Tribuna Económica
José Ignacio Castillo Manzano
Las Tres Gracias del presupuesto andaluz y Séneca
Entrevista | Francisco Barranco | Director del Palacio de Congresos de Granada
Francisco Barranco es el hombre que mejor conoce las tripas de los grandes espacios de la ciudad. Después de gestionar durante años el Palacio de Deportes y el estadio de Los Cármenes, el pasado mes de noviembre asumió la dirección de la otra gran infraestructura de la ciudad, el Palacio de Congresos. Una de las personas clave en los grandes eventos que han llegado a Granada desde la década de los noventa, en 2012 puso un paréntesis para pasar a un importante puesto ejecutivo en la Federación Española de Baloncesto, como director de eventos, donde ha vivido en primera persona los éxitos de la generación de Pau Gasol y compañía. Aficionado a la bicicleta, el confinamiento no ha hecho mella en él y luce un moreno casi marbellí. Su otra gran afición es el consenso, que está intento llevar a las relaciones con el Ayuntamiento y la Junta y que le ha permitido tener puestos de gestión con diferentes colores políticos.
–Fue nombrado director del Palacio de Congresos en noviembre y apenas unos meses después llegó la pandemia del coronavirus. ¿Tienen cuantificado qué ha supuesto este parón en cuanto a número de congresistas y dinero que se ha dejado de ingresar?
–El coronavirus apareció cuando el proyecto estaba tomando velocidad de crucero y llegó la parada total. Lo que sí es cierto es que hemos conseguido aplazar todos los congresos que se iban a celebrar y sólo un congreso ha decidido cancelar, y además no era de los más grandes. Ha sido un gran esfuerzo compartido para que el impacto del coronavirus sea el menor posible. Así que todos los congresos se han aplazado al último trimestre de este año y al primero de 2021, básicamente. En ese sentido han corrido la misma suerte graduaciones y convenciones, que son otros eventos fundamentales en el día a día del recinto. Así que, aunque la pandemia va a tener un impacto en nuestra cuenta de resultados y nos deja en una situación frágil hasta que no superemos el mes de septiembre, que es cuando se fija el final de este túnel.
–Precisamente el Gobierno ha ampliado hasta septiembre la cobertura de los ERTE. En este sentido, ¿qué impacto a tenido a nivel laboral la crisis en el Palacio?
–Estamos también en un ERTE, hemos mantenido sobre todo a los trabajadores del departamento comercial y técnicos, han quedado cuatro personas en actividad y 13 dentro de este ERTE.
–En todo caso, mirando el vaso medio lleno, ¿el último trimestre de 2020 puede ser histórico en cuando al número de congresos?
–Los meses de octubre, noviembre y diciembre prácticamente no hay fechas libres. De septiembre a diciembre tenemos 35 graduaciones, que es una actividad que siempre se ha celebrado a fin de curso y por lo que vemos el joven universitario no ha querido terminar la carrera sin despedirse y ha aplazado la celebración.
–Pero el aforo de las salas del Palacio no es el mismo que antes de la pandemia. De hecho, la sala García Lorca, que tenía capacidad para más de 2.000 personas, se ha quedado en 800 plazas. ¿Cómo afecta este nuevo escenario?
–Hemos hecho un trabajo de encaje, hay días de tres y cuatro actividades que van a generar un esfuerzo importante. Nos han quedado vivos seis congresos entre octubre y diciembre, 22 convenciones, 41 graduaciones, seis serán en julio y el resto en el último trimestre, y para este verano hemos programado 26 conciertos con todas las medidas de seguridad y distanciamiento. Es un programa increíble, porque es cierto que las productoras han sacado lo mejor para este verano y nos hemos encontrado con una programación que podrá a agradar a todos los gustos.
–Esta política de grandes eventos es lo que se esperaba de usted cuando fue nombrado por su experiencia previa en GEGSA o en la FEB... ¿Siguen siendo viables o los grandes fastos forman parte de un pasado que no volverá?
–Me he traído esa dinámica y en ello estamos. Creo que en el Palacio se puede ahondar en la parte expositiva, se puede avanzar en la parte de espectáculos. La sala Lorca tiene un espectáculo tipo, pero nos falta un gran espectáculo flamenco y más representativo que pueda colaborar más con el turista o el visitante. Queremos tener los grandes premios de la cultura andaluza, por ejemplo. Hay gente que tiene un premio y luego busca un edificio, nosotros al contrario. Nuestra intención es que haya una alfombra en la entrada del palacio de congresos, en condiciones normales somos uno de los espacios con mayor aforo. Estas escaleras han servido más de tribuna que de escalera. Incluso en su momento Granada estuvo en la carrera por acoger los Goya y pudo venir a Granada en vez de Sevilla. ¿Por qué no podemos organizar por ejemplo una gala de MTV? El Palacio puede ser un gran impulsor económico.
–¿Cómo será la gran reforma de la que habla?
–Hay un proyecto muy ambicioso para concebir el palacio del siglo XXI. Este recinto necesita un lifting, actualizarse y rejuvenecerse. No queremos que las instituciones carguen solas con este peso y estamos buscando patrocinadores propios. Está claro que la terraza es un espacio privilegiado y un techado móvil o desmontable sería una solución.
–Y volviendo a su currículum, se le presupone también que buscará recursos y patrocinios con su experiencia como director de eventos de la Federación Española de Baloncesto...
–Este es un edificio que tiene retos pendientes, mantiene los mismos elementos de cuando se inauguró, no es un edificio eficiente.
–¿El Palacio de Congresos está antiguo?
–Este edificio tiene casi 30 años, tiene la misma luz, los mismo halógenos, no tiene ni una sola placa fotovoltaica... Ahí está el reto, hay que hacer la casa más barata y menos contaminante.
–También se ha intentado dar uso a la terraza, pero ha habido quejas vecinales o ciertos problemas legales para un posible techado. ¿Tiene algún proyecto al respecto?
–Es un espacio interesantísimo en el que hay combinar la capacidad de programar con la capacidad de no molestar. Posiblemente vayamos más lejos, pero lo primero es no molestar a los vecinos porque la gente tiene derecho al descanso. La idea de hacer un anfiteatro arriba fue una gran idea, pero no se pensaba en su momento que se iba a llenar de vecinos el entorno. Otra de las definiciones de nuestra gestión es la relación con el Consorcio, Junta de Andalucía y Ayuntamiento. Tenemos excelentes relaciones porque la estamos cultivando y hay una relación estrecha.
–¿En qué se pueden materializar estas relaciones?
–En primer lugar en que tengan un mayor conocimiento de lo que se hace aquí, no siempre se han dado las mejores relaciones y ha sido un punto de desencuentro.
–El alcalde ya ha reconocido que hay que aparcar el proyecto del gran auditorio. En este sentido, ¿qué puede aportar el Palacio de cara al proyecto de la capitalidad cultural de 2031?
–Estamos en ello haciendo propuestas con el visto bueno de todas las partes. Hay propuestas culturales, escénicas, medioambientales... Justo cuando llegó el coronavirus el logo de Granada 2031 se iba a presentar en el Palacio de Congresos. Pero no podemos olvidar que sigue habiendo problemas del inicio de la concesión que estamos abordando para que no se enquisten. Estamos intentado normalizar los temas de adaptación de licencias, el edificio está bien pero hay cosas que hay que adecuar.
–La Escuela de Salud Pública ha organizado un congreso virtual con 650 participantes. ¿Este tipo de noticias le ponen en alerta sobre cómo será el futuro?
–Parte de lo que ha venido está para quedarse, todas estas plataformas que ahora forman parte de nuestra vida se van a quedar. Pero el congreso es un punto de encuentro, va a seguir vivo, pero es verdad que una parte del congreso va a ser telemático a partir de ahora, pero no se va a perder la parte presencial.
–El esperado AVE se ha quedado bajo mínimos de nuevo antes de cumplir un año de su inauguración. ¿Es un handicap de cara al futuro?
–En cuanto a las empresas les comiencen a salir los número el transporte público volverá a la normalidad. Al final todo esto se arreglará, pero nos va a quedar el poso de que lo íbamos a avanzar en diez años lo hemos hecho en cinco meses en cuanto a la actitud telemática ante el trabajo e incluso ante la vida.
–Raúl Lozano, el exdirector del Palacio, dijo en su despedida que el Palacio tenía una gran actividad programada para 2020 y 2021. ¿La pandemia ha dejado la agenda vacía pera 2022?
–Las organizaciones que trabajan en preparar congresos no han tenido como principal preocupación estos meses preparar citas para el futuro y nosotros nos hemos centrado en amarrar las que ya teníamos. En estos meses, cuando llamabas a una puerta no había nadie detrás. Lo cierto es que queremos que este sea un edificio eficiente, en el apartado energético pero también en la cuenta de resultados. porque históricamente es un edificio que tiene pérdidas anuales de unos 250.0000 euros.
–¿Y se ha fijado un horizonte temporal para que deje ser deficitario?
–Este mismo año, si no hubiera sido por la pandemia, estábamos en el camino de no tener pérdidas.
–Cuando aceptó el cargo, ¿qué creía que podía aportar al Palacio de Congresos que, por otro lado, parece haber vivido una crisis perpetua desde su inauguración?
–Yo no soy una persona que venga del mundo del congreso y ni voy a estar, yo puedo aportar otros valores como el de multifunción. Creo que el Palacio está poco desarrollado en este sentido y hay que dar más vida a estos casi 50.000 metros cuadrados en pleno centro de la ciudad, podemos dar más servicio como edifico público que es aunque en este momento tenga una gestión privada. Yo puedo traer una experiencia más generalista, no tan concreta, ayudar a la cuenta de resultados buscando recursos, pero en todo caso aquí ya hay unos equipos muy formados. Históricamente el Palacio de Congresos ha adolecido de aglutinar en su entorno a las fuerzas políticas, sociales y económicas.
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