Granada y su déficit de piscinas públicas en verano: solo una para una población que aumenta y ante el aumento de olas de calor
Municipal
Atrás quedan épocas en las que se llegaron a construir hasta 14 piscinas en la capital
Ahora la alternativa son las piscinas privadas de gimnasios
El Plan Director de Instalaciones Deportivas reconoce el déficit pero no plantea nuevas construcciones
Ocho piscinas para ocho distritos de Granada
Granada solo tiene una piscina pública que abre en verano para responder a las necesidades de la población que desde junio a septiembre está en la ciudad pasando su periodo estival, cada vez más caluroso. Contar con una instalación pública que permita 'echar el día' refrescándose en el agua con la familia, comiendo, jugando y pasando un rato de ocio, es una demanda cada vez más alta entre la población. No en vano, en estos tiempos, mucha gente no puede irse de vacaciones por la situación económica y los veranos se auguran cada vez más cálidos con continuas olas de calor. Y el de este año es un ejemplo.
Pero mientras hace unas décadas se podía incluso elegir, desde hace unos siete años sólo hay una opción: la piscina de Almanjáyar. Esta instalación municipal es la única que se mantiene como piscina pública abierta de verano y de julio a septiembre acoge a centenares de personas al día. Un déficit de piscinas públicas que en Granada es reconoce incluso en el Plan Director de Instalaciones Deportivas, que reconoce que hay que "aumentar las piscinas y pabellones" para cumplir las expectativas del incremento de la población. Pero no se prevén después en el desglose de actuaciones la construcción de ninguna. De los 361.862 metros cuadrados de suelo de uso deportivo en Granada, sólo hay esta piscina municipal pública abierta para todos los granadinos. Luego hay instalaciones privadas o públicas pero reservadas a la práctica deportiva, y las piscinas de gimnasios exclcusivas para socios.
Históricas piscinas en los años 70
Esto en una ciudad vinculada al agua. Donde históricamente los cármenes y las casas de vega contaban con piscinas y donde los ríos también han sido un espacio deseado para refrescarse en los meses estivales.
Pero, ¿siempre ha sido así? No. En los años 70 había hasta donde elegir. En la década de los 60 del pasado siglo se construyeron hasta 14 piscinas en Granada, una boom que después comenzó a decaer en los 70 pero que deja para el recuerdo míticas instalaciones como las piscinas Miami, que durante 40 años hizo las delicias de los granadinos en el Camino de Purchil; la piscina Neptuno con su gran trampolín; la Paraíso; la Nevada en la Carretera de la Sierra y la del Camping Sierra Nevada, frente al Alcampo. Hoy no queda ninguna.
El verano de 2014 fue el último en el que funcionó la piscina de Fuentenueva, que propiedad de la Universidad de Granada, también permitía refrescarse en verano. Pero desde 2015 no está por los problemas con el proyecto de reforma. La UGR también tiene la piscina de la Facultad de Ciencias del Deporte, pero para universitarios y entrenamientos profesionales y de clubes deportivos.
Después hay otras piscinas municipales pero que están reservadas también a la práctica deportiva y que en verano cierran unas semanas. Son las de Arabial (cubierta) y las de los centros deportivos Núñez Blanca, Chana y Bola de Oro. Todas acotadas a la práctica de deporte bajo inscripción.
También cerró el parque acuático Aquaola, un oásis para el verano que los fines de semana era la escapada de muchos granadinos que no podían bajar a la Costa o tener otro recurso para el baño.
El recurso que queda es el privado. Los gimnasios que en los últimos años se han construido en Granada han incluido piscinas a su oferta para actividades deportivas y entrenamiento o para uso libre para socios. Es el caso del gimnasio 02 Neptuno, que tiene piscina exterior e interior, el Inacua, el Yo10, el del Serrallo y el cerrado We.
Uso de las del Área Metropolitana
Con esta realidad, también son muchos los granadinos que se van a las piscinas del Área Metropolitana. Estadísticamente los pueblos del Cinturón ofrecen mejores servicios ya que la mayoría tiene una piscina municipal con mucha menos de la población que tiene Granada.
¿Cuál será el futuro de estas instalaciones? ¿Cómo habrá que atajar la adaptación al cambio climático y el anuncio de veranos extremos? ¿Cómo compaginar esto con la falta de agua y los episodios, también más habituales, de sequía?
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