Comida mozárabe en el ruedo
Tercio de Quites se erige como el nuevo restaurante y lugar de tapas en el que además de disfrutar de la típica gastronomía de la provincia se puede contemplar, desde dentro, la Plaza de Toros
¿Es posible salir por la puerta grande de una plaza sin ser torero? Ahora sí. Aunque no a hombros pero sí a pie, todo aquel que quiera puede disfrutar de la espectacularidad de la Plaza de Toros de Granada y de la típica comida de la provincia en el nuevo restaurante Tercio de Quites.
Poco o nada, podían imaginarse en 1928 -cuando se inauguró la plaza el 30 de septiembre-, el arquitecto Ángel Casas y el constructor José Jiménez que su obra serviría ocho décadas después no sólo para torear, sino también para cultivar el paladar.
En la entrada, una alfombra negra muestra el camino que lleva al albero. 1.500 metros cuadrados repartidos entre distintos locales de tapas y copas. Pero en los que sólo uno se presenta como el único restaurante, en todo el mundo, situado en un recinto taurino. Donde se combina la gastronomía más vanguardista con la tradicional, y cuya base se encuentra en la cultura mozárabe. Desde una ensalada con brevas y queso blanco con miel, hasta las típicas puntas de solomillo, tienen cabida entre las sugerencias de la chef.
Según el propietario de Tercio de Quites, Douglas Marcel, "la idea gustó tanto al Ayuntamiento como a Cultura, ya que no sólo contribuye a que se conozca, a nivel nacional e internacional, la ciudad granadina, sino la Plaza de Toros como otro de los monumentos que visitar en la capital, además de la Alhambra ". "Pretendemos que el coso no se utilice únicamente 30 días al año, entre conciertos y corridas, sino que sirva como un referente cultural", señala Marcel.
Pese a los momentos de crisis por los que atraviesa Granada, la juventud y novedad de este restaurante, inaugurado hace apenas dos meses, han hecho que se deje notar en menor grado. Y es que, "tanto granadinos como turistas extranjeros pasan por Tercio de Quites para degustar nuestra comida. Los fines de semana vienen más granadinos y entre semana son los turistas los que se acercan". "Creo que poco a poco nos iremos haciendo un hueco entre los establecimientos que, como nosotros, ofrecen alta restauración, pero con la diferencia de que aquí los precios son más adsequibles", continúa el dueño del restaurante.
Un nuevo lugar para tapear o comer, pero en uno de los entornos más emblemáticos de la ciudad.
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