Así era el proyecto olímpico de Granada 1976
Granada 1976 | 50 años de la primera candidatura olímpica (capítulo 4)
Esta era la vista aproximada de las instalaciones en Granada capital y en Sierra Nevada según los documentos de expansión de Cetursa y los fondos del archivo de Miguel Fisac
Granada/La candidatura olímpica de Granada para los Juegos Olímpicos de Invierno de 1976 se desarrolló se forma precipitada, por mucho que desde el Gobierno franquista se afirmara que todos los proyectos estaban estudiados y definidos. Mientras que la ciudad y las instituciones deportivas a nivel nacional empezaban a hacerse una idea, Manuel Fraga y Juan Antonio Samaranch empezaron a encargar los proyectos y dossieres necesarios para afrontar el reto de hacer Granada una ciudad con aspiraciones a un evento de tamaña magnitud.
Entre octubre y noviembre de 1969 se cerró un dossier de candidatura elaborado por el Comité Olímpico Español que nada tiene que ver con los actuales, de apenas 68 páginas y sin ninguna profundidad: no había mapas, no había ubicación de sedes, no había los necesarios apoyos por escrito de las instituciones del país, la región y la ciudad, y el desglose presupuestario tampoco era muy prolijo.
Propuesta de Presentación de Candidatura de España para los Juegos Olímpicos de Invierno en 1976 era el título de ese trabajo presentado por el COE, y que es el único trabajo que habla abiertamente de aquella intentona. En ningún medio nacional ni local se menciona este informe, elaborado apenas un mes antes de que el COI cerrara el plazo de presentaciones, ni se le da difusión. Quedó como un asunto interno y con la caída en desgracia de la candidatura, guardado en los fondos de la Biblioteca Nacional.
Aquel informe justificaba en apenas cuatro líneas de texto la idoneidad de Granada para esos Juegos "por su incomparable Sierra Nevada, sus contrastes climatológicos y su realidad artístico-cultural". Ningún motivo deportivo, sólo económico y turístico. El informe del COE lo dejaba claro: "El turismo de verano (…) está limitado en gran proporción a la época estival, y los deportes de nieve, hielo y montaña pueden ser la base de un distinto y creciente turismo invernal".
El dossier se comprometía también en los años posteriores a celebrar pruebas de esquí de carácter internacional en la Sierra, además de la realización de una campaña publicitaria a nivel mundial, y la presentación final de todo el proyecto en la Sesión 69 del Comité Olímpico Internacional en junio de 1970, en Amsterdam.
El presupuesto estaba cifrado en 5.443 millones de pesetas, de las cuales, según el COE, tan sólo hacía falta 1.335 millones si se descontaban todas las inversiones a realizar en Sierra Nevada si no se desarrollaran los Juegos Olímpicos. El concepto a vender al COI, e incluso al propio Estado, era que la inversión no sería tan grande si en verdad se realizaran en la estación todas las obras previstas en el Polo de Desarrollo.
Además, se hacía una comparativa de gastos con respecto a los anteriores Juegos de Invierno, los de Grenoble, que habían supuesto un equivalente a 14 millones de pesetas. La diferencia era que los de Granada costarían 9 millones menos en un presupuesto ya limitado. Sobre el papel parecía poco realista. Y más con los proyectos que había sobre la mesa.
La Granada Olímpica tenía dos ejes. El primero y fundamental era Sierra Nevada. El segundo, prácticamente un nuevo barrio en la capital. El dossier del COE no adjuntaba ningún mapa ni especificaba la ubicación de las instalaciones, tanto en la montaña como en la ciudad. Años más tarde de la candidatura, ya con la dictadura desaparecida, se supo que el arquitecto Miguel Fisac, uno de los más prestigiosos del país, había recibido el encargo del mismo Manuel Fraga para diseñar la Ciudad Olímpica.
"Se preparó rápidamente y en noviembre de 1969 estaba terminado", contó el propio Fisac a la revista Monitor Ski en enero de 1977, y reproducida por el diario Patria. “La Ciudad Olímpica fue el proyecto de mi vida, pero generalmente el proyecto de la vida de un arquitecto se queda siempre en la cabeza”, comentaba también el autor del estudio que pudo cambiar Granada y Sierra Nevada tal y como se la conoce hoy en día.
El presupuesto alcanzaba los 3.000 millones de pesetas, citaba también Fisac incrementando en bastante el programa de gastos previstos por el COE, que sólo para la Ciudad Olímpica se quedaba en los 1.600. Aparte de las instalaciones obligatorias, se hablaba también de un teleférico Sierra Nevada-Granada-Motril, un viejo anhelo que pervive en estos días con la actualidad.
Durante los meses anteriores a la candidatura se realizaron consultas a especialistas mundiales en nieve que requirieron viajes y análisis para hacer que la estación presentara un proyecto olímpico fiable. Los Juegos se dividirían en deportes de nieve en el macizo y los de hielo en la capital, aunque en algunos planes se previera un pequeño pabellón de hielo en la zona baja de Pradollano.
"El Palacio de Hielo de Pradollano que querían hacer iban a encasquetárselo después a Cetursa. Si no es rentable, ¿para que lo queríamos? Lo querían repetir cuando yo llegué al cargo. Si los Palacios de Hielo pierden dinero hasta en Noruega, ya verás si lo metes en Granada", critica Jerónimo Páez, consejero-delegado de Cetursa-Sierra Nevada a este diario, recordando de forma vaga aquella candidatura. “Parece que hubiera sido el despegue de Granada, pero aquello era falso. Una de tantas quimeras que se han planteado en Granada”, añade el que en aquel año 69 ya tenía en su palmarés dos campeonatos de España de esquí universitarios.
En la capital, en una zona indeterminada pero, según los bocetos artísticos, en lo que sería la zona noroeste, se haría la Ciudad Olímpica sobre unos terrenos con una extensión de 30.000 metros cuadrados.
En los fondos a los que ha tenido acceso Granada Hoy, se ha podido hacer una reconstrucción aproximada de las instalaciones en Sierra Nevada, teniendo en cuenta los proyectos estatales previos y algunos de los bocetos del propio Miguel Fisac.
Incluso hay esbozos y planos a mano alzada de la construcción del pabellón de hielo y los trampolines de Sierra Nevada, que podían ir ubicados o en los Peñones de San Francisco o en la margen izqueirda de Borreguiles. Sí se ha podido rescatar con más fidelidad el proyecto en la ciudad de Granada. Así iba a ser la Granada Olímpica.
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