Eutanasia o cuidados paliativos

Muerte digna

Los sanitarios abogan por debatir su legislación pero dan mayor importancia al refuerzo de las unidades del dolor

Los profesionales apuestan por reforzar las unidades de cuidados paliativos. / Carlos Gil

La eutanasia tiene su propio debate desde hace décadas. De vez en cuando, como sucedió recientemente con el caso del suicidio asistido por Ángel Hernández a su mujer, María José, la discusión retoma el galope. Si además, como sucede en este caso, el aire está saciado de esencia electoral, cualquier controversia por sensible que sea, emprende una ruta de mano en mano que acaba por desvirtuar el sentido.

El debate es muy amplio y encuentra voces a favor y en contra aunque en todos hay una coincidencia: la compasión por la persona. La cuestión es que el DNI de cada uno de los casos es un paciente y su familia, y las marcas de lo que supone una enfermedad crónica. En este punto no existe disputa. Porque, ¿qué es exactamente la eutanasia, cuántos son los casos, qué otros escenarios existen ya legislados?

A priori, la bioética no tiene una posición definida sobre la eutanasia, en lo que sí coinciden los profesionales como Rosa María García, miembro del comité de Ética y Deontología del Colegio de Enfermería de Granada y el doctor Carlos Romero, vocal de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos y médico geriatra, de familia y experto en paliativos en el hospital San Rafael, es que el debate debe realizarse y representar todas las posturas posibles.

250 pacientes han pasado por paliativos en los tres primeros meses del año

El más cercano se producirá el próximo 24 de abril y tiene como título Elegir una muerte mejor y está organizado por el Colegio de Enfermería de Granada.

Las unidades de cuidados paliativos, incluidos en el sistema de salud público, son pieza fundamental en este debate. Para Carlos Romero, si se mantiene una estructura de cuidados paliativos adecuada la probabilidad de que alguien pida la eutanasia va a ser muchísimo menor.

La cuestión es que, ahora mismo en Granada y el resto de Andalucía, tanto para este médico de San Rafael como para Rosa García, las unidades de paliativos son deficitarias.

Granada tiene como toda Andalucía, “cierta carencia porque si hacemos una comparativa a nivel nacional debería haber más equipos de soporte domiciliario” que son los que en la opinión de Romero, mayor eficacia tienen. “El enfermo donde mejor está es en su casa pero necesita una serie de cuidados y supervisión”, continúa. Se recomienda un equipo por menos de 80.000 personas, sigue Romero y asegura que ese ratio lo consigue Cataluña, a diferencia de Andalucía, donde tenemos un equipo básico (médico y enfermero) por cada más de 150.000 pacientes.

Rosa García corrobora las palabras de Romero cuando asegura que, pese a que ella no trabaja en esa unidad, sí sabe que “se quedan cortos” aunque también subraya los esfuerzos de los profesionales por atender a todos los pacientes, tanto en el hospital como en su casa.

Los números aportados por Salud reflejan que en este primer trimestre de 2019 ya han pasado por las unidades de cuidados paliativos casi 250 nuevos pacientes; 125 en el nuevo San Cecilio y 122 en el Virgen de las Nieves.

Hay un equipo por cada 150.000 personas aunque se recomienda uno por cada 80.000

El hospital nuevo San Cecilio del PTS, a través de su Unidad de Cuidados Paliativos y a lo largo de 2018, llevó a cabo atención domiciliaria a 410 pacientes, y en el primer trimestre de este año el equipo ha atendido a un total de 125 pacientes.

En lo que a la atención hospitalaria se refiere, atienden un centenar de consultas mensuales en la séptima planta del centro y llevan a cabo otro centenar de atenciones cada mes con pacientes hospitalizados en el centro. Del mismo modo, realizan y atienden un promedio de 5.000 llamadas anuales para control y seguimiento de sus pacientes (tanto domiciliarios como hospitalarios al alta).

Desde el hospital hacen hincapié en que su unidad atiende, tanto a pacientes en su domicilio, en coordinación con Atención Primaria, cuando se trata de casos complejos que requieren de su intervención, como a pacientes hospitalarios que acuden a consultas externas, específicas de cuidados paliativos, y a aquellos otros, hospitalizados en las distintas especialidades, que requieran su atención.

Por su parte, la Unidad de Cuidados Paliativos del hospital Virgen de las Nieves atendió a lo largo de 2018, a 522 pacientes. En lo que a la atención hospitalaria se refiere, realizaron 4.212 revisiones en consultas. Igualmente, llevaron a cabo y/o atendieron cerca de 5.000 llamadas para control y seguimiento de sus pacientes.

El Virgen de las Nieves cuenta también con un equipo psicosocial y de apoyo domiciliario, con el que se complementa el modelo actual de atención a las personas con enfermedades avanzadas o en estado terminal para lograr una atención integral que tenga en cuenta los aspectos psicológicos; tanto el apoyo emocional, social y espiritual al paciente, como la atención al duelo, el soporte a las familias y a los profesionales. Durante el pasado año, 2018, este equipo atendió 471 pacientes nuevos y 603 familiares, mientras que a lo largo del presente año son 122 los pacientes nuevos y 149 familiares.

Existen situaciones que ya están legisladas en las que no hay conflicto, pero existe "bastante desconocimiento", indica Rosa García

Volviendo al debate en torno a la eutanasia, dice Rosa García que “hay bastante desconocimiento sobre el tema” porque existen muchas situaciones que ya están legisladas y en las que no hay conflicto. Se refiere a el abanico de escenarios “donde ya está controlada la muerte”. La palabra eutanasia se usa para muchos contextos, y dice Rosa que “hay confusión porque siempre que se usa se meten otros casos que no están tan claros ni crean tanta expectación, como puede ser un rechazo del tratamiento, una limitación de esfuerzo terapéutico o la sedación paliativa”.

La experta en bioética pone el ejemplo de los pacientes con Ela (Esclerosis Lateral Amiotrófica) que realizan su testamento vital y piden que cuando llegue el momento no se les conecte a un respirador. “Eso les va a ocasionar la muerte y no es una eutanasia”, sentencia Rosa García. Carlos Romero coincide en que el debate “ya está en la calle” por lo que habrá que hablar del tema.

El testamento vital es otra piedra angular a la hora de alcanzar una muerte digna, y para la experta en bioética es crucial ya que es una posibilidad legal y deja registrada la opción del propio paciente: “Es el culmen de la autonomía del paciente: elegir cómo quiere morir”. En este punto hay que señalar que en el testamento vital no puedes dejar como voluntad que llegado el caso te ayuden a morir, es ilegal, pero “cuando llegue el momento el paciente puede elegir que lo seden, aunque la finalidad de la sedación en sí misma no es producir la muerte, ciertamente la medicación puede que acorte la vida”, señala Rosa.

Cada vez son más las personas que eligen hacer un testamento vital porque, tal y como recuerda Rosa García, se puede dejar dicho qué no quiere que se haga, así como registrar las creencias e incluso cómo se desea morir, en qué situación. Permite también nombrar un representante que puede ser o no familiar y esa persona puede decidir sobre una situación que no ha quedado contemplada en el documento.

El número de Voluntades Vitales registradas en Granada asciende a 5.856, desde mayo de 2004 –cuando empezó a funcionar el Registro– hasta marzo de 2019. La evolución ha sido importante: de mayo a diciembre de 2004 se registraron 143 voluntades vitales y en el primer trimestre de este 2019 son ya 120.

La cita se puede pedir a través del teléfono de Salud Responde y además en Granada hay siete puntos de Registro: la Delegación de Salud, el centro de salud de Loja, el centro de especialidades de Guadix y los hospitales de Baza, Motril, Virgen de las Nieves y San Cecilio.

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