La antigua piscina Miami y las naves de Ceballos, un reducto del pasado al pie de la Circunvalación
Espacios abandonados en Granada
Las dos parcelas, en el Camino de Purchil junto a las instalaciones de la grúa municipal, son de propiedad privada y no hay proyecto para ponerlas en uso
La piscina se construyó en el boom de los 70 y estuvo hasta hace 21 años y Ceballos se trasladó al Parque Albán
Granada y su déficit de piscinas públicas en verano
Se ven todos los días al pasar por la Circunvalación dirección Sur o al entrar en Granada por el Camino de Purchil, pero, tapadas en parte por la vegetación, muchos granadinos no reparan en fijarse en un reducto que queda del pasado en Granada y que deja, a día de hoy, un espacio sin uso, abandonado al pie de la autovía y junto al Rasillo, donde está la sede de la Policía Local y dos centros educativos. Se trata de las antiguas naves de Ceballos y de la antigua piscina Miami, cerrada ya hace 21 años. De hecho, como curiosidad, en la entrada se puede ver todavía el cartel de la piscina y al circular por la trasera del solar también las letras de esta instalación deportiva resisten todavía en la pared encalada después de décadas.
Es un triángulo de suelo urbanizable entre la ciudad y la Vega de los pocos que quedan para poder hacer algo pero parece que todavía seguirá así. Se trata de parcelas de propiedad privada y mientras los propietarios no presenten algún proyecto para su uso, no hay plan para ellas. Y en Urbanismo no tienen ningún proyecto encima de la mesa para su estudio. En su día se habló de una urbanización o de un hotel, pero nada fraguó.
Por su calificación, la parcela de la antigua Ceballos tiene uso industrial y la de la piscina, deportivo, por lo que si se quiere hacer otro tipo de proyecto diferente, los promotores tendrían que solicitar una innovación del Plan para su cambio de uso y éste ser aprobado por el Pleno del Ayuntamiento. También está la opción de recurrir al cambio de calificación en el nuevo Plan General que se redacta, que sería otra alternativa que también tendría sus trámites y, sobre todo, acuerdo con los propietarios. Al ser privados, el Ayuntamiento tampoco puede disponer de ellas y proponer un uso aunque si hubiera interés municipal en quedarse con ellas se podría negociar con los dueños, pero tampoco es el caso, por lo que, por ahora, seguirán en la situación que están.
Parking improvisado a las puertas de la ciudad
Al pasar por allí, para lo que hay que entrar en un pequeño carril desde el Camino de Purchil antes de que este inicie la bajada al paso inferior, lo primero que llama la atención en el número de coches aparcados en la zona, un parking improvisado a las puertas de la ciudad. No en vano, está allí la grúa y hay gente que se desplaza a este servicio. Pero también sirve de aparcamiento para gente que llega de los pueblos del Cinturón y deja allí el coche para entrar andando por el paso inferior y llegar a Arabial.
La primera parcela junto a la grúa es la industrial, la que ocupan las naves blancas y azules, ya desteñidas y llenas de pintadas, que en su día fueron sede de la empresa Ceballos hasta que se trasladó a sus nuevas instalaciones del Parque Albán, en Armilla, frente a Sánchez. Todo está cerrado y chapados los huecos para su protección pero llama la atención que todavía se puedan distinguir en sus carteles, ya blancos y vacíos, las letras Comarex o que quede en pie un letrero, casi 'incorrupto', de la empresa Yedesa, dedicada a la fabricación de yesos, escayolas y derivados.
Una piscina con historia que fue un oasis para la ciudad
Pegando a la nave, que ocupa el espacio principal a este lado de la parcela, se llega a lo que era la entrada de la Piscina Miami. Una pequeña entrada en tonos azules, totalmente abandonada y deteriorada, donde se puede ver todavía un cartel ya oxidado que anuncia la instalación con letras sobre fondo amarillo. Dentro, desde hace unos años hay un asentamiento chabolista que se puede ver también desde la autovía. Durante años siguieron en pie las construcciones interiores, como el restaurante (cuyos restos fueron afectados por un incendio) y edificios de instalaciones, pero ya fueron demolidos y hoy solo queda un solar.
Si se da la vuelta para ver el otro lateral de las parcelas, ya en la calle Huerta del Rasillo, en este lado, tras la grúa y una pequeña nave, la mayor superficie la ocupa la parcela de la piscina y de hecho se puede leer todavía las letras de la misma sobre el muro blanco y algunos árboles que sobresalen del recinto. Y al final, un cartel: "Aquí Restaurante Bar Piscina Miami. Terrazas y Salones. Pub Los Manglares".
Desde el aire, utilizando los navegadores, se puede ver que el solar de la piscina está tomado por la vegetación, es soporte para varias vallas publicitarias y se intuye aún el vaso de la piscina.
Lo que en su día fue un oasis de diversión para la ciudad, que nació en los años 70, con el boom de las piscinas (como la Neptuno, también cerca) y estuvo activa hasta 2002, hoy es un erial abandonado. Y llama la atención que no haya proyecto para reflotarlo cuando en los últimos años aumentan las peticiones de más piscinas públicas en Granada, más con el cambio climático y las olas de calor que se viven en verano, lo que serviría como zona de refresco para los granadinos ante las altas temperaturas.
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