La Granada del medio millón
Municipal
¿Cómo sería la fusión de municipios para crear la Granada Metropolitana? La ventaja: el ahorro en servicios
Habría que unir 25 localidades para superar esa cifra
Vegas del Genil, municipio granadino fusionado hace 46 años
¿Cómo sería la Granada Metropolitana si de verdad se fusionaran los municipios del Cinturón con la capital? En los últimos años se vende esa idea de conglomerado metropolitano y que Granada no es solo la capital sino su Cinturón. ¿Cómo tendría que hacerse la unión? ¿A cuántos municipios afectaría?
Para materializar la visión metropolitana y llegar a la Granada del medio millón de habitantes habría que unir hasta 25 municipios del Cinturón con la capital. No solo los 17 que lindan con el término municipal de Granada sino otros 7 que están a dos pasos, es decir, con un municipio entre medias. Saldría una gran urbe con 502.000 habitantes sumando Granada capital (con poco más de 230.000 habitantes en la actualidad), Jun, Beas, Huétor Santillán, Dúdar, Pinos Genil, Cenes de la Vega, Huétor Vega, La Zubia, Ogíjares, Armilla, Churriana, Vegas del Genil, Santa Fe, Atarfe, Maracena, Pulianas, Víznar, La Zubia, Peligros, Las Gabias, Albolote, Alhendín, Alfacar y Cájar. Y sería gracias al tirón de población que sumarían los grandes municipos del Área Metropolitana como Albolote, Las Gabias, La Zubia, Maracena, Atarfe, Armilla o La Zubia.
Con esta gran unión saldría el tercer gran municipio de Andalucía, por detrás de Sevilla capital (684.232) y Málaga (577.405) y Granada superaría a Córdoba (322.071), que ahora está por encima en población contando solo la capital. Detrás ya estarían Jerez (212.801), Almería (200.753) o Huelva (142.538).
No obstante, Granada está ya considerada gran ciudad por la Ley de Grandes Ciudades de 2003 ya que al ser capital de provincia tiene esa consideración si supera los 175.000 habitantes, que lo hace con creces. Por eso, los cambios legales de organización del Ayuntamiento, por ejemplo, ya los tiene hechos y no cambiarían en nada por duplicar su población. La adaptación a la ley de Grandes Ciudades de 2003 y sus prerrogativas en cuanto al funcionamiento ya se hizo y cambió, por ejemplo, la distribución del pleno, las competencias del alcalde, la gestión de los distritos o la regulación de la participación ciudadana.
Beneficios en gestión, ayudas e impuestos
Lo que sí cambiaría es la gestión. ¿Y beneficiaría? El sí es claro. El abogado José Manuel Urquiza, especializado en Derecho Local y asesor jurídico de algunos ayuntamientos, hace un análisis de esa hipótesis de fusión, en la que "el principal resultado, como en todas las fusiones, es la reducción de costes y el mantenimiento de los servicios públicos más barato". "Ese es el objetivo de unir diversos ámbitos, abaratar la gestión de servicios públicos", que sería más efectiva si se acumula población. Es el caso de limpieza, transporte, servicios sociales,...
"Sería positivo". Otra cosa es que los municipios quisieran. Porque el procedimiento sería el mismo para unir grandes municipios que pequeños, tendría que someterse a referéndum de los municipios afectados.
"Desde el punto de vista de la gestión, que es el fin de los ayuntamientos ya que no hacen leyes, sino que se dedican a la gestión pura y dura, sería positivo", explica el experto.
Otro beneficio de aumentar población sería el acceso a ingresos del Estado o de la Junta que se establecen por población. También, a nivel económico, los ingresos se multiplicarían por el cobro de impuestos como el IBI o el de circulación.
Alcaldes de barrio y suspensión de ayuntamientos
La capitalidad ya seria única y se mantendría en Granada. ¿Qué pasaría con el pleno y el resto de ayuntamientos? El pleno resultante tendría que aumentar el número de concejales y el organigrama aumentaría aumentando los funcionarios y trabajadores necesarios para mantener la gestión, pero no sería ni mucho menos tan grande como sumar todos los ayuntamientos, concejales, funcionarios,... "Se tendría que funcionar con alcaldes de barrio", explica Urquiza, como ahora se hace en la capital ya que los municipios pasarían a la división por distritos de la ciudad: Distrito Armilla, Distrito Cenes,... y cada uno tendría un alcalde de barrio que sería concejal del Ayuntamiento de la gran ciudad.
Eso ahorraría una cantidad importante en representantes políticos, pero también en burocracia.
El número de concejales por población está recogido en la ley electoral y hasta 100.000 habitantes corresponden 25. Después se suma uno por cada 100.000 habitantes. Por eso ahora Granada tiene una corporación municipal con 27 concejales y de llegar a los 500.000 sumaría tres más, hasta tener 30 ediles.
Fusión o incorporación, los dos modelos legales
La ley es clara en cuanto a los métodos para la fusión de municipios. Ramón Parada lo explica en el manual de Derecho Administrativo Introducción, Organización Administrativa y empleo público. Para la alteración de términos municipales hay tres opciones: fusión, segregación o incorporación. En la hipótesis de la Granada metropolitana afectarían las opciones de fusión o incorporación. La fusión es de municipios limítrofes, todos de similar riqueza, para crear uno nuevo; y la incorporación es la de uno o más municipios a otros limítrofes con la desaparición de los primeros con uno de mayor preponderancia, por lo que está claro que sería esta última opción.
La Ley de Regulación de Haciendas Locales sería la que regiría las ventajas de financiación de la operación.
En el caso de ser una fusión voluntaria y no de oficio por decisión del Consejo de Gobierno de la Junta, se realizaría una integración territorial y de la organización incluyendo los medios personales, materiales y económicos. El órgano de Gobierno transitoriamente sería la suma de concejales de todos los municipios y los acuerdos en pleno necesitarían mayoría simple.
Con un municipio de gran población, el sistema de gobierno sería análogo al del Gobierno central, una especie de parlamentarismo municipal. El Pleno sería como el Congreso de los Diputados y el Alcalde y la Junta de Gobierno Local sería el Gobierno.
El gran municipio resultante se podría dividir en entidades locales como forma de organización desconcertada, como barrios o distritos, con su alcalde pedáneo o de barrio, para realizar una gestión eficiente.
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