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Así quedará el Huerto del Carlos en el Albaicín tras su reforma: más espacios para los vecinos y pistas deportivas

Municipal

El nuevo espacio permitirá también contar con una zona para proyecciones de cine y eventos

Es la única gran plaza albaicinera que queda al margen de las dinámicas del turismo de masas

Granada licita el proyecto de remodelación del Huerto del Carlos

Plano final de la reforma. / G. H.

Los primeros días de agosto el Ayuntamiento de Granada anunció que se abría la licitación para la remodelación de la Plaza Huerto del Carlos, en el Albaicín, y su reordenación para hacerla más utilizada por los vecinos, para que disfruten de sus más de 4.400 metros cuadrados, ahora inutilizados por familias y residentes. Además, se quieren fomentar los valores históricos y artísticos de la zona.

En la memoria de dicha licitación, consultada por este periódico, se puede observar cómo será el estado final que presentará la plaza una vez rehabilitada. Lo más destacable es la creación de una pista polideportiva con canasta y porterías para uso de niños y familias, así como de una pista de petanca también reclamada por los vecinos. Además, habrá un nuevo parque infantil con columpios para los más pequeños. También se incluirá en este espacio una zona donde se puedan realizar proyecciones de cine y hasta celebrar eventos.

Para la reforma, una vez licitada (se pueden presentar ofertas hasta el 24 de agosto), se prevé un tiempo estimado de dos meses y contará con un presupuesto que, con IVA incluido, superará los 225.000 euros a cargo del Plan Alhambra.

El Huerto del Carlos (o Placeta Cristo de las Azucenas) se encuentra situado en pleno corazón del barrio del Albaicín. Delimita al norte por la calle Santa Isabel la Real, al sur por el callejón de las Monjas, al este por el Pilar Seco y por el convento de Santa Isabel al oeste.

Plano de las actuaciones a realizar. / G. H.

Un historial de intervenciones

Según recoge la memoria, en 1994 la Fundación Patrimonio del Albaicín proyectó la revitalización integral del Huerto del Carlos. En esta actuación se propuso la construcción de un zoco con tiendas taller, un recinto donde se expusieran los hallazgos arqueológicos de la zona y la puesta en marcha de un aparcamiento subterráneo. Cuatro años después, en 1998, antes de comenzar con la excavación del aparcamiento, se realizan excavaciones arqueológicas donde se hallaron restos arqueológicos de diversas épocas de la ciudad. Esto llevó a las administraciones de la época a modificar el proyecto inicial y proyectar un aparcamiento cubierto a nivel de calle, sobre el que se diseñó una plaza que proporcionara a los vecinos una zona verde y de esparcimiento.

El Huerto del Carlos debe su imagen actual a las reformas llevadas a cabo a partir del año 2000. En la primera de ellas, se procedió a construir el aparcamiento cubierto, pero a nivel de calle. Además, en esta actuación se consolidó un paño de muralla zirí, situado sobre restos íberos. Con el propósito de integrar pasado, presente y futuro, la muralla zirí se dejó a la vista bajo una plancha de metacrilato. Como resultado de estas actuaciones, nos encontramos en la actualidad con una plaza aterrazada, delimitada por unos muros que limitan el acceso desde las calles colindantes. Su distribución consiste en un ajardinamiento simétrico con dos grandes fuentes presidiendo el eje principal de dicho espacio.

En estas últimas dos décadas, la plaza ha sufrido multitud de actos de vandalismo, lo que llevó a una última reforma para cubrir la muralla con arena y evitar su deterioro. Hoy en día, la plaza es una muestra ecléctica de distintas actuaciones, contando en la actualidad con un parque infantil, un parque para perros, dos fuentes ornamentales, árboles, alumbrado, bancos, etc. Igualmente presenta problemas de filtraciones en el aparcamiento, los cuales deben ser solucionados.

"Actualmente, el Huerto del Carlos es la única gran plaza albaicinera que queda al margen de las dinámicas del turismo de masas. No está invadida por terrazas de bares y restaurantes, ni incluida dentro de las rutas de los visitantes del barrio", recoge el documento. Pero debido a los actos incívicos y de vandalismo de los últimos años, la plaza se encuentra abandonada y degradada, principalmente en los espacios más aislados al tránsito de personas, donde son frecuentes las pintadas, suciedad y deterioro del mobiliario urbano, recalca la memoria.

Una de las consecuencias de la degradación de la plaza es la ausencia de pluralidad en su uso, siendo infrecuente el uso mixto de la misma. Una de las características más singulares de esta plaza es su distribución en terrazas, divididas entre sí por vegetación o jardineras, lo que desestructura la plaza como un todo y da lugar a espacios más íntimos y aislados, que quedan desconectados de la propia plaza, creando rincones insalubres e imposibilitando las vistas hacia la Alhambra y Sierra Nevada.

Debido a esta singular morfología, el tránsito de personas entre las distintas zonas de la plaza se dificulta, lo que lleva a que muchos de estos espacios queden infrautilizados. Otro problema añadido de la situación actual, es las filtraciones que se producen en el aparcamiento inferior y que son uno de las principales necesidades a abordar con el proyecto. Por otro lado, el propio enclave de la plaza, situada entre las Murallas Ziríes, el Palacio Dar-alHorra y el Monasterio de Santa Isabel la Real invita a abrirse al Albaicín, liberando espacios e integrándose en el entorno, convirtiéndose en un punto de encuentro de vecinos y visitantes.

Principales actuaciones

La principal intención del proyecto es la unidad de la plaza y la perfecta integración al barrio. Por eso, a una escala urbana la intervención consistirá en mejorar el acceso principal de la misma, así como establecer equipamientos o servicios que se van a establecer para los vecinos y visitantes en la plaza.

Para lograr este propósito será necesario intervenir en la reorganización de los pequeños espacios dedicados a equipamientos; la movilidad y la circulación de personas en el entorno y la plaza y la apertura e integración de la plaza en el barrio del Albaicín.

Para ello, entre otros, se modificará el acceso a la plaza desde la Calle Santa Isabel con calle Pilar Seco; se potenciará la circulación de la plaza y su uso por los visitantes y residentes apertura de acceso por el Callejón de las Monjas; se ubicará una caja de petanca, por petición vecinal en el espacio de ocio de la plaza; modificación del pavimento y reparación de este; se creará un espacio polideportivo para realizar actividades como baloncesto, fútbol y también destinado a espacio vecinal para proyecciones cinematográfica, así como celebración de eventos, además de la limpieza de grafitis y cambios en la jardinería.

Paralelamente, el espacio más amplio ubicado en la cota más alta de la plaza servirá de equipamiento

deportivo, disponiéndose de módulos unificados con porterías y canastas para practicar deporte en

familia. Esto implica que se modificará el pavimento de esta última plataforma y se ejecutará un

pavimento deportivo adecuado para la práctica deportiva al aire libre. Para crear un espacio más agradable, seguro y que el juego con pelota evite que los niños tengan que salir de la plaza a recoger los balones que se alejen, se crea una nueva jardinera, en el lateral con la calle Pilar Seco. En ella se ubicarán unos setos de pequeña-mediana altura para evitarlo.

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