Granada, el país de los sueños
Rodolfo Gil le dedicó su obra al Excelentísimo Ayuntamiento de la Muy Noble, Muy Leal, Nombrada, Grande, Celebérrima y Heroica Ciudad de Granada, por eso tenemos el compromiso moral de conocerlaEl cordobés Rodolfo Gil conocía nuestras costumbres y tradiciones calificando a Granada como el país de los sueños. Sí, pero... · Su obra, al ser escrita por un forastero, tiene la visión del otro, del que viene a vernos

QUIÉN era Rodolfo Gil? A unos minutos de la Mezquita de Córdoba, en la Ciudad Jardín, hay una calle que lleva su nombre. Este señor había nacido en Puente Genil en 1872 y se vino a Granada a estudiar Filosofía y Letras para dedicarse luego al periodismo y a la política. Escribió entre otros en La Opinión, El Globo y ABC; fue diputado por Madrid y gobernador de Tarragona. Murió en Valencia en 1938.
Pero a nosotros lo que más nos interesa es esa preciosa obra que dedicó a Granada en 1901, ciudad a la que calificó como El país de los sueños. La edición facsímil que publicó Ediciones Albaida es una joyita que siempre apetece leer porque nos da un relajante paseo por esas páginas de la Granada de ayer. Bueno, de una parte de Granada.
Rodolfo Gil le dedicó su obra al Excmo. Ayuntamiento de la Muy Noble, Muy Leal, Nombrada, Grande, Celebérrima y Heroica Ciudad de Granada. Por eso tenemos el compromiso moral de conocerla. Al ser escrita por un forastero tiene la visión del otro, del que viene a vernos y calibra mucho mejor defectos y virtudes. Se sorprendió de nuestros paisajes y de nuestras costumbres.
Escribe sobre la Sierra Nevada de la que dice se divisa esplendorosa desde todas las calles de Granada. ¡Qué lástima! Compara nuestra rica Vega con un hermoso tapiz verde recorrido por el Guaxenil. Vergel frondoso, lugar de esparcimiento, venero de riquezas, con cientos de jardines, fincas de recreo, almunias y castillos. ¡Qué pena!
Eran nuestras calles el alma de la ciudad. Pero se acercaban los días del trazado recto de la Gran Vía y Rodolfo Gil se sumaba a las quejas de Ángel Ganivet. Pero todavía se recrea paseando por nuestras calles de sabor moruno, tortuosas, estrechas, salpicadas de aljibes y plazoletas. Nos recuerda algunos de los pregones que ya por entonces se oían en Granada: ¡los jigos chumbos, gordos y dulces!; ¡Brótano macho pal pelo!; ¡arenilla, blanca y güena!
Dice de nuestras mujeres que son difíciles de catalogar porque son diferentes las del Albaicín de las de las Alpujarras o la costa, pero a todas las colma de virtudes, ensalzando las graciosas curvas de su cuerpo y el color nigérrimo de su pelo. Se sorprendió con nuestra conmemoración de la Toma y los gritos de Granada, Granada, por un concejal. Invita a todos para que vengan a tocar la campana de la Vela y se sumen a la tradición granadina. No está mal la propaganda turística.
Por la noche se representaba en el teatro El triunfo del Ave María o La Toma de Granada que, según dice, los espectadores se sabían ya casi de memoria.
Habla del Corpus, de las juncias que alfombran las calles llenas de colgaduras, altaricos por las esquinas y olor a incienso. Se recrea con nuestras carocas y saborea las barretas de miel y ajonjolí. Ya viene la Pública, dice, precedida de los alguacilillos. Gigantes, enanos, Tarasca, clarines, timbales, palafreneros y el heraldo con el estandarte de Granada. Desfiles de parroquias, cofradías y los niños del Ave María con su escapulario y sus crucecitas de madera. Feria en el Salón, fiesta aristocrática en el Hipódromo de Armilla y verbena en el Albaicín.
Conocía las fiestas de nuestro calendario: la de San Antón, la subida al Monte el 1 de febrero a honrar a San Cecilio para recorrer sus cuevas en las que las muchachas solteras buscaban la piedra milagrosa del amor. Cristo de los Favores en el barrio de los greñúos, a donde acudían los granadinos el día de la Cruz; feria de Gracia por los callejones y las huertas del pago de la Acequia Gorda, donde se pregonan las nueces del Castillo, granadas de Fuentepeña, jallullos y roscos de ajonjolí. San Miguel, allí en lo alto del cerro, cerca de la cerca del obispo D. Gonzalo, el 29 de septiembre; todo lleno de puestecillos de castañas, acerolas, priscos y azufaifas. Romería de San Nicolás, feria de San Lázaro en honor al Cristo de la Yedra, feria de los alfareros de San Luis en el Albaicín, en la Mariana los días 25 y 26 de mayo, delante del Teatro Principal (luego Cervantes). Granada tiene todos los ingredientes para seguir siendo El país de los sueños. Sí, pero…
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