Flamenco y fiesta para aprender idiomas
La Asociación Worldfriends aporta una nueva manera de aprender idiomas con intercambios lingüísticos y culturales

En la Facultad de Ciencias todos esperarían encontrar estudiantes, libros, tubos de ensayo, gente haciendo experimentos o pizarras interminables llenas de fórmulas. Lo que nadie esperaría encontrar es una actuación de flamenco en la que la mayoría del público son extranjeros. Pero la realidad supera a la ficción y el Aula Magna se transformó ayer en un tablao flamenco al más puro estilo del Sacromonte. El público, unas 300 personas, la mayoría estudiantes extranjeros, disfrutaron de la actuación, que sirvió como descanso a un intercambio lingüístico que se realizó antes del espectáculo.
El grupo de la Cueva La Retama fue el que coloreó de notas y compás el evento. La multiculturalidad también estaba presente en el grupo flamenco: la japonesa Eiko bailó acompañada de Luis Córdoba a la guitarra, Curro de la Chicuela al cante y Maica Molina a las palmas. Al inicio del espectáculo, con los artistas sentados en el escenario, nada hacía pensar que la frágil figura de la bailaora japonesa fuera capaz de arrancar el genio y figura con que deleitó al público. Su silueta de porcelana bailaba enérgica al ritmo de soleás, tarantos y fandangos.
El público, de diversas nacionalidades, aplaudía a cada pieza descubriendo algunos este arte tan andaluz y otros aficionándose a su estilo difícil de entender para un extranjero, pero admirado por todos ellos.
Se trata de una de las primeras actividades que plantéa la Asociación Worldfriends para este curso que acaba de empezar. Es una asociación sin ánimo de lucro que nace en 2003 con el objetivo de acercarse a los estudiantes extranjeros y a los inmigrantes para introducirlos en la cultura española y ponerlos en contacto con estudiantes españoles e incluso con el mundo laboral.
Nació casi por casualidad, "los amigos organizábamos paellas para quedar con compañeros extranjeros y así aprender o practicar idiomas", explica Tomás García, presidente de la asociación. Poco a poco decieron formalizarlo y crearon la asociación. Ahora cuentan con unos 85 socios, más o menos constantes y numerosos participantes itinerantes. Los miembros de la Junta también son estudiantes.
Cursos de idiomas, lecturas poéticas, debates, ciclos de música, foros de opinión, actividades de fomento de la literatura y la creación de una revista son algunas de las actividades que desarrollan cada curso. Pero también están comprometidos con la sociedad: ayudan a los extranjeros sin recursos a gestionar su documentación y hacen de traductores ante las administraciones y a buscar alojamiento. Y por supuesto, intercambio lingüístico en bares y cafeterías.
Worldfriends es una muestra de las inquietudes que laten en los grupos universitarios. Un ejemplo de que no todo es 'botellón' en los jóvenes. Es una manera de interactuar con el contexto social, de una forma divertiday amena, conocer gente nueva y mejorar el idioma.
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