Gordo de la lotería de Navidad en Granada: Con mascarilla y sin cava en la celebración de la calle Príncipe

Sorteo extraordinario del 22 de diciembre

El cordón policial evita las aglomeraciones en la puerta de la administración de lotería que ha repartido el primer premio del sorteo extraordinario

Enrique Requena, que cumplirá 87 años el 7 de enero, recuerda que ya repartió 210 millones en 1997

Enrique Requena, a la puerta de su despacho del lotería del centro de Granada. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Ni cava, ni cánticos, nia abrazos. La celebración del primer premio del sorteo extraordinario de la Lotería Nacional cumplió a rajatabla con la normativa sanitaria. Sí hubo mascarillas, agentes de la Local para evitar aglomeraciones y distancia social. La más evidente fue la que guardaron los agraciados con la administración de lotería, la número 4 de Granada, en la que Enrique Requena, el propietario, se afanó con esmero en atender a los medios que se dieron cita en su local.

"Por lo menos han sido cien millones", calcula, dentro del mínimo despacho Inma Ruiz, una de las empleadas de Requena, éste, que cumplirá 87 años el próximo 7 de enero, recuerda que es su segundo Gordo. El primero fue en 1997 (ojo, los últimos números del Gordo de 2020 son 97) y repartió 35.000 millones de pesetas. Para los que ya sólo se manejan en euros, fueron 210 millones.

Inma y su hermana, Mari Carmen, indican que ha habido devoluciones. También del número agraciado, el 72897. Todavía no han calculado cuánto se ha devuelto a Loterías y Apuestas del Estado, pero el negocio, como todos, también se ha resentido en cuanto a las ventas en este aciago año.

Enrique Requena, con la camiseta que indica que aquí, en su administración, ha caído el Gordo de Navidad, recuerda que es lotero desde 1984, aunque se crio en el despacho, que antes era propiedad de su madre. Ésta abrió el negocio en los años 40. "Desde niño venía a ayudar", recuerda. Ahora, con la alegría que haber repartido de nuevo la suerte, zanja que dar el primer premio de la lotería de Navidad "es lo mejor que ha podido pasar después de este año".

Ahora el establecimiento es atendido por dos hermanas, Inma y Mari Carmen, que se prestan a contestar a la lluvia de preguntas sin perder la sonrisa. Estiman que buena parte del premio habrá caído entre los granadinos. En verano, cuando comienza la venta del sorteo de Navidad, apenas hubo turistas a causa de las restricciones, y las ventas a foráneos mermaron, aseguran. Mari Carmen, que lleva 29 años en la administración, señala que los millones de este sorteo "nos vienen muy bien a los granadinos. Al que le toca, compra... paga la hipoteca, se lo gasta en un coche... Eso repercute en Granada", reflexiona.

El número se vendió sin problemas. A la administración se le consignaron 45 series del Gordo. El negocio, que no tiene venta online, sí despacha por correo. "Lo que queremos es que el comprador tenga el décimo en la mano", explica Mari Carmen. Anoche, a las diez, se cerraron las devoluciones. Entre lo reintegrado al Estado había algún décimo del número que se ha llevado el primer premio, aunque todavía se desconoce cuánto se ha devuelto.

El año ha sido "difícil, muy difícil". "Aparte de por la movilidad, también por la pasta", señala la lotera, que indica que los ERTE y el desempleo han hecho mella en la compra de lotería de Navidad. Lo corrobora una vecina que pasa por allí. Ha conseguido sortear el cordón policial que impide que se den aglomeraciones en la calle Príncipe. Otra mujer, teléfono en mano, comenta "a ver si le ha tocado a mi primo... otra vez". No sería de extrañar que alguno de los agraciados en aquel 1997 se haya llevado otra alegría para el cuerpo.

Dentro de la administración, la vida sigue. Se acercan poquísimos clientes. Después de comer de vuelta al trabajo. "Ahora a vender el gordo del Niño", explica Inma. Por la calle, ya pasada la una y media y con mínimas esperanzas de que se acerque algún premiado, se escucha esta conversación: "Seguimos siendo los pobres del barrio". "Pero nos ha rozado la suerte".

En plaza Larga, Bernabé, el propietario de la administración que ha vendido quince series del 75981, el cuarto, explica que es la primera vez que dan un premio de este calibre. "Estoy que no sé ni por donde ando", responde por teléfono, con los nervios de ser uno de los protagonistas de la buena noticia del día. Ha despachado quince series del cuarto. "Se ha vendido todo". La mitad, añade, ha ido al bar Ras de paseo de los Tristes.

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