"El Covid-19 no deja ninguna secuela a largo plazo en el 80% de los casos"
Germán Sáez Roca | Neumólogo del Hospital Virgen de las Nieves
El doctor granadino, experto en gestión sanitaria, habla sobre los efectos del virus en los pulmones, el uso de mascarillas y las consecuencias de la contaminación en la salud
Granada/Los internistas y los neumólogos han jugado un papel fundamental en la gestión sanitaria y asistencial de la crisis del coronavirus. Germán Sáez Roca (Granada, 1969) es uno de los neumólogos más reputados de la ciudad. Este médico vocacional desarrolla su trabajo en el Servicio de Neumología del Hospital Virgen de las Nieves desde 1999. Su formación en trastornos respiratorios del sueño y ventilación mecánica se complementa con otras disciplinas médicas.
El profesional, experto en Urgencias, Emergencias y Catástrofes por la UGR y en Gestión Sanitaria por la Escuela Andaluza de Salud Pública, pertenece a destacables grupos de investigación como el Laboratorio de Sueño y Promoción de la Salud de la UGR. También es investigador de la Dirección General de Tráfico en el ámbito de movilidad y seguridad vial. Sáez contesta amablemente a un cuestionario para solventar dudas relacionados con este virus y su efectos en los vías respiratorias; las consecuencias de la contaminación en la salud; y el uso de las mascarillas.
-¿Cómo puede afectar este virus a los pulmones?
-El Covid-19 afecta a todo el aparato respiratorio comenzando desde la nariz. Es importante la inflamación de la mucosa traqueobronquial, haciendo que el paciente tosa con frecuencia, sienta escozor al respirar y cierta opresión torácica. En ocasiones la inflamación afecta a las regiones más profundas y sensibles de nuestros pulmones, que son los alvéolos, el lugar donde se produce el intercambio gaseoso. En estos casos hablamos de neumonía.
-¿Qué diferencia hay entre el Covid-19 y una neumonía normal?
-La neumonía es una enfermedad infecciosa, producida por virus o más frecuentemente por bacterias, muy prevalente entre la población especialmente en invierno. Afecta a personas de todas las edades aunque es más grave en niños, ancianos y pacientes debilitados por enfermedades crónicas o deficiencias inmunitarias. En la mayoría de los casos el tratamiento se realiza en domicilio aunque en otras se precisa ingreso hospitalario por su gravedad y origina la muerte de 10.000 personas cada año. La neumonía por Covid-19 presenta algunas diferencias respecto de las neumonías bacterianas habituales y durante la pandemia ha sido la causa más frecuente de ingreso hospitalario. Los pacientes suelen presentar mal estado general, fiebre, tos persistente y sensación de falta de aire. A menudo se añaden síntomas menos frecuentes en la neumonía convencional como dolores articulares y musculares generalizados, cefalea y síntomas gastrointestinales. Radiológicamente también encontramos diferencias que nos hacen sospechar que la causa no es bacteriana y que en este ambiente epidemiológico podría tratarse de Covid-19, como el hecho de que afecte de forma difusa a ambos pulmones o que no se limite a los alvéolos sino que se extienda al espacio interalveolar que denominamos intersticial. A diferencia de la neumonía bacteriana es muy contagiosa y afecta desigualmente a determinados grupos de edad y pacientes pluripatológicos. La experiencia acumulada y los datos publicados nos hacen pensar que existe también cierta predisposición individual para padecer formas más agresivas de la enfermedad incluso en personas jóvenes. En estos casos, además del daño producido por el virus se añade una respuesta inflamatoria exagerada por parte del organismo, que empeora mucho más el curso clínico del paciente provocando un deterioro rápido y progresivo, llegando a precisar ingreso en UCI y asistencia ventilatoria urgente. Es entonces cuando se extrema la capacidad de respuesta de los sistemas sanitarios.
-En las últimas semanas se ha hablado mucho de las secuelas del coronavirus. ¿Cuáles son las más comunes en las vías respiratorias y cuál es el porcentaje de pacientes que las presenta?
-En el 80% de los casos la enfermedad por coronavirus es leve y no deja absolutamente ninguna secuela a largo plazo. Durante los primeros meses es frecuente sentir cierto cansancio muscular, agotamiento o incluso presentar lesiones dérmicas que desaparecen espontáneamente poco después. En los casos graves (15-20%) el paciente presenta sensación de falta de aire, debilidad muscular y alteraciones inflamatorias pulmonares visibles radiológicamente, que pueden tardar meses en desaparecer. Nuestra experiencia con la enfermedad es amplia respecto del número de casos aunque muy corta en el tiempo, siendo difícil precisar la evolución a largo plazo de estos pacientes con infiltrados pulmonares difusos. Desconocemos todavía si estas alteraciones radiológicas irán desapareciendo o darán lugar a cicatrizaciones pulmonares más o menos extensas, en forma de fibrosis. También se ha observado en estos pacientes un descenso en la capacidad de difusión de gases a través de la membrana alveolo-capilar, lo que denota la gravedad de las lesiones pulmonares producidas. Algunos pacientes precisaron prescripción de oxigenoterapia domiciliaria al ser dados de alta y se han ido recuperando hasta prescindir de ella en los meses siguientes. Es importante saber que incluso los casos graves pueden recuperarse sin secuelas aunque desgraciadamente no podemos predecir con seguridad que curso evolutivo va a seguir cada caso.
-¿Los fumadores son más propensos a contraer este virus? ¿Y los alérgicos y los asmáticos?
-Multitud de trabajos científicos rigurosos demuestran que el tabaco afecta gravemente la capacidad defensiva del aparato respiratorio inflamando la mucosa, espesando las secreciones, alterando la función de los cilios y también del sistema inmune local. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica estima que el tabaco puede aumentar un 240% el riesgo de padecer una forma grave de enfermedad por Covid-19, incluyendo también más riesgo de ingreso hospitalario, insuficiencia respiratoria, intubación, ventilación mecánica, ingreso en UCI y muerte. Hay que añadir que el repetitivo movimiento dedos-boca-nariz del fumador facilita el contagio. Es por tanto un buen momento para animar a los fumadores a abandonar su hábito tabáquico y recordar que el uso de cigarrillos electrónicos tiene efectos negativos similares. Los pacientes con alergia o con asma no tienen mayor riesgo de infectarse que el resto de la población y no se ha demostrado que padezcan formas más graves o con más complicaciones siempre que el asma se mantenga controlado.
-¿Se puede establecer alguna relación entre el nivel de contaminación y el número de contagiados?
-El periodo de confinamiento nos ha traído la posibilidad de mantener las ventanas de nuestros domicilios abiertas en las grandes ciudades, esto es algo que también echábamos de menos en Granada por ser una de las más contaminadas de España. Cómo afecta la contaminación a la salud y la calidad de vida es un tema recurrente. Ya no hay lugar a dudas de que aumenta la incidencia de enfermedades cardiorespiratorias, visitas a urgencias, ingresos hospitalarios, cáncer y se estima en 10.000 muertes al año las causadas por la contaminación. Investigaciones publicadas recientemente demuestran que las partículas sólidas y líquidas presentes en la contaminación pueden mantener al virus en suspensión más tiempo y vehiculizarlo a mayores distancias favoreciendo así su propagación, aumentando la incidencia de la infección y de la mortalidad de las neumonías asociadas. En España una de las principales fuentes de contaminación es el tráfico. Nuestro Servicio de Neumología del Hospital Virgen de las Nieves ha confirmado la estrecha relación entre ingresos hospitalarios de pacientes con enfermedades respiratorias y los niveles ambientales de dióxido de nitrógeno (NO2) y partículas menores de 10 micras (PM10).
-Ha habido mucha confusión con las mascarillas. ¿Mascarillas sí o no? ¿Dónde?
-Las mascarillas son fundamentales en el control del contagio. Cuando llevamos mascarilla no se dispersan las pequeñas partículas que emitimos al hablar, toser o estornudar, que llevan el virus en su interior y son las responsables de la transmisión. Si la distancia que nos separa de los demás es suficiente (mayor de 1,5-2 m) no resulta imprescindible llevarla puesta. Respecto del tipo de mascarilla, debemos recordar que las que tienen válvula espiratoria sólo nos protegen a nosotros mismos pero no protegen a los demás, pues dejan salir libremente las partículas de nuestra respiración. Si todos llevamos mascarilla la probabilidad de contagio es realmente baja. No cabe duda de que hemos de cumplir las normas de nuestras autoridades sanitarias.
-El año pasado, el Virgen de las Nieves puso en marcha un proyecto de telemedicina donde usted colabora, que consiste en la monitorización de pacientes que requieren ventilación mecánica con equipos de asistencia respiratoria en su domicilio. ¿Tienen ya resultados? ¿Ha funcionado estos meses?
-El Servicio de Neumología participa desde hace años, en colaboración con el grupo de investigación de la Subdirección de Tecnologías de la Información y Comunicación de Granada, en el desarrollo de programas de telemedicina e interoperabilidad de sistemas, dirigidos a pacientes con asma y EPOC. En 2019, nuestra Unidad de Trastornos Respiratorios del Sueño y Ventilación Mecánica inició, en colaboración con la empresa adjudicataria de terapias respiratorias de Granada, la monitorización domiciliaria y hospitalaria de pacientes con insuficiencia respiratoria grave tratados con dispositivos de ventilación mecánica no invasiva. Para ello los equipos disponen de tarjetas SIM que registran la información y la envían diariamente a través de red 3G/4G a un centro de procesamiento de datos (AirView ResMed Air Solutions) al que sólo tienen acceso profesionales sanitarios autorizados. AirView cumple con la Directiva UE 95/46/CE sobre privacidad y cuenta con tecnología de encriptación. Actualmente son más de 100 pacientes los que disponen de esta tecnología y sus respiradores nos proporcionan información relevante de las principales variables en ventilación mecánica, como los parámetros configurados en el tratamiento (presiones, tiempos de respiración, frecuencia respiratoria, sensibilidad de respuesta) y los resultados obtenidos tras la interacción con el paciente (uso diario, frecuencia respiratoria, volumen corriente, ventilación minuto, fugas inapropiadas, etc.). Todo esto nos permite conocer a distancia, prácticamente en tiempo real, la eficacia de los dispositivos ventilatorios situados en domicilio del paciente o en cualquier habitación del hospital, corregir alteraciones, predecir descompensaciones y modificar parámetros ventilatorios, sin necesidad de desplazar al paciente. Durante la época de pandemia ha sido especialmente útil, pues los pacientes se sentían atendidos de forma constante, seguros de que sus dispositivos funcionaban correctamente y sin presentar descompensaciones respiratorias relevantes. La monitorización se complementó con consulta telefónica. La alternativa a esta nueva modalidad de atención es el desconocimiento absoluto de la realidad hasta que el paciente acuda a su revisión programada.
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