De Lorca a Falla, Eugenia de Montijo o Mariana Pineda: la huella de ilustres en Granada

Patrimonio

Huerta de San Vicente, casa de la familia García Lorca.
Huerta de San Vicente, casa de la familia García Lorca. / G. H.
Belén Ortiz / Efe

09 de marzo 2024 - 11:03

Ciudad de origen o acogida de personajes ilustres, históricos o populares, Granada aún conserva su huella a través de las casas, cármenes o palacios donde habitaron muchos de ellos, hoy abiertos al público en algunos casos o sin más recuerdo que el de una placa en otros. Lorca, Falla, la emperatriz Eugenia de Montijo y Carlos V son algunos ejemplos. Convertida en Casa-Museo desde 1995, cuando abrió al público, la popularmente conocida como Huerta de San Vicente, lugar de veraneo de la familia Lorca desde 1926, continúa en pie en el parque de Granada que lleva el nombre del poeta, un lugar de esparcimiento y ocio en el que se erige esta vivienda de dos plantas.

Fue en esa casa de campo, que aún conserva su estructura original, donde el poeta escribió alguna de sus obras más emblemáticas y donde vivió los días previos a su detención y muerte al comienzo de la guerra civil. Muchos de los objetos personales de la familia, incluido el piano de Federico, se exhiben en las distintas estancias abiertas al público.

Falla y el Carmen de la Antequeruela

La huella de Lorca, presente en otros muchos rincones de Granada, se hace también visible en el Carmen de la Antequeruela, como es conocida la Casa Museo Manuel de Falla, donde el compositor gaditano residió junto a su hermana María del Carmen entre 1922 y 1939, años en los que forjó una estrecha amistad con el poeta, con quien impulsó en 1922 la celebración del Concurso de Cante Jondo. Con una fachada encalada en parte de azul para evocar el mar de Cádiz, esta austera y sencilla vivienda situada en el entorno del bosque de la Alhambra sirvió de inspiración a Falla para algunas de sus grandes obras musicales.

El saloncito con vistas a la Vega que acogía las tertulias de los intelectuales de la época, su dormitorio, repleto de medicamentos, y el resto de estancias, con motivos religiosos, cuadros de Zuloaga y Picasso y ceniceros en todos los rincones, dan cuenta de su personalidad.

Mariana Pineda, símbolo de la libertad

Pero Granada también ha sido tierra de mujeres que han hecho historia, como Mariana Pineda (1804-1831), ejecutada por garrote vil durante el reinado de Fernando VII en la denominada década ominosa por guardar en su casa una bandera a medio bordar con el lema liberal de "Igualdad, libertad y ley". Fue detenida en su domicilio de la calle Águila de Granada, hoy sede del Centro Europeo de las Mujeres 'Mariana Pineda', un lugar de encuentro y foro de debate para acciones encaminadas a la igualdad de género.

Pero no fue allí donde nació: lo hizo en una vivienda situada junto a Plaza Nueva, hoy convertida en hotel en el que una placa recuerda la efeméride. El edificio aún conserva el patio central y un antiguo pozo que recogía agua del río Darro.

Eugenia de Montijo, emperatriz de los franceses

También exhibe una placa, aunque solo eso, la vivienda de la calle de Gracia de esta capital andaluza en la que residió la aristócrata Eugenia de Montijo (1826-1920), que recibió el título de 'emperatriz de los franceses' al casarse con Napoleón III. Pinturas al fresco hoy deterioradas decoran, junto a una placa en su memoria apenas legible, la fachada de esta casa en la que, según cuenta la historia, nació Eugenia de Montijo pero en una tienda de campaña habilitada en un jardín exterior debido a los terremotos que se sucedieron por aquellos días. Solo esa fachada y una escultura la recuerdan hoy en Granada.

Intrigas palaciegas en Dar al-Horra

Residencia oficial de Aixa la-Horra, mujer de Muley Hacén y madre del último emir granadino, Boabdil, el palacio de Dar al-Horra se encuentra discretamente ubicado en el entramado de callejuelas que conforman el barrio morisco del Albaicín. El rey Muhammad X lo vendió a su hija Aixa, entonces futura esposa del rey Muley Hacén. Cuando Muley Hacén, padre de Boabdil, la rechazó para casarse con la esclava cristiana Isabel de Solís -convertida al Islam como Soraya-, Aixa dejó los palacios de la Alhambra para mudarse a vivir aquí, según relata la historia recogida por la Fundación El Legado Andalusí.

Situada en un punto desde el que se abarcaba el conjunto de la Alhambra, sus torres y palacios, la casa de Aixa, abierta al público, se convirtió en un lugar de vigilancia desde donde podían seguirse los movimientos de la corte: si las antorchas no se apagaban en toda la noche, podía intuirse la magnitud del problema. Esto propiciaba las intrigas entre estos palacios ya de por sí enfrentados.

Carlos V y el palacio que nunca vio terminado

Ideado como símbolo de la paz universal, el Palacio renacentista de Carlos V fue construido junto a la Alhambra por orden del emperador, que pretendía convertirlo en uno de sus puntos de residencia y en el gran centro áulico del Imperio. Su patio circular, inscrito en el interior de un edificio cuadrado, es la principal peculiaridad de este famoso y turístico palacio repleto de iconos y símbolos que Carlos V, nieto de los Reyes Católicos, nunca llegó a ver terminado: Fue encargado en 1527 y culminado en su totalidad en 1957, casi 400 años después de su muerte.

Se ubica a un paso de los palacios nazaríes de la Alhambra, que sus abuelos instaron a conservar tras la Conquista de Granada "para que quede perpetua memoria", reza la historia recopilada por el Patronato del conjunto monumental.

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