Fundación Saramago: un divorcio entre Lisboa y Castril

Pilar del Río, viuda del escritor, se desvinculó por completo de la entidad granadina en 2011, tras diversas promesas incumplidas

Pilar del Río junto a José Saramago. / G. H.
Noelia Gómez Mira

30 de octubre 2018 - 02:37

Granada/Castril, Lisboa y Lanzarote. Estos tres lugares, los más significativos durante la vida del escritor y Premio Nobel de Literatura José Saramago, iban a formar un triángulo literario dedicado a la obra del novelista. Sin embargo, la localidad granadina no solo se quedó fuera, sino que acabó siendo rechazada por la viuda de Saramago, Pilar del Río: una cadena de despropósitos propiciaron que se desvinculara por completo, declarando incluso que la "única Fundación" era la de Lisboa -ciudad natal del novelista- y solicitando el cambio de nombre de la de Castril -entidad que, pese a estar constituida jurídicamente como fundación, el propio escritor había preferido llamar Centro José Saramago-. Este 'divorcio' ya auguraba un mal presagio que, a día de hoy, no ha hecho más que agudizarse.

En 2014, tras una denuncia de la Fiscalía, el Juzgado de Huéscar inició una investigación sobre la gestión de los fondos públicos de la Fundación José Saramago de Castril entre los años 2008 y 2012. Como publicó ayer Granada Hoy, en el marco de este proceso, el juzgado ordenó a la Guardia Civil la elaboración de un informe sobre las transacciones bancarias que realizó la entidad durante este periodo en el que era gerente el exalcalde de Castril, José Juan López Ródenas (conocido como Juan Mar).

La Guardia Civil revela en su informe más de 270.000 euros "sin justificar" en las cuentas

El informe policial, fechado a 20 de agosto de 2018, revela más de 200 operaciones bancarias "sin justificar" -exponen que "no se ha podido precisar en su totalidad su destino al no haberse aportado por la Fundación ni la entidad bancaria ni la documentación necesaria"- realizadas desde las cuentas de la Fundación Saramago, por un importe superior a 270.000 euros. Asimismo, evidencia el "pago masivo de nóminas a 10 de las 26 personas" que trabajaban en ella, que se realizó "un mes antes de que se celebrasen las elecciones municipales de mayo de 2011 y, por tanto, que el exalcalde José Juan López Ródenas cesara, como así ocurrió, en el cargo de gerente con la entrada de un nuevo Equipo de Gobierno".

Pero, la polémica en torno a las cuentas empezó en 2011, fecha en la que la Fundación de Castril ya había recibido el primer 'portazo' de la familia del escritor a raíz de un cúmulo de promesas incumplidas.

Cuando en 2004 se constituyó la entidad granadina -acto al que asistió el propio Saramago junto a los patronos: Diputación (por entonces con el PSOE en el gobierno), Ayuntamiento de Castril y UGR-, se acordó la construcción de un edificio para albergar la sede de la entidad. Este proyecto, presupuestado en 1,8 millones de euros, fue encargado al arquitecto Álvaro Siza.

Tras años de parones, en 2007 se decidió que fuera el arquitecto de Diputación Jorge Suso el encargado, fecha que coincidió con la creación de la Fundación Saramago de Lisboa. Sin embargo, la sede nunca llegó a ejecutarse, a lo que se sumó que en 2011, un año después del fallecimiento del escritor, la Junta de Andalucía retirase la subvención del Festival Siete Soles Siete Lunas de Castril, impulsado por la entidad granadina y que era una gran apuesta del propio Saramago y su esposa. Todo ello propició que en mayo de ese año su viuda afirmase que la Fundación José Saramago era "portuguesa".

Esta decisión dejaba en saco roto las aspiraciones de Castril, en un momento de convulsión en el que, con el cambio de gobierno municipal -se formó un cuatripartito-, y la llegada del PP a la Diputación, Juan Mar tenía los días contados al frente de la Fundación. Tal fue así, que incluso en junio de ese año saltó el escándalo de las llaves: denunció que el nuevo Gobierno había cambiado las cerraduras de las instalaciones del Centro (ubicado en la Casa de la Cultura del municipio), sin notificarlo ni al director-gerente ni a los empleados.

Estas acusaciones fueron rechazadas desde el PP de la localidad, que afirmaron que si Juan Mar no tenía las llaves "era porque se entregaron cuando estaba de vacaciones y aún no las había solicitado". Pero lejos de que la polémica se desligara de la Fundación de Castril, en octubre el alcalde, Miguel Pérez, inauguró la sede de la Escuela de Música y Coro Rociero de Castril en el centro cultural del municipio, para lo que quitó la placa "Biblioteca José Saramago".

Otra controversia más que, unida a las anteriores, terminó de completarse a finales de año, hasta el punto de que Pilar del Río, entonces vocal del Patronato, 'formalizó' el divorcio con la entidad, tras las acusaciones sobre el supuesto pago de una factura por parte de la Fundación granadina, correspondiente a un banquete de su boda con el poeta. Desde Diputación se denunció la existencia de esta factura y se exigió la información de las cuentas, un trámite que, según indicaron los entonces responsables del ente provincial, "nunca se realizó".

A través una carta, la viuda de Saramago solicitó que "se arbitren los trámites necesarios para el cambio de denominación de la Fundación Centro José Saramago, eliminando el nombre del escritor" y que fuera "dada de baja como vocal del Patronato de la misma", poniendo así punto y final a su relación con el proyecto.

En 2012, el Patronato acordó el cese de Juan Mar. Los problemas de liquidez del centro comenzaron a aumentar, hasta que llegó a ser insolvente. Dos años después, se inició la investigación para esclarecer el "oscurantismo" en las cuentas, que hoy sigue en curso. En la causa, está personado el Ayuntamiento, mientras que fuentes de la UGR confirmaron que "los servicios jurídicos están estudiando la posición en relación con la Fundación para determinar si se ha visto perjudicada en algún sentido". Por parte de la Diputación, no hay personación.

"El agujero en las cuentas, un reflejo del socialismo"

La portavoz del PP de Granada, Inmaculada Hernández, afirmó ayer que el "agujero financiero" que se investiga en la Fundación José Saramago es un "fiel reflejo" del "agujero del socialismo" en la provincia. "Tristemente, ya nos estamos acostumbrando y ya es lo normal cada vez que la Fiscalía o la Guardia Civil investiga una fundación o una empresa pública que haya sido gestionada por el PSOE, pues nos encontramos con agujeros financieros, despilfarro, contrataciones irregulares, con que se gasta el dinero público en prostíbulos o en droga en el peor de los casos", indicó, para apostillar que ahora "le toca a la Fundación José Saramago, con 300.000 euros sin justificar y pagos extraordinarios a trabajadores tampoco sin una justificación clara". "El PP siempre advirtió que no quedaban claras las transferencias que, desde la Diputación, se le hacía a esta fundación", y "ahora parece que aquellas sospechas son una realidad", agregó. Por su parte, el presidente provincial del PP, Sebastián Pérez, indicó que es un reflejo de los "chiringuitos que montaba el PSOE", por ello, "no abren la boca ni la van a abrir en el caso de Saramago porque era el mismo modus operandi".

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