Granada: de epicentro andaluz del coronavirus a aspirar a saltar fases de desescalada
Covid-19
El aumento de test PCR y la mejora en los hospitales, unido al comportamiento de la ciudadanía ante las restricciones, hacen que la provincia haya salido de su agujero negro
El lunes se entrará en la fase 2, que entre otros muchos beneficios, permitirá abrir el interior de los bares y los centros comerciales, aunque con limitaciones de aforo
Granada/La presencia del coronavirus en Granada ha sido, y se dice en pasado sólo por el mero hecho de que lo peor, parece, ha quedado atrás, cuanto menos particular. No es una de las provincias más pobladas, pero tampoco de las más deshabitadas, pero durante días fue el peor foco de la pandemia en la comunidad andaluza. Donde las demás reducían el número de casos, Granada los aumentaba, y eso ha sido una constante hasta prácticamente hace pocos días, sobre todo cuando se cambió el criterio de conteo y se prevalecieron los test por PCR.
Ahora Granada está a las puertas de entrar en una nueva fase de desescalada, la 2, e incluso está en condiciones de adelantar pasos hacia la 3 si así lo determinara el Ministerio de Sanidad, y tal y como pidió el miércoles la Junta de Andalucía. Toda una mejora de la situación que pone a la provincia a, como mínimo, un mes de recuperar una normalidad que, eso sí, será diferente a la que había y a la que se conocía.
Granada ha pasado de estar en lo peor de la crisis sanitaria a una situación relativamente holgada debido a la presión hospitalaria, una de las claves de bóveda que marcan los criterios de la desescalada de las medidas de confinamiento. A día de hoy, en los cuatro complejos de la provincia hay 30 personas ingresadas, de las que sólo 7 requieren Cuidados Intensivos. A principios del mes de mayo, esa cantidad se multiplicaba por cuatro (149 encamados, de los que 28 estaban en UCI).
La evolución de los últimos prácticamente dos meses ha sido la que ha aliviado al sistema sanitario granadino de forma espectacular. En la primera semana de abril la cantidad de hospitalizados por coronavirus multiplicaba por 18 la cifra actual, superando los 600 en los cuatro hospitales de la provincia (San Cecilio, Virgen de las Nieves, Comarcal de Motril y Baza) y se planteaban medidas extraordinarias como hoteles medicalizados o montar un hospital del campaña en la Feria de Muestras de Armilla, que justo cuando iba a comenzar su montaje, la orden nunca llegó. No hizo falta. Tampoco hizo falta llenar todas las plantas habilitadas en el antiguo Hospital Clínico San Cecilio para atender a los pacientes Covid menos graves.
Ya a mediados de abril las hospitalizaciones se redujeron cerca de la mitad, hasta los 300, y el 10 de mayo se bajó de la barrera psicológica de las 100 personas encamadas en Granada. En cuanto a personas en Cuidados Intensivos, quedan 7, la misma cantidad que ingresos nuevos ha habido, según los registros de la Junta de Andalucía, desde el 15 de abril. Pero es que van 28 días sin ninguna entradas en las unidades de agudos de los hospitales de Granada. Ahora, de las 30 personas que quedan hospitalizadas, en la Costa apenas hay 3 encamadas y el resto se dividen de forma casi alícuota entre el viejo Clínico, el del PTS y el de Caleta. Es más, en el hospital de referencia del Norte de la provincia, el de Baza, van casi dos semanas sin pacientes por Covid-19 en sus instalaciones.
Otro de los grandes factores por los que Granada pretende dar el salto de fase hacia la 3 dentro de una semana, saltándose el plazo estipulado en un primer momento por el Gobierno, es la cantidad de test PCR realizados a cada caso sospechoso. Hace apenas dos semanas estos diagnósticos se realizaban en Granada a menos de la mitad de los casos en los que se tenía la duda de que tuvieran coronavirus. Según fuentes sanitarias, en la semana en la que Granada se quedó en fase 0 y la gran mayoría había pasado el corte, se practicaban entre 100 y 150 PCR diarias en Granada, mientras que los test serológicos o rápidos, los que dan la medida de la sospecha, se elevaba a unos 450. Estaba muy lejos del 50% que pedía Sanidad.
El Gobierno apremió a que en la provincia se hicieran más pruebas de detección de material genético de SARS-Cov-2 y ya en apenas siete días ya se había incrementado esta cantidad hasta alcanzar la media de 475 pruebas de detección PCR. En los últimos siete días, y según anunció el pasado miércoles el Consejero de Salud, Jesús Aguirre, el porcentaje de test PCR por cada casos sospechoso alcanza en Granada el 88%. Y con unos resultados epidemiológicamente esperanzadores de sólo dos positivos en 254 PCR, sobre un total de 288 sospechosos.
Algo que ha ayudado también durante este tiempo a rebajar las cifras diarias de nuevos contagios se debe a la práctica masiva de test que, para los profesionales más expuestos durante el estado de alarma, se puso en marcha. Se aumentaron las visitas a la estación de ITV de Albolote, que se habilitó a finales de marzo, en pleno pico de la pandemia, y más tarde, sobre mediados de abril, se practicaron pruebas en gran cantidad en residencias de ancianos, lo que ha ayudado a focalizar mejor los contagios en los lugares más susceptibles de poder contraer el patógeno.
La situación también tiene un eje temporal. Granada empezó a tener casos de coronavirus más tarde que el resto de provincias andaluzas y ahí sigue. Durante muchas jornadas llegó a focalizar el grueso de los contagios y de las muertes en toda la comunidad. En muy pocos días había pasado de no tener casos a ser la tercera y la segunda zona con más casos diagnosticados en total, en pugna con Sevilla aunque siempre por detrás de Málaga, el foco más importante.
Sin embargo, para que Granada llegue a esta situación en la que los casos activos, según los datos que ofreció la Junta en su momento, ha pasado de 1.321 el 15 de abril, su pico máximo, hasta los 528 que hay a día de hoy, se debe a la gran cantidad de curados que hay en la provincia. Durante muchos días fue la que más altas epidemiológicas dio de toda Andalucía (2.711), aunque ahora es la segunda tras Málaga (2.802) y por delante de Sevilla (2.392).
Así que entre el confinamiento extremo, haber aguantado los posibles repuntes con la vuelta al trabajo y las salidas de los niños, la mejor localización de los focos, el aumento de test PCR, y el vaciamiento de camas en las áreas Covid de los hospitales, Granada ha pasado de ser un punto negro del coronavirus a poder, de momento convivir con el patógeno, por lo que la desescalada puede seguir su ritmo. De ahí a que se puedan saltar fases, el Gobierno tendrá la última palabra.
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