Corazón gourmet bajo el Puente de Lata

Rocío Machado volvió hace doce años a su pueblo natal para poner en marcha el Chambao El Vizco.
Rocío Machado volvió hace doce años a su pueblo natal para poner en marcha el Chambao El Vizco.

Situado al final de la Cuesta de la Valdesa de Dúrcal, bajo el localmente conocido como Puente de Lata, el Chambao El Vizco tiene cuerpo de merendero y corazón de gourmet.

Si resulta curioso encontrar en la comarca del Valle del Lecrín un puente de hierro obra de uno de los discípulos del mismísimo Eiffel, igual de sorprendente es descubrir una cocina mediterránea fusionada con la gastronomía oriental a la sombra de la construcción.

Cuando la cocinera Rocío Machado cogió las riendas del Chambao El Vizco hace 12 años, las recetas tradicionales de la zona, como patatas a lo pobre o morcilla, que durante más de 40 años sirvieron los anteriores propietarios dieron paso a actuales platos internacionales que generan un atractivo choque cultural con el lugar en el que el establecimiento está enclavado. Solo la olla de San Antón, que la chef prepara en enero, hace un guiño a la gastronomía local.

Las alcachofas a la miel, el bacalao gratinado al alioli, la paletilla de cordero mozárabe al horno, el codillo berlinés o el wok de pato conforman las especialidades de la casa, impertérritas desde la apertura del Chambao El Vizco, acompañadas cada temporada por otras propuestas como el risotto de setas, el arroz meloso de placton marino y salicornia o las carnes de presa. Además, el establecimiento se considera un templo del queso y el chocolate, incitando al comensal a caer en la tentación del camembert frito, el provolone o sus postres caseros. "Trabajamos el chocolate puro de una forma genial, consiguiendo un sabor y textura potentes sin resultar empalagoso", añade Rocío.

La oferta de bebidas acompaña el espíritu innovador del Chambao El Vizco, con una selección de vinos de alta calidad -procedentes de reputadas bodegas de baja producción- y cervezas artesanales como Mica -incluida en el Top 10 de las mejores del Mundo en el reciente certamen World Beer Challenge 2016- o la Casa de Alba.

Rodeado de naturaleza, el local invita a desconectar en su terraza, cuando el tiempo acompaña, o en su salón con chimenea, si el frío se sienta a la mesa. "Aquí se viene a disfrutar de la comida y de las personas; no hay pantallas, ni máquinas que distraigan a los clientes y es habitual que las sobremesas se alarguen", explica la empresaria, que tras pasar muchos años trabajando en reconocidas cocinas, como las de los hoteles Corona de Granada y Meliá de Almería, decidió volver a su pueblo natal para compartir su aprendizaje.

Por el momento, Rocío Machado se queda en Dúrcal, pues el horario de apertura del restaurante en invierno -de viernes a domingo y comidas concertadas con un día de antelación- le permite viajar, seguir formándose y enriqueciéndose en ferias y cursos y colaborar con proyectos solidarios, aunque su carácter inquieto le impide descartar una nueva aventura en el futuro.

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