Granada vuelve a marchar de forma multitudinaria en defensa de la igualdad de la mujer
8-M
Tras dos años con movilizaciones reducidas a causa de la pandemia, más de 30.000 personas han vuelto a tomar las calles del centro para denunciar al patriarcado y pedir paridad en todos los ámbitos
Granada/El cielo aguantó este año. La lluvia no hizo acto de presencia, y gracias a la mejora en la situación de la pandemia, con la sexta ola doblegada y gracias a las vacunas, la manifestación por el 8 de marzo Día de la Mujer que ha recorrido este 2022 las calles de Granada se ha parecido mucho más a las que estábamos acostumbrados a vivir hace dos años. Una vuelta a las calles que ha servido para denunciar al patriarcado y pedir paridad en todos los ámbitos.
Miles de personas se han echado a la calle y han colapsado el centro de la capital en la tarde de este martes para reivindicar la consecución de una igualdad real entre mujeres y hombres. Algo que, a día de hoy, aún no existe. Y todavía queda camino por recorrer.
En 2019 se alcanzaron las 60.000 personas, cerca de 2.000 acudieron en 2021 bajo la intensa lluvia y las medidas restrictivas a causa del Coronavirus, y en este 2022 se ha vuelto a recuperar esa afluencia masiva para apoyar y liderar la lucha feminista. Un total de 30.000 personas según los datos de la Policía Nacional, 40.000 según los convocantes, han sido las que han teñido de color morado Granada y han clamado por la igualdad de oportunidades, por la reducción de la brecha salarial, y por algo que nos debe unir a todos: la igualdad entre personas. La igualdad de géneros.
Este año, sin distancia de seguridad, sin la obligatoriedad de llevar mascarillas, con carteles en alto, armadas con megáfonos y encabezadas con una pancarta en la que rezaba el lema "Ni invisibles ni precarias, derechos para todas todas", la marcha, que ha sido convocada por las plataformas 8M, Feminismo Unitario y 25N, ha echado a andar a las 18:40 horas desde la Plaza del Triunfo, media hora más tarde de lo que lo hiciera la movilización del año pasado.
Con mucho ruido, música de percusión y consignas feministas, la gente ha empezado a movilizarse. Al ritmo de la batucada, formada por más de 30 tambores, la gente ha empezado a discurrir por la Gran Vía de Colon en forma de marea feminista. De vez en cuando se paraba la marcha para que la movilización no se partiera, momentos en los que se entonaban cánticos de "ni una menos, vivas nos queremos" o "sola y borracha quiero llegar a casa".
Capas moradas, pañuelos, pines, caras pintadas, pegatinas, mascarillas con colores a juego y ropa de abrigo color violeta eran algunos de los complementos de esta reivindicación, que ha transcurrido sin incidentes durante todo su recorrido. Gracias a la mejoría de la pandemia hemos vuelto a ver como jóvenes, adultas y mayores han vuelto a mezclarse en la movilización, tres generaciones unidas nuevamente en la calle para remar en busca de la igualdad.
En los momentos en los que la marcha se detenía, la batucada aprovechaba para hacer sonar aún más su percusión, la mayoría de las presentes bailaba y se hacían pequeñas actuaciones al grito de "el feminismo camina adelante, el machismo camina atrás", a la vez que se seguían oyendo mensajes feministas.
En torno a las 19:30 la manifestación ya dejaba atrás la estatua de Isabel La Católica tras haber recorrido toda la Gran Vía de Granada. En ese momento, la cabeza de la manifestación ya bajaba hacia la Acera del Darro, mientras que la cola prácticamente no había avanzado más que unos metros. Una imagen que, según las organizadoras, habla de lo necesaria que siguen siendo estas reivindicaciones, y de que no hay nada ni nadie que pueda parar el feminismo.
Feminismo dividido
Un poco más adelante, en la unión entre la calle Reyes Católicos y la Plaza del Carmen, se ha podido comprobar la división con la que Granada llegaba a este 8 de Marzo. Mientras la principal manifestación encaraba ya Puerta Real, un centenar de personas y representantes de las plataformas Forum de Política Feminista, Granada RadFem y La Volaera, que consideran que el resto de convocantes de la manifestación del 8-M no les representa, celebraba una concentración a las puertas del Ayuntamiento de Granada entonando cánticos de "el feminismo no se vende".
La movilización ha vuelto a paralizar la vida en el centro. El tráfico ha sido cortado y las calles invadidas de forma multitudinaria. Muchas eran las mujeres que, sin dejar su puesto de trabajo salían a las puertas de su comercio para "apoyar a sus hermanas". Otras, sin embargo, habían echado el cierre y se habían unido a la concentración. Toda una muestra de solidaridad y apoyo a la causa, en un momento en el que el machismo ya no es tolerado.
Mientras avanzaban, eran muchos los turistas y granadinos que trataban de llegar a su destino cruzando el río de personas. "No nos mires, únete" les decían, mientras que desde los balcones de la Acera del Darro se escuchaban gritos, aplausos y se disparaban flashes de cámaras para inmortalizar el acontecimiento.
También ha habido espacio para la solidaridad con el pueblo ucraniano y con los millones de mujeres refugiadas que huyen de la guerra en su país. Se han gritado consignas a favor de la paz y en contra de Rusia, mientras que algunos manifestantes llevaban pancartas en contra del presidente ruso Vladimir Putin.
Pasadas las 20:30 horas, los presentes empezaba a inundar el Paseo del Salón, una zona que se ha vuelto a quedar pequeña para acoger a los manifestantes. La batucada seguía marcando el ritmo y los presentes iban rodeando uno de los kioskos instalados en la zona peatonal. Las asociaciones convocantes han tenido que esperar para que la gente llegara a tiempo al cierre del acto, que ha concluido pasadas las 21:00 horas.
Una pequeña actuación teatral a cargo del grupo 'Magdalenas Granada' ha escenificado la presión constante que sufren las mujeres en su día a día, y como el patriarcado las machaca continuamente. Una liberación de estos tópicos y presiones constantes con las que han promulgado que es la hora de acabar con el machismo y de que triunfe el feminismo.
La lectura del manifiesto feminista tras varias horas de movilización por todo el Centro de la ciudad ha sido el broche final a una movilización masiva que se recupera tras la pandemia. Las miles de personas que han secundado la protesta escuchaban atentas la lectura, que clamaba por igualdad en todos sus ángulos: laboral, económico, social y sexual. Una muestra de que hay mucho ganado, y también de que hay que seguir luchando por una igualdad real y efectiva.
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