Gary Cooper que estás en Peñuelas

ES curioso. Harry tiene un amigo en Granada que se llama Gary Cooper, como el famoso actor. Vive en Peñuelas y me pide que los acompañe a verlo. Yo pongo el coche y él las ganas. Como siempre. El día que escogemos para ir es ese en el que todos los móviles pronostican lluvias en Granada: doce de octubre, Día de la Hispanidad. El cielo lleva nubes grises incorporadas. Un gris que roe colores y espesa sombras. Después de tomar un bebistrajo en un bar de carretera a la salida de Granada, emprendemos la salida. Peñuelas está a sólo unos minutos de Granada. Es una pedanía que pertenece al municipio de Láchar y se puede acceder a ella a través de la A-92.
En el camino Harry me habla de las situaciones confusas que genera el nombre de su amigo cuando dice su nombre en algún sitio en que se lo requieren.
-Casi todo el mundo preguntar si ser familia del actor. Pero no, no ser familia. A él servir para echar risas.
Si el amigo de Harry se lo toma con humor, a mí vale para el titular de esta crónica: Gary Cooper que estás en Peñuelas.
Mientras vamos hacia Peñuelas hablamos precisamente del sentido del humor británico y el español. Harry conoce a un colega, un tal Wiseman, que ha creado un llamado 'laboratorio de la risa' para investigar con qué se ríen los ingleses. Ellos tienen una literatura de humor muchos más prolífica que nosotros. Allí cualquier escritor que se haya dedicado a este tema (Tom Sharpe, P.G. Wondehouse, Evelyn Waugh…) ha vendido millones de libros porque los ingleses, a pesar de todo, tienen mucho sentido del humor. El caso es que su amigo mete a personas en una habitación cerrada e investiga cuál es su reacción cuando le cuentan un determinado chiste. Al parecer, el que más risas provoca a los ingleses es el de Sherlock Holmes y el doctor Watson que se van de campamento. Montan su tienda bajo las estrellas y se van a dormir. En algún momento de la noche, Holmes despierta a Watson y dice:
-Watson, mira las estrellas y dime qué ves.
-Veo millones y millones de estrellas -responde Watson.
-¿Y qué deduces de esto?- pregunta Holmes.
-Si hay millones de estrellas y solo unas pocas tienen planetas, es muy posible que haya planetas como la Tierra allí fuera. Y si existen algunos planetas como la Tierra, también es posible que haya vida.
-Watson, no seas idiota- replica Holmes-. Quiere decir que nos han robado la tienda.
Le digo a Harry que aquí no tenemos laboratorio de risas, que yo sepa, pero el sentido del humor de los españoles, sobre todo de los andaluces, está muy desarrollado. Somos capaces de sacarle punta graciosa a cualquier asunto que tiene la pinta de ser una tragedia.
-Fíjate en lo que ha pasado con el PSOE. O que estemos sin Gobierno desde hace casi un año. Han sido miles los chistes que han surgido sobre el asunto. ¿Sabes lo que yo temo Harry? Que el pueblo llano pierda la capacidad de contar chistes. Ahora todo el humor circula por el 'guasap' y las redes sociales. Además de que también hay temas que son ya tabú por lo políticamente correcto. Antes se contaban chistes de gordos, de deficientes mentales, de borrachos, de tontos, de gangosos, de tartamudos, de suegras… Ahora se ha restringido mucho el campo. Empiezan a estar mal vistas muchas cosas.
Los grandes marjales sembrados de espárragos y los olivares que los rodean que hay a la entrada de Peñuelas indican cuál es la principal riqueza agrícola de la zona. Peñuelas es un poblado nuevo. Fue creado por el Instituto Nacional de Colonización para poblarlo de personas que habían sido desalojadas de sus casas para construir el pantano de Los Bermejales. Se terminó de construir en 1960, si bien el agua y la luz eléctrica no llegaron hasta dos o tres años más tarde. Peñuelas tiene como hija ilustre a mi buena amiga Rosa López, la cantante de la Operación Triunfo que participó en Eurovisión en el año 2002.
Peñuelas cuenta con unos 600 habitantes y curiosamente uno de ellos se llama Gary Cooper. Cuando vamos a su casa lo encontramos en lo alto del andamio, está picando la fachada para enlucirla.
-Gary ser muy bueno constructor- me dice Harry.
Cuando advierte nuestra presencia, Gary se baja del andamio con una sonrisa en los labios y la mano extendida para saludarnos. A mí me da la mano pero a Harry le da un abrazo. Son viejos amigos. Se conocieron en Portsmouth, ciudad al sudeste de Inglaterra de donde es Gary. Mientras saluda tan afectuosamente a Harry, lo observo. La verdad es que solo se parece al actor en su nombre y apellido. Es corpulento, calvo y barbudo, lejos de ese aspecto desgarbado barbilampiño que tenía el famoso protagonista de El secreto de vivir. Él y Harry enseguida comienzan a hablar en inglés, seguramente, intuyo, de lugares de Portsmouth o de amigos comunes. Cuando entramos a la casa y nos sentamos, se impone el castellano porque ambos lo hablan y no quieren pasar por maleducados. Gary nos ofrece café y mientras los tomamos surge la gran pregunta: ¿Qué hace un inglés que se llama Gary Cooper en un sitio como Peñuelas?
En primer lugar nos cuenta que se llama Gary porque por los años sesenta acababa de morir el famoso actor de ascendencia inglesa y en su homenaje muchos padres eligieron ese nombre para sus hijos. Si a ello le sumamos que este hombre tenía el apellido Cooper…
-El actor no llamarse Gary, sino Frank James, así que yo ser auténtico Gary Cooper- nos dice emitiendo una enorme sonrisa.
Después nos cuenta algunas situaciones confusas que ha provocado llamarse igual que el famoso actor de Hollywod. Como cuando entregó su tarjeta de crédito a una cajera de un supermercado y esta llamó a gritos a todas sus compañeras para que comprobaran que estaba atendiendo nada menos que a Gary Cooper. O la cantidad de veces que ha tenido que explicar a todos aquellos que les enseña el carnet de conducir español que no tiene nada que ver con el protagonista de Adiós a las Armas.
-Aquí en España la gente sorprenderse más. Allí, en Portsmouth, casi nadie.
Gary Cooper llegó con su familia a Granada en 2005. Encontró trabajo en la construcción. También encontró un pueblecito en la provincia como Peñuelas que era ideal para su modelo de vida: vivir en el campo, a veinte minutos de una gran ciudad como Granada y a una hora solo del aeropuerto que le lleva a su país cuando la nostalgia o la necesidad le dictan que tiene que ir.
Pudo comprarse una vieja casa con sus ahorros en Peñuelas y la está rehabilitando. Ahora su mujer y sus hijos están en Inglaterra por los estudios de los niños, pero pasan largas temporadas en la pedanía granadina.
-Yo ser feliz aquí. Mucho feliz- dice Gary Cooper que está en Peñuelas.
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