 20 años que tenía su trabajo y estaba independizada y que recurre ahora a la ayuda social tras perder su trabajo y “quedarse sin nada”. “Este es el perfil que está viniendo al comedor”, aclara.
“Vienen casos urgentes y los atendemos y también los derivados por Servicios Sociales”, asegura Castillo, que explica que se hace una entrevista a cada caso para conocer su situación y ver el recurso adecuado.
Y para todo esto cuentan con sus voluntarios. También aquí se han reordenado ya que los mayores de 65 años no están acudiendo para no exponerlos a riesgos.
También tienen abierto el servicio de duchas desde final de junio de lunes a viernes para que las personas que viven en la calle se puedan duchar y cambiar de ropa.
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