La Gerencia de la UGR 'requisa' los ahorros de centros y departamentos
Hay malestar entre docentes e investigadores, que definen esto como un "corralito" del dinero que tenían reservado
Las dificultades económicas por las que atraviesa la Universidad de Granada han llevado a la Gerencia a tomar una medida que está generando gran malestar entre docentes e investigadores. La institución ha requisado el dinero que cada uno de los más de cien departamentos, las facultades, escuelas e institutos de investigación tenían ahorrado a finales de 2015 para utilizarlo en el futuro a su criterio.
La Universidad asigna cada año en sus presupuestos una partida específica para cada grupo. Sus responsables disponen de ese dinero para pagar gastos de mantenimiento como papelería, informática, suministros, congresos, equipamiento o laboratorios. Hasta ahora la forma tradicional de funcionar es que el dinero que no gastaran en ese año se quedaba como remanente para su libre disposición en ejercicios posteriores. Algunos responsables de departamento explicaron a este periódico que era una práctica habitual, por ejemplo, para afrontar la compra de algún equipamiento caro que requiere de los ahorros de varios años o para afrontar la organización de eventos especiales.
Hay departamentos que en diciembre de 2015 dejaron en la cuenta más de 60.000 euros ahorrados. Pero la nueva Gerencia de la UGR ha cambiado el criterio y ha informado a los directores de departamentos y otros responsables de centros de que ese dinero se dedicará a "cubrir gastos de tipo extraordinario" en la Universidad. El dinero ha dejado de estar a libre disposición de los responsables de esos departamentos y será empleado a criterio de la UGR para cualquier gasto extra que pueda surgir en la institución. En una carta al director de este periódico, el catedrático José Ramón Jiménez explica que estas prácticas recuerdan a un "corralito".
La razón esgrimida es que "se hace necesaria la priorización y periodificación del gasto", según expuso la gerente, María del Mar Holgado, en el comunicado remitido esta semana a los directores de departamento con el asunto "remanentes".
La responsable económica de la Universidad (que se incorporó al cargo el verano pasado, como todo el equipo de la rectora Pilar Aranda) hizo un reconocimiento a la comunidad universitaria por el "esfuerzo" realizado al "reducir el gasto y planificar su ejecución, lo que ha permitido la generación de dichos remanentes".
Algunos docentes ponen de relieve el peligro de esta medida en el futuro inmediato. En lugar de llevar un control de gastos que permita ahorrar dinero cada año, como hasta ahora, si saben que a final de año dejarán de disponer de esos fondos, podrían gastarlos en cosas que no son del todo necesarias. En definitiva, podrían tener prisa por emplear el dinero para no dejar esos remanentes.
La medida podría suponer para la UGR la disposición de varios millones de euros que hasta ahora estaban en los centros de gasto de cada departamento o centro de la Universidad.
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