El Fandi vuelve a salir triunfador en su plaza de Granada

Granada/Triunfo de David Fandila 'El Fandi' con un gran toro de la ganadería de Victoriano del Río, que salió en quinto lugar, al que cortó las dos orejas y le valió para salir, como de costumbre, a hombros de la Plaza de toros de Granada.

No fue nada espectacular el toro del triunfo del diestro granadino, de nombre Malicioso y negro mulato de capa. Tampoco fue bravo en el caballo, un picotazo fue suficiente, pero todo cambió en el tercer de banderillas. El Fandi, clavó hasta cuatro pares, de gran valor el último, antesala de lo quedaba por venir. Citó al toro de largo con la muleta y acudió de inmediato, metiendo la cabeza con mucha clase, y quedándose en el embroque, repitiendo una y cuantas veces lo pedía el torero, con igual clase por ambos pitones. Acabó la faena en los medios, inmerso en gritos de torero, torero. Con la espada, un leve borrón, pinchazo sin soltar y estocada que fulmina al toro de inmediato. El premio de esta faena, dos orejas.

En su primero, que abrió plaza, el granadino estuvo discreto. Recibió de largas cambiadas y una serie a la verónica. Comenzó bien con la franela, pero pronto el toro se rajó y cayó la intensidad de la faena, tampoco estuvo acertado el granadino con la tizona, y recibió aplausos.

El segundo torero acartelado fue Andrés Roca Rey. El matador peruano no se encontró cómodo durante toda la tarde, lo que no quitó para que pusiera el corazón en un puño en varias ocasiones a los aficionados. A su primero, segundo de la tarde, realizó una faena sin pena ni gloria, el toro solo pensaba en rajarse, aproximándose a querencia. Allí le sacó unos meritorios circulares que acabaron con un desplante. Roca Rey mató mal, dos pinchazos y estocada muy desprendida.

En el segundo de su lote, el quinto de la tarde, hubo expectación de salida. Se esperaba otro buen toro como el cuarto, pero pronto se vió que no, aunque empujó con fuerza al caballo, al que derribó. Se paró de momento, tomó en varias ocasiones el olivo. Contrariado, el torero peruano, se limitó a darse un arreón que sobresaltó al tendido. En la suerte suprema estuvo, en esta ocasión, estuvo acertado, lo que valió el premio de una oreja.

El sevillano Pablo Aguado, demostró el porqué es un torero de pellizco y sentimiento. A su primero lo lanceó de forma primorosa a la verónica en lo que será uno de los grandes recibos de la feria. Entró muy mal al caballo y, entre la falta de fuerza y un momento de desconcierto en la lidia, el toro se estropeó y no levantó cabeza, anduvo toda la lidia con la cara alta, quedándose debajo dela muleta y cabeceando sin cesar. Mató Aguado de una gran estocada que, junto al recibo con el capote, le valió para cortar la única oreja de su tarde.

En la faena de muleta, el andaluz estuvo aseado por el pitón derecho, pero al cambiar a torear al natural, el toro tocó la tela y se maleó por completo, no hubo manera de levantar la faena, y si añadimos que con la espada estuvo desafortunado, queda como resultado una faena que no dijo nada a nadie.