IFMIF Dones, más de 9.000 empleos al año
El acelerador, la tecnología para el futuro
La posible construcción en Escúzar del acelerador de partículas prevé un impacto en el PIB de 221 millones sólo en la fase de construcción
Granada/La posible construcción del IFMIF Dones en el municipio granadino de Escúzar supondría un impacto millonario en la economía local. Así se aseguró recientemente en las jornadas convocadas por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), dependiente del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad y celebradas en Madrid. Según la información facilitada en esas jornadas de oportunidades científico tecnológicas de esta infraestructura -a la que también opta Croacia- "el impacto a nivel local se reflejaría sobre todo en la fase de operación, con la contratación de servicios y mantenimiento". Asimismo, se indica que aproximadamente el 70% se contrataría a nivel local. Además, la cuantía en contratos nacionales "supondría más de 340 millones de euros" durante la operación Dones, indica el documento, elaborado por el director de Programas Europeos, Espacio y Retornos Tecnológicos del CDTI, Juan Carlos Cortés.
El proyecto IFMIF Dones es una iniciativa internacional en la que Granada aspira a meter la cabeza como sede de la infraestructura. Su nombre son las siglas de International Fusion Material Inspection Facility (IFMIF) y Demo-Oriented Neutron Source (Dones) y es una de las piezas destinadas a crear los futuros reactores de fusión. Es, en realidad, un banco de pruebas de lo que se entrevé como una futura fuente de energía, a partir de la fusión nuclear. El siguiente paso - una vez que en el acelerador de partículas de Escúzar se hayan realizado los estudios previos y éstos validen que se trata de una fuente segura-, será la construcción de un reactor con fines comerciales.
Antes de que eso ocurra, en la carrera por albergar la instalación tecnológica, ya se ha estudiado pormenorizadamente qué supone para la economía local el desarrollo del proyecto tecnológico. Según la información facilitada en las jornadas promovidas por el CDTI, el impacto socioeconómico durante la fase de construcción sería de unos 221 millones de euros sobre el PIB, tanto directo como indirecto. En la fase de operación, esta cantidad llegaría a los 701 millones de euros. En cuanto al empleo, en la fase de construcción del acelerador de Escúzar se calcula que se dé trabajado a unas 2.088 personas al año, tanto por vía directa como indirecta. Con el proyecto en la fase de operación, este número sería de unas 9.641 personas al año, según los cálculos del área de Programas Europeos, Espacio y Retornos Tecnológicos del CDTI. El 'pellizco' que se llevarán las administraciones públicas con la construcción del acelerador también se ha contabilizado. Se estima que entre el impuesto de sociedades, impuestos sobre productos, cotizaciones sociales o IRPF, -todos ellos ingresos directos para las arcas públicas- y los ingresos indirectos de subcontratas y por el consumo que generaría el empleo generado se llegaría a los 400 millones de euros.
Se reseña, además, se prevé "transferencia de tecnología a otros sectores". Así, ámbitos como el sector medioambiental, el militar, salud o la industrial aeronáutica se podrían beneficiar de forma colateral de la instalación del IFMIF Dones en Escúzar. El impacto tecnológico en otros sectores se desglosa por la aportación que, por ejemplo, la manipulación remota y robótica que se realice dentro de la planta puede tener en las grandes instalaciones científicas (GIC), en los estudios espaciales o sobre energía nuclear. La fabricación de componentes avanzados, a su vez, podría revertir en avances en aeronáutica y automoción.
Antes de que todos estos planes -y números- que ya están sobre el papel se hagan realidad, es necesario que Granada sea elegida, una decisión que dependerá de la Agencia Europea Fusion for Energy (F4E), entidad que asumiría la "mayor parte" de los costes de operación durante la fase de explotación. Fusion for Energy también gestionaría el programa científico.
Antes de llegar al "acuerdo de construcción" en Escúzar, en las jornadas celebradas recientemente en el CDTI se indicó que será en diciembre de este mismo año cuanto cuando se decida la candidatura ganadora. Después comenzará el trabajo para solicitar para solicitar los fondos europeos, los permisos medioambientales y la licencia al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). A lo largo el próximo año se abordaría la negociación con Fusion for Energy y otros países sobre "fórmulas de colaboración para la construcción y explotación". Otro de los objetivos es que aparezcan en los presupuestos de F4E para el quinquenio 2020-2025 "los fondos que la Agencia debe aportar a la construcción". El proceso negociador se abrirá con "conversaciones bilaterales" para "conseguir" el apoyo de los gobiernos de la Unión Europea. En este sentido se especifica que "hay que incluir los costes de explotación" que todavía no están presupuestados. Con la financiación ya asegurada, la decisión formal y la firma del acuerdo se realizaría en 2019, indicó en las jornadas el director del Laboratorio Nacional de Fusión (Ciemat), Joaquín Sánchez.
El responsable del Ciemat también apuntó a la capacidad de la "industria española" para avalar la candidatura de Granada. Se expuso, de este modo, la "garantía de retorno industrial, con efectos económicos directos y de ganancia de cualificación de las industrias". Ese aprovechamiento de la futura instalación del IFMIF Dones en Escúzar se basa en el "éxito" de la participación española en el proyecto ITER, "que demostrará la viabilidad de la fusión por confinamiento magnético", se indica desde el Ciemat y el CDTI. Ambos organismos del Ministerio de Economía y Competitividad han elaborado un cuestionario para "recopilar información" sobre "capacidades e intereses de la industria nacional en relación al proyecto que se podría levantar en Escúzar. La información que el sector remita al Ministerio a través de este cuestionario se incluirá en la candidatura granadina.
El camino recorrido hasta ahora ha sido intenso y tuvo un punto de inflexión en la visita que los responsables de Fusion for Energy realizaron a Granada el pasado mes de junio. Se explicó pormenorizadamente y sobre el terreno las bondades de la candidatura granadina, se mostró la unidad entorno al proyecto que está destinado a ser una pieza fundamental en el desarrollo de un nuevo modelo energético, como expresó, precisamente en aquella visita, la secretaria de Estado de Innovación, Desarrollo e Innovación, Carmen Vela. En aquella visita también se explicó, por boca del responsable de la candidatura, Carlos Alejaldre, que la redacción del proyecto podría prolongarse durante dos años, el proceso de construcción podría durar entre ocho y diez años y la fase de explotación de la infraestructura se calcula que se prolongue 40 años, aunque podría prorrogarse. La candidatura española se ha comprometido a financiar el 50% de la construcción del acelerador de partículas (200 millones de los 400 millones de euros estimados) y el 10% de los gastos de operación (5 millones al año durante 20 años).
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