La Costa cree que ha perdido la batalla, pero no la guerra

Granada cuenta con un plazo de año y medio para tratar de convencer a Bruselas de que incluya a Motril en el proyecto

N. M. / Motril

20 de octubre 2011 - 06:57

Todos los partidos, instituciones y asociaciones empresariales de Granada coinciden en que no se van a quedar de brazos cruzados ante la decisión de Bruselas de que el Corredor Mediterráneo se salte la Costa Tropical. Ya lo anunciaron de antemano, puesto que se temían la decisión, y lucharán "hasta el último aliento", en palabras del alcalde de Motril, Carlos Rojas, para conseguir que en el mapa de la Red Transeuropea de Transporte quede incluido el litoral granadino. Es difícil, pero no imposible. La primera batalla está perdida, pero no la guerra.

Según Joan Amorós, secretario general de Ferrmed, el lobby que impulsa el proyecto desde 2004, "queda mucho camino por recorrer". Así, uno de los objetivos que se imponen a partir de hoy es conseguir "la inclusión, en el Corredor Mediterráneo Ibérico, de las líneas Lorca-Granada y Almería-Motril-Málaga-Algeciras, así como las grandes circunvalaciones de las ciudades de Barcelona y Valencia". También hay que lograr que Málaga sea reconocida como nodo de la Red Central.

La forma de conseguir esto pasa por una dura negociación entre los representantes de los países miembros afectados -entre los que figura España- y la Comisión Europea de Transportes. Sin embargo, ayer Siim Kallas dijo que el trazado que presentaba era de la "satisfacción" del Gobierno español, cuando se le preguntó por el salto por el interior hacia Algeciras y Sevilla, en vez del trazado propuesto por Ferrmed.

Para que España convenza a la CE habrá un plazo de aproximadamente un año y medio, que es lo que tardará su tramitación, es decir, mientras que pasa por las distintas instancias como el Parlamento Europeo y, finalmente, lo apruebe el Consejo, según explicó ayer José Blanco. Sin embargo, en medio de este periodo hay elecciones generales y el titular de Fomento hizo referencia a ello: "El nuevo gobierno que salga del 20-N podrá quitar, si piensa que sobra algo, y poner, si cree que falta algo". Eso sí, deberá hacerlo antes de que el texto se apruebe definitivamente por parte del Consejo Europeo.

Aun si pasa ese año y medio y Bruselas no está convencida de desviar el corredor hacia el Puerto de Motril, siguiendo por el Mediterráneo, habrá una nueva oportunidad en 2023, cuando habrá una revisión del proyecto.

Las razones que pesan en su contra son que, según Blanco, hay unos requisitos objetivos para incluir los nodos ferroviarios, que son que la aglomeración urbana sea de un millón de habitantes y que el tráfico de mercancías del puerto en cuestión represente un 1% del de la Unión Europea (unos 25 millones de toneladas), dos cuestiones que la Costa Tropical, con algo más de 120.000 habitantes y un tráfico portuario que no llegó a los 2 millones de toneladas el año pasado, no cumple.

También juega un papel fundamental que el estudio que anunció el ministro acerca de la viabilidad del trazado por la Costa Tropical -de ahí que esté en el mapa con puntos suspensivos-informe favorablemente de ello, teniendo en cuenta, entre otras cuestiones, su coste y la orografía del terreno.

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