Granada podría ingresar más dinero por la tasa turística que por la construcción

Turismo

Sobre la mesa está el debate de qué tipo de visitantes pagaría este impuesto y si se gravaría también a quienes hacen excursiones 'express' a la ciudad sin pernoctar

Unos turistas se fotografían en el Mirador de San Nicolas, con la Alhambra de fondo
Unos turistas se fotografían en el Mirador de San Nicolas, con la Alhambra de fondo / Mario Puertollano / Photographerssports
Salva Rodríguez

23 de julio 2022 - 06:00

Granada/El alcalde de Granada, Francisco Cuenca, ha puesto precio. Un euro es lo que la ciudad quiere cobrar a los visitantes que pernocten cada noche en la capital. Una cantidad que, teniendo en cuenta los datos de pernoctaciones registrados en 2021, supondría para las arcas municipales unos 2,7 millones de euros. Esa fue la cantidad de hospedajes en un año marcado todavía por el Covid-19, pero las previsiones turísticas mejoran por momentos, por lo que esta cantidad ganada podría ser incluso mayor.

¿Qué supondría para la ciudad recibir este ingreso? Mejoras en los servicios que se ofrecen a los turistas, reforzar la posición de Granada en los mercados turísticos nacionales e internacionales, tratar de atraer al visitante con alto poder adquisitivo, etc. De momento no hay destino para una partida que tiene que ser autorizada por la Junta de Andalucía. Lo que sí es seguro es que supondría una inyección de dinero a las arcas municipales importante.

Tanto es así que, tomando como referencia esos 2,7 millones de pernoctaciones de 2021, el Ayuntamiento de Granada ingresaría más por el impuesto de la tasa turística que por otros, como por ejemplo el impuesto de licencias urbanísticas.

Según las aplicaciones presupuestarias de los ingresos del Ayuntamiento de Granada previstas en el futuro presupuesto municipal de 2022, consultadas por Granada Hoy y que tiene que ser aprobado en Pleno extraordinario el próximo viernes 5 de agosto, la tasa de licencias urbanísticas reportaría a la ciudad 2 millones de euros, 700.000 menos de lo que lo haría el impuesto por pernoctación. Esto es muy significativo, ya que el sector de la construcción, tras los malos años de la crisis económica de 2008 y de la pandemia, está recuperando la potencia perdida en los años anteriores.

De hecho, la recuperación del ladrillo se puede identificar en otra partida, en la 'Tasa por licencias de primera ocupación', que este año supondría al Consistorio local casi un millón de euros (950.000 concretamente).

En esas aplicaciones presupuestarias también se pueden identificar otras partidas que serían similares e incluso inferiores a lo recaudado por las pernoctas del turismo. Otro ejemplo es el de la tasa por la ocupación de la vía pública de terrazas de locales de restauración, algo también muy valorado por los turistas que visitan Granada, que inyecta en las cuentas públicas casi los mismos 2,7 millones de euros que se ingresarían por la tasa.

En un escalón inferior encontramos la subvención recibida por el servicio de transporte público municipal, que supone para las arcas 2,2 millones de euros, las concesiones administrativas (1,5 millones), los ingresos por tratamiento de basuras doméstica e industrial (1,37 y 1,31 millones de euros respectivamente), o la tasa cobrada por disponer de cocheras y posibilidad de acceso a zonas de circulación viaria restringida de la capital (1,02 millones).

Debajo del millón de ingresos hay también partidas interesantes que se verían superadas si Granada cobrara ese euro por turista, como por ejemplo el cobro por la recogida de vehículos en vía pública, coloquialmente llamado las multas de la grúa (921.000 euros), las licencias de actividad por apertura de nuevos establecimientos en la capital (980.000 euros) o la recaudación por multas de Medio Ambiente, Salud y Consumo (800.000 euros).

¿Quién pagará la tasa turística?

La inyección económica para Granada de esta tasa turística sería muy importante y podría servir como arma para llegar a más mercados y como forma de mejorar la ciudad. Pero, ¿quién pagaría esa tasa?. De momento, según ha informado el propio alcalde, serían todos aquellos turistas que vengan a Granada y hagan noche en alguno de los hoteles, hostales, albergues o apartamentos turísticos legales y reglados de la ciudad.

Excluidos quedarían de este pago, según la propia definición, quienes decidan hacer excursiones a Granada, es decir, quienes disfrutan de la oferta de la ciudad sin dormir en ella, ya sea porque lo hacen solo por un día al tener su alojamiento en una provincia cercana o porque acuden varias jornadas al dormir en un municipio cercano. En esta categorización podrían entrar también los cruceristas, que atracan en Motril y suben en autobús hasta la capital.

Dos turistas contemplan la Alhambra
Dos turistas contemplan la Alhambra / MARIO PUERTOLLANO / PHOTOGRAPHERSSPORTS

Si el Ayuntamiento de Granada y el sector del turismo de la ciudad decidieran gravar también a este sector, lo recaudado se multiplicaría de forma exponencial. Como ejemplo, la ciudad de Sevilla prevé obtener siete millones de euros anuales con la tasa de pernoctas y excursionistas, al ampliarse los puntos de recaudación. Aunque eso también haría más complejo el sistema. Otro ejemplo es la ciudad italiana de Venecia, que cobra desde hace muchos años un impuesto de entrada a los visitantes, independientemente de si pernoctan o no en ella (este 2022 esa tasa varía según la temporada entre uno y cinco euros).

De esta forma, se evitaría que algunas agencias o visitantes a título individual dejaran de reservar habitaciones en hoteles de la capital para no abonar la tasa y lo hicieran en los del área metropolitana. La oferta de la planta hotelera en comparación con la capital se ve muy reducida en el resto de la provincia, pero quienes así se lo quieran plantear y lo hagan con tiempo, podrían acudir a poblaciones de los alrededores o de otras ciudades importantes como Motril, Loja, Guadix o Baza para ahorrarse ese euro por noche extra.

Quienes duerman en casas de familiares o amigos también quedarían excluidos. Aunque este extremo ya sería imposible de controlar. Tampoco pagarían aquellos pisos turísticos que no estén dentro de la legalidad ni registrados oficialmente. Ahí entraríamos en un terreno pantanoso, pues el Ayuntamiento tendría que asegurarse de que todos los pisos turísticos están registrados y pagan sus impuestos, algo que supondría un esfuerzo extra.

Quedarían excluidos de este pago, además, quienes se encuentren ocasionalmente en Granada por obligaciones laborales o los que lo hacen por motivos de salud. Es decir, las personas que viajan a la capital por "circunstancias no deseadas". Cuenca ya comentó que tampoco se grabaría a los propios granadinos que se muevan por la provincia.

Situación en Andalucía

El Ayuntamiento de Sevilla ha logrado ya un primer acuerdo para comenzar a tramitar la implantación de la tasa turística. La aplicación de este gravamen se antoja aún lejana en el tiempo, pero el gobierno local que dirige Antonio Muñoz necesitaba de la aprobación de todos los agentes implicados en esta actividad económica para dar un primer paso. Y la ha tenido.

Muñoz desea que Sevilla sea la provincia que lidere el debate sobre la nueva fiscalidad turística en Andalucía y que la posibilidad de aplicar una tasa a los visitantes no se convierta en obligación, sino que cada municipio la apruebe en función de sus características y necesidades. Pero que sea una opción a la que pueda recurrir porque las leyes se lo permiten.

Esta preferencia del sevillano choca de lleno con las aspiraciones del alcalde de Granada, quien quería ser quien liderara estas conversaciones con la Junta de Andalucía. El granadino ya informó el pasado miércoles que había realizado una petición formal al gobierno autonómico y al presidente Juanma Moreno para que iniciara los trámites para establecer la tasa turística en Granada.

Fue a través de una moción de Unidas Podemos aprobada en Pleno cuando se empezó a trabajar en esta posibilidad. El texto pedía la creación de una mesa de trabajo para implantar la tasa turística, y en cumplimiento de esa moción, se abrió y se iniciaron las tareas para crear un grupo de trabajo con otras capitales interesadas en implantar la tasa.

Cuenca aseguró a este diario que ese grupo de trabajo con el resto de los alcaldes andaluces ya está creado y que el contacto para hablar sobre este tema entre los ocho regidores de las provincias es continuo.

Los turistas recorren las calles de la Alcaicería de Granada en busca de souvenirs
Los turistas recorren las calles de la Alcaicería de Granada en busca de souvenirs / MARIO PUERTOLLANO / PHOTOGRAPHERSSPORTS

El respaldo político a esta medida se enfrenta, sin embargo, al rechazo de los hoteleros y hosteleros de la provincia y de la comunidad autónoma, ya que creen que un impuesto a los turistas es contraproducente, pues puede hacerles plantearse cambiar el destino por otro que no cobre esta tasa turística. Aunque los hosteleros de Sevilla parecen haber aceptado las pretensiones de su Gobierno local.

"No es el momento de plantearse y ni mucho menos de establecer una tasa turística en Granada. Con la inflación al alza, los precios en una escalada continua y la gente cada vez más mirando por su bolsillo, puede ser un gasto que tenga efecto disuasorio", ha valorado en declaraciones a Granada Hoy el presidente de la Federación provincial de Hostelería y Turismo, Gregorio García.

Además, la situación que vive la economía nacional, con una elevada inflación y un alza continua en los precios, hace que estos consideren que establecer este impuesto por pernoctar "se haga imposible". Al menos de momento.

Los sindicatos, a favor

El sindicato Comisiones Obreras (CCOO) también se mostraba a favor de este impuesto el pasado martes y pedía que se avanzara en la posible implantación de una tasa turística en Granada, una medida que permitiría recaudar unos cinco millones al año si es similar a la que aplica Barcelona.

Ante esta posibilidad, CCOO ha considerado que implantar este impuesto facilitaría cambiar el modelo turístico actual de explotación intensiva por uno sostenible de calidad y excelencia. Además, el sindicato ha recalcado que serviría para compensar el gasto adicional en servicios públicos que pagan los ciudadanos y para mejorar la calidad de servicios como el transporte o la seguridad.

CCOO ha calculado que un impuesto similar al que tiene Barcelona permitiría recaudar una media anual de 5 millones y ha insistido en que una tasa turística no conlleva una caída del número de visitantes, posición contraria a la que defienden los hosteleros, como a su juicio demostrarían los datos turísticos de ciudades como Barcelona, Baleares, Roma, París o Berlín.

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