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Los botones de las chaquetas están relucientes y los guantes de un blanco inmaculado. Cada trabajador está en su puesto y esperando porque esta mañana entrarán por la puerta del Hotel Abba Granada los primeros clientes. En ese mismo instante quedará inaugurado el último hotel de cuatro estrellas que se suma a la oferta de la ciudad.
Anoche ya acogió un pequeño acto de inauguración previo. Como explicó el director, Joseba Villarte, se trataba de una copa para un grupo reducido de personas entre las que se encontraban responsables de otros hoteles de la cadena, que cuenta con 25 centros funcionando en España y en las principales ciudades de Europa. También asistieron el alcalde de Granada y su esposa y representantes de las empresas constructoras que han participado en la reforma del edificio.
Más de seis años lleva detrás la cadena Abba para que sea realidad la inauguración del hotel, ubicado en la antigua sede de los sindicatos. Si bien de obras sólo han estado quince meses, el proceso se retrasó porque hubo problemas con la construcción de la sede nueva de los sindicatos y no se pudieron trasladar en la fecha prevista en un inicio.
El hotel cuenta con 136 habitaciones dobles, entre ellas dos suite. Lo más espectacular, según destaca el director, son las vistas que pueden contemplarse desde las plantas octava y novena, las dos últimas.
El director también destaca el ambiente acogedor que ofrece las estancias y toda la decoración del hotel: la madera, los colores cálidos y los tejidos textiles ayudan a crear esa sensación de comodidad y calidez que hacen a los viajeros sentirse como en casa.
Pero de todos los detalles que conforman un hotel, el rasgo más distintivo que él señala es el trato del servicio. "Nuestro lema es recibir siempre al cliente con una sonrisa".
El público potencial al que está destinado este hotel, según su director, es el del turismo de negocios. "Pero, claro, en una ciudad con la Alhambra esperamos que muchos de sus visitantes se alojen en nuestras habitaciones", añade.
Uno de los alicientes tanto para los clientes del hotel como para los granadinos es su restaurante: Abba Mía. El establecimiento, al frente del cual está el cocinero granadino Leonardo Gallego, está especializado en cocina italiana, pero sin pizza, según advierte Villarte. "Haremos pasta casera y risottos, todo muy exquisito. Y los precios son muy asequibles, sólo 15 o 18 euros el menú", cuenta el director.
Sabe que son momentos difíciles para abrir un hotel, pero se muestra optimista sobre el futuro del establecimiento. "Sé que no es la mejor época, pero de todas hemos salidos", confiesa esperanzado.
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