Educación planea limitar el 'cum laude' a una quinta parte de las tesis leídas

De las 379 tesis leídas en 2009 en la Universidad de Granada, 366 fueron calificadas 'con alabanza' · El Gobierno pretende restringir esta mención en un nuevo decreto que regulará las enseñanzas de posgrado

Una doctora lee su tesis en Granada.
A. Beauchy / Granada

29 de marzo 2010 - 01:00

Si el 96% de las tesis que se leen en la Universidad de Granada son aprobadas con sobresaliente cum laude (que significa 'con alabanza'), ¿no se está restando valor a la máxima calificación? Esta práctica, que se da en todas las universidades españolas, tiene los días contados con la entrada en el Espacio Europeo de Educación Superior el próximo año. Ante la exigencia de Europa, el Gobierno español se ha visto obligado a poner un límite legal al sello de calidad y está proyectando un nuevo decreto que reducirá el porcentaje de tesis doctorales que obtienen cum laude a sólo una de cada cinco leídas.

En la UGR es realmente excepcional que un doctorado no obtenga un sobresaliente con alabanza en su tesis. De hecho, 366 de las 379 investigaciones leídas el pasado año fueron calificadas cum laude, sólo 11 obtuvieron un sobresaliente, una sacó un notable y sólo una obtuvo un aprobado.

"El cum laude reconoce que una tesis es especialmente brillante", apunta Cruz, que conoce bien el valor que tiene esta calificación en las universidades europeas, donde los tribunales saben apreciar cuándo están ante un trabajo que es excepcional y se reservan el término sólo para las investigaciones extraordinarias. "Tal vez en España hemos utilizado el término cum laude con demasiada ligereza", reconoce el director de la Escuela de Posgrado de la UGR.

El Gobierno considera que se ha malgastado el sello de máxima calidad en las tesis doctorales y ha perdido valor al generalizarse, cuando antes se exhibía como un mérito único. Lo realmente difícil ahora es cómo se va a restringir esa calificación, algo que ya se está debatiendo en la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), que tienen en su poder el nuevo borrador de decreto de enseñanzas de posgrado.

El doctorado está concebido actualmente como un programa que consta de dos fases: un periodo de formación o máster y uno de investigación, que es el estudio del doctorado propiamente dicho. "Este segundo periodo es al que ahora se le quiere dar un valor adicional -concreta el director de la Escuela de Posgrado de la UGR, Luis Cruz- para que el estudiante no tenga que hacer una redacción personal con su director de tesis únicamente".

Aunque las enseñanzas de posgrado se regularon hace poco tiempo (Decreto 1393/2007), la normativa por la que se rigen actualmente estos estudios es muy vaga para los doctorados, no así para los másteres. "El doctorando es un investigador en formación y su paso por la universidad no puede quedar únicamente en que se meta en un laboratorio y ya nadie sepa de él hasta que lee la tesis", dice Cruz.

Hoy en día, las calificaciones de las tesis están en manos de un tribunal (en el que no puede estar incluido el director de la investigación) que designa la Comisión de Doctorado: cinco doctores con experiencia investigadora acreditada, de los que sólo dos, como máximo, pueden ser de la UGR. Pero ni siquiera esta normativa evita un cum laude generalizado. "Esperamos que el nuevo decreto nos de pistas", continúa Cruz.

La única orientación que da luz a las universidades ante la implantación del Plan Bolonia está recogida en el Decálogo de Salzburgo, pero España necesita una normativa en firme que no quede a merced de la voluntad de cada universidad.

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