Imbroda vuelve a desautorizar al delegado de Educación y lo deja en la cuerda floja

El consejero de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía, Javier Imbroda, ha vuelto a desautorizar hoy al delegado de Educación en Granada, Antonio Jesús Castillo, en la crisis educativa de los colegios rurales de la provincia. Es la segunda vez que Imbroda enmienda al delegado y lo deja en la picota. Esta mañana, el consejero vinculó a una “falta de comunicación” o a una comunicación “incorrecta” los “problemas” que han surgido en torno a la reorganización de los centros rurales en la provincia de Granada, cuestión por la que los sindicatos Ustea y CGT y la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos Alhambra de Granada convocaron una huelga.

A preguntas de los periodistas en el marco de una visita al aula hospitalaria del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla en compañía del consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, el titular andaluz de Educación defendió que “todo este tema” de los “reagrupamientos” de centros en el entorno rural “no surge de la Consejería de Educación, sino de los claustros de los profesores y de las familias”. De esta manera, lo que hace la Consejería es recibir la “información de la comunidad educativa” y ponerse a “analizar y reflexionar sobre esto, pero siempre con la comunidad educativa”, según defendió Imbroda, quien hizo hincapié en que “eso es lo que estamos haciendo”.

“Cuando tengamos estos datos, valoraremos junto a la comunidad educativa qué decisiones tomar”, según abundó el consejero, quien quiso dejar claro que no se trata de “una decisión unilateral”.

Además, puso de manifiesto que “todo esto lo estamos desarrollando en toda Andalucía pero solamente hemos tenido problemas en Granada, probablemente porque no ha habido una comunicación correcta a la hora de explicar esto”, según apuntó. “Estamos en la fase de información, de analizar, y cuando tengamos esos datos los compartiremos con la comunidad educativa”, dijo Imbroda, para reiterar que “probablemente lo que ha ocurrido en Granada es una falta de comunicación, o una comunicación que no ha sido correcta”.