Granada entra en la fase 1: bares y cafeterías con mesas vacías y resurrección en las tiendas de ropa
Calles del Centro como Recogidas han recuperado el pulso con la apertura de las tiendas de textil y complementos
Los días de plomo del coronavirus parece que han quedado atrás como un mal sueño. Granada ha entrado en la fase 1 de la desescalada en una de esas mañanas en las que el es un aliado y los ciudadanos han regresado a sus rutinas con cierta precaución, como pisando antes el terreno para comprobar que es firme. A primera hora de la mañana los bares y cafeterías han vuelto a abrir la persiana y en la mayoría de los casos, aunque sólo pueden abrir las terrazas y además al 50% de su capacidad, había mesas sin ocupar. Eso sí, con excepciones como el Casa Isla de la Avenida de Cádiz, donde todas las mesas disponibles estaban ocupadas.
Y pese a la timidez, y aunque hay una gran mayoría de ciudadanos que ya han hecho de la mascarilla un complemento imprescindible de su vestuario como una camisa, todavía hay muchas personas que pasean sin mascarilla ya que sólo es obligatoria, de momento, en los establecimientos y en los medios de transporte.
En general se han cumplido las previsiones de la Federación de Hostelería de Granada, que en la previa a la entrada de Granada en la fase 1 adelantaba que un 92% de de los establecimientos hosteleros seguirían en 'fase 0' este lunes. Aún así, los dueños de bares y cafeterías del 8% restante aseguraban esta mañana que esperaban que a lo largo del día los granadinos se fueran animando a volver al 11 de marzo.
Así que, en general, se ha producido poco movimiento, también en el resto de tiendas que han abierto hoy, donde los granadinos han ido entrando como un explorador. Donde más se ha notado que Granada se ha tintado hoy de azul en el mapa de España es en calles del Centro como Recogidas, donde mejor se ha intuido lo que es la nueva normalidad, con mucha más animación que en los últimos dos meses y con las tiendas de ropa abiertas para unos ciudadanos que en muchos casos llevan dos meses en chándal.
Y en los barrios, como el Zaidín o la Chana, más animación que en los últimos días con muchas tiendas abiertas y una interrogante en la cara de los dueños para ver si la nueva normalidad es rentable.
Granada es hoy una ciudad que se despereza, con sólo dos hoteles que han abierto sus puertas (el Saray y el Catalonia), con los concesionarios de coches de nuevo abiertos, pero sólo atendiendo a los clientes con cita previa, y con los grandes centros comerciales en stand by con la posibilidad de volver a abrir pero limitando a 400 metros cuadrados sus instalaciones para el público.
En definitiva, Granada es hoy una ciudad que intenta volver a una normalidad que, sencillamente, ya no existe.
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