Dimite el gerente del Clínico por la indefinición del hospital del PTS
crisis en el sector sanitario Profesionales y directivos se revelan contra las decisiones de la Consejería
Diego Becerra asumió el cargo en 2008 y su principal tarea ha sido la realización del plan de traslado al futuro centro · El año pasado ya presentó su renuncia al SAS por diferencias sobre el proyecto
Ayer fue un día triste en el Clínico. Después de cuatro años, el gerente del Hospital San Cecilio, Diego Becerra, comunicó a su equipo la dimisión que momentos antes había comunicado por carta al gerente del SAS, José Luis Gutiérrez. Pero la tristeza no fue sólo por la parte personal de la despedida del que ayer definieron como "un gran compañero y buena persona" sino por el trasfondo de la decisión, que es nada más y nada menos que la duda sobre el futuro del hospital, el mantenimiento de su autonomía y su traslado al PTS.
Así, Becerra, en una decisión con gran carga moral e ideológica, dejó el cargo por tres motivos fundamentales: la paralización e indefinición del nuevo hospital del Parque Tecnológico de la Salud, la incredulidad del plan de fusión de hospitales que maneja el SAS y la falta de comunicación con la gerencia de Sevilla desde hace bastantes meses.
Con estas premisas y según pudo confirmar ayer este periódico, entendía que ya no tenía sentido continuar en el cargo porque no pintaba nada para Sevilla y por respeto también a sus compañeros y trabajadores del hospital, que llevan muchos años trabajando e ilusionados en el proyecto del nuevo centro en el PTS y a los que no quisiera mentir sobre el futuro. Si se cumplen los planes de Salud, su autonomía y capacidad de gestión no será tal a partir de octubre y eso tendrá consecuencia directa en el proyecto de traslado. Para esa fecha está prevista la fusión de los dos hospitales de la capital y por tanto la unificación de la gerencia, que no recaerá en el Clínico.
Al ganar meses y ahorrarle a Salud el cese de Becerra en octubre, se plantea la posibilidad de un gerente de transición que podría ser el actual responsable de un hospital comarcal de la provincia.
Becerra llegó a la gerencia del Hospital Clínico de Granada en mayo de 2008 en sustitución de Áurea Bordons, que se marchó a Sevilla a ocupar una dirección general en el SAS. Él era hasta ese momento subdirector gerente y asumió el ascenso en un tiempo en el que Salud publicitó la subida a puestos directivos de facultativos de los hospitales como forma de dar voz a los profesionales y de que fueran ellos lo que tomaran decisiones. Algo que a tenor de los hechos no está siendo así.
Su gran proyecto y parte central de su trabajo ha sido la gestión de todo el proceso de traslado del hospital al nuevo centro del Parque Tecnológico, el nuevo Clínico, en el que llevan trabajando años puesto que era el gran proyecto de futuro del hospital. Pero lo que parecía una ilusión y un impulso por ser partícipes de un momento histórico para el hospital Clínico se está volviendo una pesadilla para todos sus trabajadores, que tienen incertidumbre fundada sobre su puesta en marcha.
El hospital, a estas alturas, sigue sin abrirse y va para largo a pesar de la insistencia de Salud de que todo sigue su curso. Pero se está viendo que no. Tendría que haber estado abierto este año pero todavía ni se ha recepcionado la obra, ni licitado el equipamiento, ni dotado de infraestructuras ni definido con detalle el plan de mudanza, que tampoco tiene fecha. Y con la dimisión de Becerra se constata que todo está efectivamente en el aire o que no se está haciendo según lo anunciado.
De hecho, desde abril está paralizada la fase de licitación del equipamiento a la espera de que se defina la estructura de la Consejería de Salud. Con este ritmo, la apertura se podría retrasar ya a final de 2013 o incluso a 2014.
Hace ya un año Becerra presentó su dimisión al gerente del SAS precisamente porque no veía luz sobre el proyecto del nuevo hospital, porque no se estaba siguiendo el mismo objetivo desde los dos lados ya que mientras que aquí se veía como un proceso de transformación, en el SAS se hablaba de mera mudanza. De hecho, incluso paró los grupos de trabajo de profesionales que se habían creado para definir los espacios y los protocolos de actuación de las nuevas instalaciones. Esa 'salida de la fila' no fue bien tomada en el SAS y desde entonces la relación se enfrió.
En ese momento sus propios compañeros, la junta facultativa del hospital, viajó incluso a Sevilla para que no se aceptara la dimisión y se llegó al compromiso entre Becerra y el SAS de aguantar hasta el final de la legislatura después de que Salud garantizara que todo estaba en marcha, que se mudaría el hospital completo y que no se prescindiría de nada ni de nadie. Si se veía que todo caminaba bien, Becerra seguiría hasta completar el proceso. Después, volvería a su trabajo: facultativo especialista de área del servicio de Medicina Nuclear de este hospital. Con la dimisión de ayer se entiende que no sigue todo según la idea de los trabajadores del hospital, que de hecho están bastante preocupados e indignados tras la noticia de ayer y no se descartan medidas.
Según ha podido saber Granada Hoy, cuando pasaron las elecciones Becerra pidió una reunión con el gerente del SAS y ha pedido desde entonces mantener encuentros y no ha habido respuesta por parte de Sevilla, lo que se entiende desde el despacho del gerente como una falta de comunicación grave que refleja un ninguneo y un vacío a un directivo con el que hay que negociar el gran proyecto sanitario de la provincia de Granada. Otro motivo es el plan de fusión de los dos hospitales (Virgen de las Nieves y Clínico) tal y como lo está preparando Salud. Pese a estar de acuerdo en el fondo, no comparte las formas en las que se llevará a cabo para el Clínico.
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